Festejamos San Patricio añorando Irlanda, una tierra a la que hay que ir, visitar, conocer. Te prometo que allí es muy fácil que seas feliz.
Por Capitán Rábano
No conozco a nadie que haya visitado Irlanda y no vuelva enamorado de esas tierras, de sus gentes y de su modo de vida. No sé si los irlandeses son los habitantes más felices de la tierra, pero os aseguro que lo parecen.
Hoy se celebra la festividad de su santo patrón (uno de los tres) y como quiera que la comunidad irlandesa ha emigrado por medio mundo, es también un día de fiesta allí donde haya un irlandés y, sobre todo, allí dónde haya un pub irlandés (aunque el dueño sea un berciano de Cacabelos).
Cuentan que San Patricio utilizó un trébol para explicar a los nativos irlandeses el concepto de la Santísima Trinidad y por consiguiente el trébol se convirtió en el símbolo de la iglesia católica de Irlanda... y del equipo de Rugby y de unas cuantas cervezas y de casi cualquier cosa que quiera tener "imagen irlandesa".
Es sencillo viajar a Irlanda, hay muchos vuelos a Dublín, una ciudad encantadora con una oferta de ocio muy interesante que va más allá de sus famosos pubs (ojo, hay que ir, sí o sí a alguno de ellos y darse una vuelta por Temple Bar).
Y escuchar a algún grupo tocar por la calle
La última vez estuve el pasado mes de noviembre con ocasión de un partido de Rugby entre las selecciones de Irlanda y Nueva Zelanda (los famosos All Blacks). Fue un día de fiesta masivo. Toda la ciudad se consagró al evento. Se improvisaron zonas de ocio con food trucks y pantallas para que todo el mundo viera el partido.
Yo tuve la inmensa fortuna de verlo en directo, en el campo, en el coqueto Aviva Stadium. Todo fue maravilloso, salvo el frío que pasé, acrecentado por esa sensación de masiva y chorreante humedad ambiental. Pero bueno, a la salida me fui a cenar a un restaurante hindú de la zona de Ballsbridge y os aseguro que el curry de cordero que me zampé con una copa de vino australiano me hizo entrar en calor. No hay fotos porque no me quedaba batería, pero, sobre todo, porque nunca había comido algo tan picante y me lloraban los ojos... ¡qué gozada!.
Por cierto, una anécdota. No sé si sabéis que la selección de rugby de Irlanda no representa a la República de Irlanda y que, a diferencia del fútbol, no hay selección de Irlanda del Norte. No, la selección de rugby no distingue entre británicos e irlandeses, entre católicos o protestantes... la selección es la de todos los irlandeses. De hecho, yo me alojé en un Bed & Breakfast repleto de ciudadanos de Belfast que habían acudido a la llamada del partido.
Fijaos hasta que punto llega la cosa que solo cuando se juega en Dublín suena el himno de Irlanda, junto con una canción especialmente creada para la selección, el Ireland's call, que es la que suena en exclusiva cuando la selección juega fuera.
Y ahí, fue uno de esos momentos (he tenido muchos) en los que he sentido una profunda envidia de los irlandeses, cuando viví como 40.000 personas escucharon en un impresionante silencio el himno de Nueva Zelanda y luego cantaron como una sola voz el Ireland's call
Pero si de verdad queréis conocer el país y sus gentes, os recomiendo que visitéis algunos lugares imprescindibles, como la región de Connemara y las islas de Arán, regiones que han conservado la lengua y formas de vida autóctonas adaptadas a un entorno treméndamente hostil. Podéis visitar toda la zona desde la muy festiva y juvenil Galway, una ciudad que parece imbuida de un permanente "buen rollo" con gente, especialmente jóvenes, de todas las partes del mundo. ¡No dejéis de probar en cualquiera de sus pubs, las famosas otras acompañadas de una pinta de Guinness!.
Al sur de la isla está Cork, ciudad rival de Dublín, tanto que es imposible beber Guinness, en Cork tienen su propia Stout, la Murphy's. Desde allí podréis visitar la turística costa sur-occidental de la isla y de camino, parada obligada en Rock of Cashel, el lugar desde el Que la tradición dice que el propio San Patricio evangelizó la isla y expulsó a las serpientes.
¿Y que podemos comer y beber para festejar San Patricio?, pues hombre... lo de beber es fácil, Guinness y Jameson, en cuanto a lo de comer, ¿qué tal este tradicional estofado irlandés?, ojo, uno con cerveza, que el Irish stew tradicional no le acabo de ver la gracia. Lo podemos acompañar de un tradicional y superfácil pan de soda.
Y como no... os dejo con los grandes, con The Dubliners