Revista Ciencia

Fin de la patente del MON810

Por Jmmulet
El próximo año sucederá algo de vital transcendencia para la agricultura europea, de lo que todavía no se está hablando demasiado. El 2014 expira la patente del maíz MON810. Esta modificación genética, que confiere resistencia al taladro del maíz por expresar la proteína Bt, es la única modificación genética que se siembra a nivel comercial en Europa, principalmente en España. Va a ser la primera patente que caduque de un transgénicos. Si esta variedad no fuera transgénica la noticia sería irrelevante. La mayoría de las variedades no transgénicas, llamadas registros, quedan obsoletas mucho antes de su caducidad ¿por qué? Muy fácil, las nuevas variedades mejoradas van sustituyendo a las antiguas de año en año, por lo que cuando llega la caducidad del registro hace tiempo que han sido substituidas por otras. No es el caso del MON810, que ha tenido una vida comercial relativamente larga por ser transgénica y ahorrarse la aplicación de insecticida, lo que ha sido el factor determinante para que los agricultores optaran por sembrar esta variedad. No hay que olvidar que una patente protege durante un periodo de 20 años, pero que los 10 primeros se consumieron en el proceso de autorización ¿Qué implica que Monsanto ya no sea la que tendrá la exclusividad del uso comercial? Pues en principio –salvo que los acuerdos de licencia ya firmados indiquen lo contrario- que cualquier empresa de semillas pueda producir semillas y venderlas sin necesidad de pagar royalties, lo que en principio implicaría un abaratamiento del precio de la semilla. No obstante aquí volvemos a encontrarnos con la laberíntica política europea. Los transgénicos están sujetos a una legislación mucho más dura que cualquier otra variedad, y entre las condiciones draconianas está la de realizar un seguimiento de cada variedad que contenga esta modificación genética. Este seguimiento se realiza a diferentes niveles, por una parte para las autoridades españolas (ver condiciones de inscripción de cada variedad en el Boletín Oficial del Estado). También hay que realizar otro seguimiento de la modificación genética para las autoridades europeas (para su valoración por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) para asegurar que los agricultores han sido informados sobre el protocolo de buenas prácticas y que siguen sin observarse efectos adversos sobre las personas o el medio ambiente. Hasta ahora la empresa propietaria de la patente era la principal responsable de este complicado seguimiento. Ahora nos encontraremos con el vacío legal de que si el MON810 ya no es propiedad de Monsanto ¿Quién realiza el seguimiento? Esperemos que la resolución de esta paradoja vaya en beneficio de los agricultores, que de perjuicios ya van sobrados por gentileza de la Unión Europea.

Fin de la patente del MON810

Campo experimental de MON810

¿Implica esto que el MON810 va a sembrarse más o menos? Pues tenemos otra paradoja. Puede ser que los grupos ecologistas le vayan a regalar una segunda juventud a las modificaciones genéticas tolerantes a insectos. Hace unos meses se aprobó una aberrante prohibición sobre los insecticidas neonicotinoides. No hay ninguna evidencia que prohibir estos insecticidas vaya a tener efecto sobre las poblaciones de abejas, castigadas por diferentes factores como el cambio climático, el hongo nosema, las especies de avispas invasoras, o incluso algunas técnicas apícolas, etc… No obstante como la Unión Europea parece tomar sus decisiones sin tener en cuenta la opinión de los científicos, pues ha tirado por la directa. Esto supone un grave problema para el agricultor europeo, puesto que le quita la única herramienta para luchar contra plagas como el taladro o la diabrótica y le deja en situación de desventaja frente a terceros países como Marruecos, Brasil o Argentina, que van a seguir utilizando estos insecticidas. Qué alternativa queda para los cultivadores de maíz, privados del uso de insecticidas… pues el MON810 o nuevas modificaciones genéticas. No es de extrañar que en las próximas cosechas se siembre en países que hasta ahora no lo han utilizado. No es el único caso que un exceso de celo acaba teniendo efecto boomerang.

Fin de la patente del MON810

La diabrótica, festejando la prohibición de los neonicotinoides

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