Revista Cultura y Ocio

Fin de la primera parte

Publicado el 22 mayo 2015 por Icastico

Nunca tanto deseé una “jornada de reflexión”. Mañana. Sábado. Un descanso, un recreo. Kit Kat. Más la veo como “jornada de desintoxicación”. Un día sin contaminación mediática, sin la Esperanza castiza que desespera fatiga y harta. Sin esperanzas similares que habitan bajo idéntica chistera. Sin “perrodistas”. Un día sin caretas ni caretos y en muchos casos, catetos. Un día sin menús ideológicos, todos aliñados con la palabra cambio. Vituperada. Sábado sabadete, camisa limpia, sin zoquetes (y si hay polvo polvete cumplo mejor con el dicho graciosete). Un día para reciclar papel: sobres, programas (es un decir) y papeletas que preñan mi buzón. Si, los guardo para dar descanso al higiénico rollo de mi tazón, mucho más higiénico que los rollos sin fin de quien no cree lo que habla y nos exige latín. Con ellos limpiaré el discurso electoral de mis tripas cuando salga exhausto de mi vientre. No pasa nada ¿verdad?, hay que predicar con el ejemplo en asuntos de lo sostenible; el planeta está fatal. Solo una salvaré y por ella rezaré. Que llegue a ese altar llamado urna esperando que no me confunda. O acabaré siendo un Dinio de la vida, porque la noche será eterna.

¿Qué hay que reflexionar? ¿Arre, ar? ¿Arre, so? Ahora por aquí, ahora por allá y mira que guapo está. ¿Si meto chorizo o mortadela en el sobre para que sea un voto nulo con solera? Y con indirectas sin “in”. Porque un billete de 500 juro que no lo meto, es algo ya tan visto y tan vulgar, excepto para la gente elegante, la del guante, la que no deja huellas ni discos duros ni pruebas que comprometan su honor. El de ellos. Ni aunque quede como un diputado, un magnífico señor. Votaré por todos aquellos que lo desean y no lo pueden hacer, por todos los emigrados maltratados con trabas y barreras puestas por quienes los deben proteger, pero son jóvenes y sospechosos de no votar lo conveniente. Otro gallo cantaría si fueran viejos y dementes, en sus manos pondrían la lista “verdadera” los indecentes. El respeto sobra en este duelo.

A los que siempre lo tuvieron claro, enhorabuena, me incluyo en la felicitación por habernos sobrado el aluvión. Mi pena, por ello, ha sido comerme el chaparrón. A los indecisos, me duele que su mar de dudas pueda ser verdadero, aunque tiempo han tenido para llegar al embarcadero, reconozco, eso sí, que la niebla ha sido densa y persistente, claridad es lo que ha faltado. Los falsos indecisos tropezarán por segunda o tercera vez con la misma piedra, con gusto, y si les da igual, que se rompan el espinazo y pasen a lista de espera, es la única forma de que desaparezcan las piedras, el mal camino (y se disipe la ceguera). El lunes empieza la segunda parte del partido con más patadas que he contemplado, larga y con posible prórroga. Allá por noviembre, diciembre o enero acaba, lo que dicte el Mayor Indeciso del ojo tembloroso. Si todo lo visto hasta ahora ha sido el aperitivo me doy con un canto en los dientes si llego a las generales vivo.


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