Revista Cocina
La celebración de Fin de Año es una de las pocas ocasiones anuales que tengo para regresar a casa de la familia, estar con ellos y compartir tiempo, alegrías, risas, comidas y bebidas. Y como hago ya desde hace varios años, intento que todos los vinos que bebemos en Nochevieja y Año Nuevo sean gallegos. Este año no iba a ser menos, así que me armé con varias botellas de distintas DO gallegas y los dispuse para nuestro disfrute. La excepción han vuelto a ser los espumosos, ya que aparte de mi devoción por el champagne, no he probado ningún espumoso gallego que acabara de convencerme (sólo he probado espumosos de Albariño, aclaro).
Para los aperitivos, un espumoso italiano que se está volviendo tradición en nuestra cena de Nochevieja, y que es una apuesta segura. El Cantina Alice Bel Colle Moscato d'Asti 2015 (DOCG Moscato d'Asti, espumoso 100% Moscatel, Cantina Alice Bel Colle) es un vino de color amarillo pálido, con aromas de piel de uva y frutas dulces y algún recuerdo de miel, y que en boca es fresco, ligero y con un dulzor comedido. Muy rico, la botella voló.
Empezamos el desfile de frutos del mar, y para acompañarlos apareció por la mesa uno de mis Rías Baixas preferidos. Leirana 2012 (DO Rías Baixas, blanco joven 100% Albariño, Forjas del Salnés) es un vino que para los lectores de este blog no necesita presentación. De color amarillo alimonado, mostraba ya una cierta edad. Nariz franca y de buena intensidad, con piel de manzana reineta, fruta de hueso, flores blancas y destellos amielados. El paso por boca es ligeramente graso, con una muy buena acidez, frutal y largo. Como siempre, muy bueno. Albariño: vinos para consumir en el año; sí señor, sí.
Seguimos con las delicias de la ría de Arousa acompañadas por un vino sin DO, elaborado según criterios ecológicos y biodinámicos en un precioso pazo en San Amaro, provincia de Ourense, en los lindes de la DO Ribeiro, de la mano de una malagueña, Pilar Higuero, y sus secuaces. A Pita Cega 2013 (Sin DO, blanco con crianza en depósito; Albariño, Treixadura y Otras; Lagar de Sabariz) es un vino de color amarillo pálido muy delicado. En nariz es puro campo, hierbas de monte, manzanilla, puntas cítricas y tenues recuerdos de la lavanda que tanto abunda en sus viñedos de origen. En boca se reveló ligero, de buena acidez, fresco, frutal, muy rico. He tenido el placer de conocer personalmente a Pilar y a parte de su familia, tanto humana como animal y vegetal y les recomiendo a todos la experiencia. Y el vino me gustó mucho más que cuando lo caté con Pilar en la bodega el pasado verano. Ha crecido con el tiempo, lo cual me hace pensar que la botella que me queda descansará un tiempo más en la vinoteca.
Hizo su aparición la carne, y con ella un tinto de un elaborador de esos de los que todos los que bebemos vinos que se salen un poco de los círculos habituales hemos oído hablar y hemos leído muchas cosas, pero de quien no había podido probar nada. Súper Héroe 2011 (DO Ribeiro, tinto con crianza, Ferrol, Caiño, Bastardo Negro, Sousón y otras; Viños de Encostas) es el básico de Xosé Lois Sebio, se elabora con uvas de cepas viejas de varios viñedos y tiene una crianza de 14 meses en barricas de 500 litros de tres vinos. Nos encontramos con un vino de color apicotado muy intenso, con ribete amoratado. Aromas de muy buena intensidad, florales, con fruta sobre todo roja, terroso y con algún tostado. En boca es un vino muy atlántico, fresco, con buena acidez y buen paso, y dejando recuerdos de cacao y torrefactos. Gustó mucho a todos en la mesa, y me ha recordado que tengo que hacerme con ellos y ponerme a la faena con los vinos de Sebio.
Para los brindis y la celebración llegó el champagne, y en esta ocasión descorchamos uno que había probado hace ya un tiempo comiendo en un restaurante y que nos había encantado. Egly-Ouriet Les Vignes de Vrigny Premier Cru (AOC Champagne, espumoso 100% Pinot Meunier, Egly-Ouriet) es un blanc de noirs con 42 meses de crianza, de color amarillo pálido y una burbuja finísima y elegante. En nariz destacan los frutillos rojos, la mantequilla, el pan tostado y los recuerdos de levadura. En su paso por boca es frutal, con una muy buena acidez y un carbónico perfectamente integrado. Un champagne muy rico de un elaborador al que creo que también voy a seguir.
La noche no dio más de sí, así que el otro tinto que había llevado, Eidos Ermos 2012, se quedó para otra ocasión, pero para la comida de Año Nuevo, despachamos un blanco de Monterrei que nunca me falla. Quinta do Buble 2014 (DO Monterrei, blanco joven 100% Godello, Adegas Quinta do Buble) viste de color amarillo pálido con reflejos verdosos. En nariz muestra fruta blanca, notas herbáceas y jazmín, y en boca tiene una acidez viva, es frutal y con un agradable punto amargoso al final. No es un vino tremendamente complejo, pero como dije, nunca me falla.
Para reyes desfilaron por la mesa vinos de Xurxo Alba, representados por Albamar 2014, Fusco 2014 y un fantástico Albamar 2009, pero eso ya me lo guardo para mí.