Favoritas 2024

¡2024, quién te ha visto y quién te ve! Llegaste a nosotros con cara de no haber roto nunca un plato, y ahora te marchas sin haber dado respuesta a importantes preguntas que siguen sin respuesta (¿Por qué pronunciamos de forma distinta el apellido de Kirk y Michael Douglas? ¿Por qué seguimos negando la existencia de Dios, cuando el simple hecho de que la mascota del Logroñés se llame «Señor Gol» -que es «Logroñés» leído justamente al revés- basta para demostrar la existencia de una Inteligencia Creadora? ¿Qué querían decirnos Marta Sánchez y Carlos Baute cuando escribieron aquello que «te escribo canciones de cuatro cuarenta»?) También hay que decir, en su favor, que se marcha dejándonos alguna que otra sorpresa de las gordas, es verdad: ¿Qué es eso de que vuelve Pulp, después de veintipico años? Ah, pícaro, qué calladito te lo tenías…

Y como esto no lo van a leer más que cuatro gatas, mi cuñada y un amigo que sólo entra aquí por pena, vamos ya con mi selección de 50 canciones favoritas de 2024, como habitualmente compiladas en una playlist que podréis encontrar al final de la entrada. De hecho, la opción de saltaros la parte en la que hago un comentario supuestamente interesante de cada una de ellas es altamente recomendable, y os ahorrará más de un disgusto. Y como de costumbre, para rizar el rizo en un maravilloso ejercicio de anacronismo, se destacan especialmente aquellas que caben en los 80 minutos de un cedé, que era una cosa como los discos de pizarra, pero hecho de plástico, y que algunos viejunos seguimos comprando.

MENCIONES DE HONOR:

50 Electra – Public Service Broadcasting: Los incansables tipos del sampler, ahora rindiendo homenaje al avión (se llamaba así, «Electra«) en el que Amelia Earhart voló sobre el atlántico antes de desaparecer y convertirse en leyenda.

49 Some Dreams – A Flock Of Seagulls: Este año (ya veréis, ya…) la cosa va de regresos inesperados, y este desde luego lo es. Sí, son los tipos de «I Ran (So Far Away)«, que han vuelto este año con un trabajo un tanto meh pero con algún momento realmente brillante, como el riff de esta canción.

48 Sinceramente – Annalisa: Italia descartó (lo hacen a través del festival de San Remo) enviar esta canción a Eurovisión, y mandó en su lugar una cosa que les pareció más actual. Alguna deuda con Kylie Minogue ha quedado sin saldar, de acuerdo, pero… ¿»La Noia» mejor que lo de Annalisa, en serio?

47 Dark Vacay – Cigarettes After Sex: Es la misma canción, otra vez. La que hacen siempre. Es que los Cigarretes After Sex sólo tienen una, pero resulta que es buenísima. Este año se titula «Dark Vacay«, aún no sabemos cómo se llama la del año que viene, pero volveré a picar como un bobo.

46 People Watching – Sam Fender: Suena mucho a The Killers, pero a la mejor versión que han ofrecido Brandon Flowers y los suyos. La culpa de que esto funcione hay que echársela a las reconocibles guitarras de Adam Granduciel, claro.

45 Estarán Aparcando – Espanto: Cómo no les vamos a querer. A simple vista, parece una canción sobre aparcar, pero ojo que viene envenenada: es una canción sobre esa gente que en su día te dijo que venía, pero que al final no viene.

44 The Dream – Still Corners: Otro dúo que no falla, el conformado por Tessa Murray y Greg Hughes. Que no os engañe el rriquirraca de las estrofas, que estos vuelven a insistir en la fórmula dream-pop que tantas alegrías nos ha dado, todo muy planeador y onírico.

43 Freedom Of The Night – Sophie Ellis-Bextor: Guilty pleasure total para el que esto escribe, una pieza que parece hecha por la resucitada Ellis-Bextor con el manual de «Hágase su Propia Música Disco», paso a paso. Vamos, que no aporta nada nuevo, pero diana fácil que es uno, aquí que se planta.

