Lo mismo, pero mejor empaquetado, con lo que eso conlleva en cuanto a un aumento de la dosis de encanto. Fina Catalina ha supuesto una grata (y bella) sorpresa en la zona de Retiro porque aúna una estilosa estética y ambiente con una buena cocina, y eso, aunque es el lema de este blog, ya se sabe que no abunda.
Cocina italiana sencilla, desde luego, pero deliciosa como ya lo era en las anteriores etapas de Stefano Carta, chef y socio, en Don Lisander y Trattoria Manzoni. La diferencia es que aquí deja de lado ese aire de trattoria para subirse al carro de las aperturas de moda de la capital de la mano de Álvaro Oliver Bultó y el Grupo Wolf (La Contraseña, El Trajín…) Y lo consigue.
Llenos hasta la bandera están sus diferentes espacios: la barra de coctelería de bienvenida, la sala, el pequeño salón a modo “speakeasy” en la parte trasera y un original y coqueto reservado en la planta baja, junto a la cocina, para tan solo dos personas que quieran encontrarse en la intimidad. Roble, mármol y antigüedades (algunas a la venta) juegan un papel crucial con una conseguida iluminación especialmente diseñada para dar una chispa a un restaurante a caballo entre un bistró y una cuidada casa de comidas.
En su extensa carta, las pizzas son imprescindibles. Su receta viene del Lago Como, donde las que hacía el padre de Stefano eran uno de las tesoros de la Lombardía. Su estilo es napolitano, ovaladas, de fina masa tostada al horno de leña y con ingredientes tan originales como las patatas chips y huevos de codorniz. Pastas largas y rellenas no te defraudarán en recetas clásicas con productos de primera y excelentes salsas y tampoco lo harán carnes como la “saltimbocca alla romana” o una selección de ensaladas, para guardar la dieta, frescas y preparadas al momento.
Toma un cóctel, buenos vinos transalpinos o deja sitio para el postre. Alarga la sobremesa, saborea y disfruta de Fina.
Precio medio: 30 euros
Castelló, 1
Tlfn. 91 110 97 67
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