42 Foam – Royel Otis: Son australianos, y su disco de 2024 mola bastante. Esta canción, sencilla en apariencia pero compleja en el fondo, en teoría versa sobre las adicciones, pero lo que realmente engancha es esa línea de bajo tan fardona.

41 Starbuster – Fontaines D.C.: Ha encabezado muchas listas de lo mejor del año, la de Rockdelux sin ir más lejos. Aun me cuesta acostumbrarme a la fuerte aspiración de Grian Chatten en el estribillo, pero esta canción con la que mandan la receta a tomar viento fresco les ha quedado chulísima.

40 We’re Going To Make It A Man’s World – Camera Obscura: Ay, si es que son una monada. Los escoceses me robaron el corazón con este sencillo con el que parecen repuestos de la muerte de Carey Lander. Country-pop de 24 kilates, once años después.

39 Fell In Love At School – Dee Holt: Superpop chicloso para adolescentes. Podría gustarle a mi hija de catorce años, pero no, resulta que a ella no les gusta. A quien le gusta es a mi.

38 Delirium – C Duncan: ¡Y pensar que a este chico le saqué en el blog en 2013, cuando ni siquiera tenía disco de debut! Fíjate ahora, famosísimo y firmando canciones que son como un mineral raro que lanza brillos en todas direcciones.

37 Nanai – Amaia: Si mis amigos siguieran leyendo este blog (siguen siendo mis amigos, pero ya se cansaron de reírme las gracias) se pondrían muy contentos de ver algo que por fin les suena. Claro que esto de ortodoxo tiene poco…

36 This Can’t Go On – Bill Ryder-Jones: Otra de las sorpresas de este 2024. A este chico lo tenía yo guardado en otro compartimento, y he aquí que este año ha sacado un disco precioso que (escuchad esta canción y lo entenderéis) se mira sin complejos en las producciones más exuberantes de ¡Dave Friddman!

35 Perfume – The Dare: ¿Tan deprisa pasa el tiempo que ya andamos recuperando el sonido de LCD Soundsystem y The Rapture? ¿Se nos ha pasado ya el «vuelven los noventa» (los ochenta no se han ido, son inamovibles) y estamos ya entrando en «vuelven los dosmil»?

34 Dud – GUM & Ambrose Kenny-Smith: Las credenciales son de lo más elocuentes: el australiano Jay Watson gira con Tame Impala y es parte de la banda psicodélica Pond. Cuando escribe canciones en solitario firma como GUM, y son tan chulas como esta.

33 Sexy To Someone – Clairo: Como cuando mi hermana decía que se iba a comprar zapatos de zorra implacable y aparecía con unas bailarinas: la encantadora Clairo quiere sentir que es sexy para alguien, pero le queda una cosa más bien adorable, muy en la onda de Natalie Prass.

32 They Don’t Know How To Fall In Place – The Lemon Twigs: Unos auténticos orfebres del pop sesentero, que haciendo su propio camino al margen de todo (no hay más que verles las pintas) se han ganado una merecidísima buena reputación. Y ojo que en todos sus discos hay cancionacas.

31  La Vida Cañón – Alcalá Norte: Los grandes triunfadores del pop español de 2024, no suenan a nadie pero recuerdan a muchas cosas de nuestros ochenta que, la verdad estaban muy bien. Y además firman el verso del año: levanta la mano si tú también eres Georgina, temporada dos.

30 Cry For Me – Magdalena Bay: Estos son unos raros, sí, pero vuelven a dar razones para seguir escuchándoles. Y además, al final de esta (la marca de la casa) hipersaturada canción reivindican a Abba, como para negarse.
29 El Destello – Juanjo Bona y Martin Urrutia: A ver por dónde vienen las sonrisas maliciosas ¿Será por el lado «estos chicos concursaron en Operación Triunfo«? ¿Será por el lado «jo, tío, esta vez has derrapado con tu lado marica«? ¿Qué será, será? Poco me importa, y encima vienen los mismísimos Hidrogenesse a prestarme una indestructible coartada con la que apuntalar mi absoluta rendición a estos cuatro (y algunos más) segundos de pop avantgarde.

28 Alone – The Cure: Regreso por la puerta grande de Robert Smith y los suyos, y además me encanta porque les suda la p**** poco les ha importado la historia aquella de «actualizar su sonido a los nuevos tiempos», y suenan exactamente como sonaban en sus mejores (los más oscuros) tiempos.

27 Guess (feat. Billie Eilish) – Charlie XCX: En el año de «Brat«, ni yo me escapo de los largos tentáculos del hiperpop de Charlotte Emma Aitchison, aquí en modo guarrongo. Gran parte del mérito, ojo, lo tiene la producción de Harrison Patrick Smith, el que aparecía un poco más arriba como The Dare.

26 Univers – Jane Weaver: Nos lleva esta vez la compositora británica de paseo por el espacio, y la verdad es que no hay forma mejor de experimentar la maravillosa sensación de ingravidez. Dice que no eres tú, que es el universo lo que está mal, pero con canciones tan bonitas no sé si creérmelo.

25 Ice Cream Piano – Vampire Weekend: Pues visto lo visto, está claro que a los Vampire Weekend les queda cuerda para rato: en esta canción propulsan los ritmos con los que les conocimos a una nueva dimensión ¡cambios inesperados, pianos locos, frenesí de cuerdas, todo a la vez!

24 Only One – Cassandra Jenkins: Pura crema, y ojo que esta joyita sofisticada no es la única que brilla de «My Light, My Destroyer«, el álbum de la neoyorquina. Debería gustar a los fans (¿hay alguien que no lo sea?) del «Kaputt» de Destroyer.

23 Cherry Blossom – Empire Of The Sun: El dúo australiano conformado por Luke Steele (The Sleepy Jackson) y Nick Littlemore (Pnau) siguen a lo suyo, esto es, los disfraces loquísimos que hacen que todo el mundo dé por sentado que son gay (no, no lo son), y un synth-pop de lo más pirotécnico (que por supuesto me encanta).

22 Life Is – Jessica Pratt: Esta canción parece llegar a nosotros desde otra época, por no decir otra dimensión. El estribillo me hace pensar en Trish Keenan, no sé por qué, y el asunto del que habla no es otro que la dolorosa evidencia del paso del tiempo. Ay, Jessica, qué razón tienes….

21 That Golden Time – Villagers: Raro sería que no apareciera en mi selección anual alguna canción del irlandés Conor J. O’Brien.»That Golden Time» da título al disco homónimo del irlandés, y vuelve a dar razones para seguir amando el pop sepia de su autor.

Y ahora, sí ¡que suenen los clarines, que se rasgue el velo del templo, que canten los niños, que alcen su voz! que lo que viene a continuación es mi anual colección de veleidades, mi selección de CANCIONES FAVORITAS DE 2024:

20. Prism In Jeans – Richard Hawley: Pese a la evidente diferencia tonal, comparte Richard Hawley con Roy Orbison una visión deliciosamente trasnochada del rock, y casi puede decirse que el de Sheffield ha ido construyendo una trayectoria ajena a cualquier tendencia que muestra el mismo apasionamiento y vulnerabilidad que dejaban entrever las canciones del venerado norteamericano. En 2024 ha publicado «In This City They Call You Love«, donde vuelve a demostrar su solvencia compositiva (sin salirse demasiado del guión, pero nada que reprocharle, porque lo borda) y a firmar algunas de esas canciones de esas que ya son mellas en el recopilatorio de «greatest hits» que publicó el año pasado: «Prism In Jeans«, con sus aires retro y su melodía impoluta, es la mejor de ellas.

Richard Hawley photographed in Sheffield by Dean Chalkley

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19. Waiting Outside Alone – Barbara: Homenajeando a mis años (el plural es correcto: debería haber sido sólo uno, pero al final fueron dos) estudiando Geometría Descriptiva, podríamos decir que el lugar geométrico ocupado por la música que hacen los hermanos Henry & John Tydeman es la perfecta bisectriz del ángulo conformado por la inquebrantable línea sesentera de los hermanos D’Addario (The Lemon Twigs) y la trazada (no sé si cabría definirla como recta, en realidad, así de sinuosa y sorprendente es) por el music-hall disparatado de otra dupla fraternal, la de los mismísimos (Sparks) Mael. El EP han publicado este año los Barbara viene recomendado por mi cuñada y su casi-marido Neil Hannon, ahí es nada, y te llega a casa bien acompañado de pegatinas, pins y postales tan maravillosamente frikis como su portada ¡A no perderlos de vista!

18. Comic Trip – Sylvie Kreusch: El nombre de esta chica igual no nos suena de primeras, pero ya lleva unos años en esto (fundó junto a su pareja, el líder de Baltazhar, un proyecto llamado Warhaus), y este año ha publicado un disco de lo más resultón, variado y profundamente europeo. La mejor de las canciones es esta que en una lectura rápida se podría confundir con el «Comic Strip» de Gainsbourg, con la que ciertamente comparte un espíritu lúdico (esas onomatopeyas del estribillo, me niego a creer que sea sólo casualidad, sólo le ha faltado cantar en francés) adherido a un frenético ritmo kraut. Para que luego digan que los belgas son aburridos…

17. I Like The Way You Kiss Me – Artemas: Podría decirse (espero que nadie se lleve las manos a la cabeza por ello) que sólo hay una idea musical en esta canción, y bastante simple, además. Pero es que es una idea tan COJONUDA, y tan maravillosamente eficaz en su desarrollo que resulta más que suficiente para que el anglochipriota Artemas cuele entre mis canciones favoritas del año este pepinazo que se acerca a nosotros envuelto en negrísimo cuero, y salta directo a la yugular para (kisskisskisskiss) dejarte marcado para siempre con la imborrable señal del vampiro.

16. Lorelei – Empress Of: Salvo que me falle la memoria, primera vez que se cuela el más que consolidado proyecto de Lorely Rodriguez en mi particular olimpo musical, y eso que se trata de una chica que sin hacer demasiado ruido se ha ido labrando una discografía de lo más respetable. Si a alguno le quedan dudas no tiene más que echarle un vistazo a las colaboraciones que se recogen en «For Your Consideration«, su álbum de 2024: Rina Sawayama o las MUNA. El caso es que «Lorelei» es synth-pop, pero no del facilito, sino de ese raruno y sincopado que te ataca por donde menos te lo esperas y (what’s her name, what’s her name) para cuando quieres darte cuenta, te ha robado la cartera.

15. Eusexua – FKA Twigs: Pues mira que nunca he sido yo muy de la cuerda de esta chica, y que a veces me quedaba la sensación de que su pop mutante estaba un pelín por debajo de su poderosísima imagen, pero a esta canción de título alienígena (un híbrido entre euforia y energía sexual, según su autora) con la que se arroja en los brazos del emmmm… ¿minimal techno?, sí que me apunto. Quizás no ha sido suficiente para que me ponga a estas alturas a bucear en la discografía de la británica, a ver todo lo que me he estado perdiendo por culpa de mis prejuicios, pero sí para arrastrarme a una tormenta eléctrica (unos y ceros, ceros y unos) de la que es imposible escapar.

14. Floating Parade – Michael Kiwanuka: Es una cosa que nunca hubiera imaginado, pero el sencillo principal con el que Kiwanuka presentó «Small Changes» consigue deslizar la cálida sonoridad de su autor en un patrón planeador que tampoco hubiera desentonado (a alguno esto le va a chirriar, lo sé) en el «Moon Safari» de los Air. Mullido y ensoñador pero sin renunciar al groove, por tratar de explicarlo. Produce Danger Mouse, y espera a que la descubra tu profesor de yoga, que te vas a hartar de oírla.

13. Life – Jamie XX & Robyn: Pues mira que he escuchado «It’s So Good«, pero a uno le tira el pop, qué le vamos a hacer, y en cuanto se publicó esta colaboración entre Jamie XX y la siempre acertada Robyn, «Life» prácticamente barrió mis ganas de escuchar cualquier otra canción de las publicadas por el DJ y músico británico en este año. No es exactamente ni la típica canción de la sueca ni tampoco algo que podríamos encontrar en «In Colour«, pero el artefacto, aun siendo complejo (esos cambios de ritmo tienen que ser complicadillos sobre la pista de baile) funciona a las mil maravillas, oiga. Y samplea a Cerrone, así que más a su favor.

12. Million Dollar Baby – Tommy Richman: Allá donde esté (le tengo un poco perdido de vista, lo confieso), estoy seguro de que a Justin Timberlake le habrán llevado los demonios al ver cómo semejante allanamiento de morada, porque no hay otra forma de llamarlo, se viralizaba en tiktok hasta convertirse en una de las canciones más exitosas del verano en los EEUU (aquí estábamos más a lo de Karol G, si antes lo hubiéramos conocido, jijiji). A ver, si es que no se puede molar más: no es exactamente rap, pero es puro old school, no es exactamente la típica canción R&B fabricada para gustar, pero visto lo visto realmente tenía todo lo necesario (debutó en el n. del Billboard Hot 100 con 38 millones de reproducciones) para comerse el mundo.

11. Cinderella – Remi Wolf: En esta canción de Remi Wolf pasan muchas cosas, y son todas buenas; en el vídeo con la que se promocionó aparece Mac DeMarco, y eso ya debería darnos una pista de la falta de prejuicios y la soltura con la que Wolf se enfrenta a la composición musical. Y ojo que me ha costado -lo confieso- descartar las pegajosísimas «Pitiful» o «Toro» para esta lista, y decantarme por esta siempre cambiante pieza de pop, vitaminada con el más refrescante funk. Menudo rollazo tiene ella, y qué buen rollo transmite: soy fan.

10. I’m All Fucked Up – This Is Lorelei: ¿Cuál es su nombre, cuál es su nombre? No, este no es Lorelei, este se llama Nate Amos, y firma La Canción Más Indie De La Lista, y con seguridad el descubrimiento que más valoro de los realizados este año en el muy recomendable (y más guitarrero que el mío, eso es evidente) blog Don´t Eat The Yellow Snow. Esta canción ha sido para mi lo que se suele considerar un grower: una de esas canciones que en la primera escucha es «ah mira qué simpática» y con las sucesivas reproducciones alcanza un grado de incrustación en el córtex cerebral rayano en lo obsesivo ¿Será esa estructura tan sencilla, como de canción de campamento (con tacos en el estribillo)? ¿Será ese diálogo a dos voces sobre un ritmo trotón? ¿Serán esas referencias en la letra a una noche que se complicó en Madrid? Sea lo que sea: es irresistible.

Nate Amos of This is Lorelei by OK McCausland in December 2023 in Brooklyn, NY.

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09. Chihiro – Billie Eilish: Pues ahora que prácticamente todo el mundo está ya a los pies de Billie (sobre todo de la estupenda «Birds Of a Feather«, las cosas como son), empieza a dar hasta cosica lo de incluir canciones de superestrellas en tu lista de favoritas. En fin, tanta rabia me da asumir ese criterio que parecen haber adoptado los medios especializados de dar por sentado que las canciones más exitosas son las mejores de la cosecha, como negar al César lo que es del César. «Chihiro» no sólo es mucho mejor que la sosainada de «Espresso» (no busquéis aquí a Sabrina Carpenter, que no la vais a encontrar), también una (otra) muestra de cómo debería ser el pop mainstream del siglo XXI, y reivindicar por el camino el genial cine de Miyazaki.

08. Mañana Mismo – Parade & Nacho Casado: Se cuela entre mis canciones favoritas del año una versión, la que firman el genio de Yecla (si nos comemos con patatas lo de «El Bardo de Duluth», yo reivindico para Parade el sobrenombre de «El Genio de Yecla», qué pasa) y Nacho Casado, a quien hará ya una buena porrada de años conocimos dentro del proyecto La Familia del Árbol. El original es «Tomorrow Morning» una canción de 1996 de los -todavía no se les ha hecho justicia- ahora reivindicados The Blue Nile, y claro, no hablamos precisamente de la edad de oro de los escoceses, quienes habían obtenido el aplauso de la crítica con sus dos primeros álbumes, pero a los que los mediados de los noventa pillaron con el pie cambiado. Creo de hecho que el gran mérito de Galvañ y Casado ha sido retirar la corteza acústica del original para envolver esa melodía perfecta con los arreglos que se merecía: honestamente, nunca ha sonado mejor. Y entiendo que a más de uno se le levante la ceja con eso de que mi canción favorita en castellano en este 2024 no sea un tema original, pero qué le vamos a hacer si las cosas funcionan como funcionan en el corazón del que esto escribe (cuando escucha versos como «si por mí fuera, me casaría mañana mismo»).

07. Rare – Bullion & Carly Rae Jepsen: Pues ya es casualidad, seguiditas: justo antes me refería a los cada día más vigentes The Blue Nile (no es sólo una percepción mía: hasta Taylor Swift cita ahora la maravillosa «Downtown Lights» en una de sus letras) y aquí tenemos una muestra de como ese synth-pop ultrasofisticado y de cocción lenta que alumbraron Buchanan y Cía. vuelve a inspirar a artistas contemporáneos. Este londinense radicado en Lisboa que responde al nombre de Bullion ha contado para su disco de 2024 con colaboradores de postín, como Panda Bear o Carly Rae Jepsen, pero sin lugar a dudas me gusta mucho más su faceta downtempo que -a fin de cuentas, este chico viene de la electrónica- la más bailonga. De-li-cio-sa.

06. Photograph – Drab Majesty: Que no nos despiste la pinta un tanto mamarracha de los Drab Majesty. Más allá de las pelucas y los disfraces, el dúo ofrece en esta canción -es su aportación a la banda sonora de la peli de terror «I Saw The TV Glow«- su versión menos gótica y más pop, con un sonido que remite a los ochenta (la referencia a The Psychedelic Furs es obligada: por lo visto fue la directora de la película la que les pidió que salieran de entre las sombras para hacer algo tipo «Pretty In Pink«) y que tal vez apunta a una interesante renovación de su paleta sonora, de cara al que será su próximo álbum.

05. New London Boy – Pet Shop Boys: ¡Esto sí que ha sido una buena sorpresa! Cuando uno ya estaba dispuesto a aceptar que los londinenses tienen más que ganado el derecho a dormirse en los laureles, llegan Neil y Chris y publican esta maravilla (¿su mejor canción en años décadas?) que casi podría entenderse como una exitosa secuela de la inmortal «Smalltown Boy» de los Bronski Beat: el chico gay que se asfixiaba en su pequeña cuidad de origen llega a Londres y siente que, por fin, está en el sitio en el que puede ser quien él quiere ser. Hasta la parte rapeada (esto no lo habían hecho desde «West End Girls» ¿verdad?) les ha quedado de diez.

04. Stay With Me Through The Night – Fabiana Palladino: A falta de Jessie Ware, este año tenemos a esta británica (no, no es italiana) que nos ha regalado un cremoso disco generoso en R&B ochentero en el que no sobra ni falta nada, y que debería entusiasmar no sólo a los fans de la mencionada Ware, sino también de algunas de las composiciones más sedosas de Prince o Janet Jackson. «Stay With Me Through The Night» es quizás la mejor, pero no la única, muestra de la capacidad de Palladino para recuperar ese sonido sofisticado y plantarlo en pleno siglo XXI. ¿El debut del año? Desde luego que sí: el debut del año.

03. Mourir Demain – Corridor: Se cuela entre mi top de este año esta fúnebre canción («Mourir demain / Dites à ma famille que je l’aime«, qué alegría, oye) de los canadienses Corridor, quienes tienen a gala haber sido la primera banda francófona fichada por SubPop. Lo cierto es que el sonido de de las canciones de «Mimi» (es el nombre del gato que se está dibujado en la chulísima portada) tiran más bien hacia el post-punk que hacia lo que podría deducirse de esta atmósferica canción en la que conviven tranquilos pasajes de melodías cristalinas con épicas descargas de indie-rock. Atención a la sección rítmica, que es una chulada.

02. Screamland – Father John Misty: Y cuando estaba ya firmemente decidido a no hacerle mucho más caso a Josh Tillman, cuando parecía que la fórmula estaba más que amortizada, cuando por fin había llegado a la conclusión de que vale, el tipo tiene su gracia pero poco nuevo puede ofrecer el firmante de (esto es otra apreciación absolutamente subjetiva, por supuesto) una de las mejores canciones del siglo XXI, va Father John Misty y publica uno de los mejores discos de su carrera, en un giro imprevisto hacia la gravedad. No sólo eso: en esta canción que destaco aquí , coge las ruinas de lo que queda de nosotros, y con ellas erige una maravillosa catedral. Los guitarrazos incendiarios del estribillo son de Alan Sparhawk.

01. Too Much Too Little – Georgia: Ni vídeo tiene la pobre Georgia para este trallazo, qué cosas, y mira que esta barbaridad que vira de house al dance-pop más desatado debería de haber hecho arder las pistas de baile de medio planeta. Claro que ni su propia autora debía de confiar demasiado en el tema, que por lo visto fue descartado de «Euphoric» su disco del año pasado, y solo ha sido grabado en estudio y ha visto la luz ahora después de comprobar lo bien que funciona en directo. Pero en fin, así son las cosas, ni la canción de la británica aparece en la mayoría de las listas de las mejores canciones de 2024, ni me parece a mi que el mundo y yo vayamos a ponernos de acuerdo, a estas alturas. De modo que ni exquisiteces indie, ni baladas monumentales: este año me he rendido al azote de los beats y los «Do-do-do-don’t you want» de estos cortísimos tres minutos con los que (¿Too much or too little?) Georgia critica la sociedad de consumo en la que vivimos, Georgia se merece sonar en todas partes, Georgia pide a gritos una remezcla de veinte minutos, Georgia conquista mi amor eterno y (algo de eso también hay) sin siquiera participar, va Georgia y gana el festival de Eurovisión.

* * * *

Y sí, por fin, ya podéis dejar de leer. Se acaba por este año este cúmulo de despropósitos, y me despido con intención de no dar la barrila, al menos hasta el año que viene, con el habitual enlace a la playlist de mis 50 canciones favoritas de 2024 en Spotify, ordenaditas desde su cúspide, desde la cumbre, desde el mismísimo Olimpo, qué narices. Ojalá alguna de estas canciones os haga tan feliz como me hacen a mi, y recordad que si no os gustan siempre podéis apretar el botón de skip (si sois unas ratas roñosas como yo, hasta seis veces en una hora), dejar un comentario insultante un poco más abajo, o (¿cómo diantres podéis vivir sin hacerlo? ¿cómo se sale de la droga?) hasta hacer vuestra propia selección de canciones favoritas con la que martirizar a vuestros congéneres. Y lo dejo aquí, antes de que suelte otra chorrada, que me conozco. Y, (eso es lo peor) luego me leo y me hago mucha gracia.

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