Kenichi Ohmae: El éxito de Finlandia
Por Kenichi Ohmae
Finlandia se encuentra también en la periferia de Europa, pero en la contraparte de Irlanda. Mientras que ésta, al oeste, mira hacia el mar inmenso, los habitantes de Finlandia pueden mirar hacia un paisaje ligeramente mas seco, aunque igualmente hostil: kilómetros y kilómetros de bosques impenetrables y de tundra helada, interrumpida únicamente por lagos cubiertos de huelo e interminables ríos de aguas rápidas. De hecho, durante mucho tiempo Finlandia se encontró lo más alejada que se podía estar de la trillada ruta de los negocios y el comercio.
Finlandia se extiende sobre el borde nororiental del Báltico, el cual, aunque es un mar, parece más bien un lago de grandes dimensiones. En el pasado lejano, el Báltico era la vía de acceso a productos primarios como pieles, madera y ámbar, pero Finlandia estaba en realidad demasiado al norte para beneficiarse de ello. Sus puertos sólo pueden estar abiertos durante todo el año gracias a la acción de los rompehielos. Sin embargo, las gélidas temperaturas constituyen una bendición. En el invierno, la capa congelada de muchos lagos y ríos llega a ser tan gruesa que es posible que circulen camiones sobre ella, de manera que se añade una modalidad de transporte de temporada, casi sin costo, a la infraestructura.
La industria finlandesa se ha basado tradicionalmente en el procesamiento de los recursos naturales, en especial de las abundantes regiones boscosas. El país posee también cierto volumen de ingeniería mecánica de alta calidad. Pero la industria en Finlandia nunca ha sido estática. A lo largo del siglo XX invirtió cantidades considerables en investigación y desarrollo, y mantuvo una innovación constante en la producción.
En la última mitad del siglo pasado, el país quedó atrapado entre las esferas de influencia de las superpotencias rivales: los Estados Unidos y la OTAN al norte y al oeste, y la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia al este y al sur. Mientras que la sociedad y el gobierno finlandeses eran libres y pluralistas, todos en el país (y también en el exterior) reconocían que eso tenía que pagarse con un compromiso con la “neutralidad”. La “finlandización” pasó a formar parte del vocabulario político como un término despectivo: ningún país quería ser como Finlandia.
Este país también desarrollo un estado de bienestar de estilo escandinavo, a cambio de un fuerte endeudamiento y uno de los niveles de impuestos directos e indirectos más altos del mundo. Ello también supuso la introducción de un sistema educativo de muy alta calidad.
En medio de todo esto, fueron surgiendo empresas como Nokia y Sonera (que ahora se llama Telia en 2002), pioneras globales en telecomunicaciones. También surgieron importantes desarrollos en ingeniería de software – como el especialista en seguridad de datos SSH y el sistema operativo Linux (inventado por el finlandés Linus Torvalds).
En consecuencia, Finlandia ha alcanzado niveles de productividad y de competitividad que despiertan la envidia de otros actores económicos más establecidos. El Foro Económico Mundial con sede en Ginebra declaró en 2003 a Finlandia como el país más competitivo del mundo, y así continuó en 2004. Alcanzó este lugar después de superar a los Estados Unidos y Singapur. También llegó a clasificarse entre los primeros lugares de conectividad y compatibilidad de redes, y fue considerado el país que mejor respuesta ofrece la tecnología de la información y a las oportunidades de negocios por vía electrónica.
¿Cómo un país aislado, con altas tasas impositivas, pudo sortear la marea económica? En primer lugar, este país siempre ha reconocido que su prosperidad radica en mirar hacia fuera, al resto del mundo. Esto solía ser una especie de maldición en el pasado dominado por las actividades de manifactura. Al tener pocos recursos naturales, el país era vulnerable a las oscilaciones de los precios de la energía. Finlandia fue también una de las pocas regiones, fuera del antiguo bloque soviético, en derramar una lágrima, aunque quizá fuese de cocodrilo, por el derrumbe de la Unión Soviética. La URSS era uno de los socios comerciales más importantes de Finlandia.
Las visitas al otro lado de sus fronteras contribuían a la buena marcha del sector turístico finlandés. El colapso del gigante comunista supuso que las cifras de la balanza de pagos de Finlandia sufrieran una caída drástica. Finlandia se enfrentó al ambiente internacional despojada de sus antiguas certezas, y a una economía interna que mostraba todos los signos de encontrarse en fase Terminal. Los finlandeses son un pueblo con ingenio, y comprendieron con resolución que la salvación sólo podía llegar a través de la apertura hacia el resto del mundo.
Además de ser un pueblo con mentalidad abierta, su nivel educativo es muy alto. Al igual que en otras partes de la península escandinava, el dominio del inglés es generalizado, aunque para los finlandeses esta destreza lingüística constituye una necesidad básica. Los finlandeses se enorgullecen de su lengua vernácula, el fines, pero son lo suficientemente sabios como para entender que sólo los finlandeses (y los estonios) pueden aprenderlo. El fines es un idioma muy complejo, sin ninguna relación con las lenguas indoeuropeas como el sueco y el ruso. Son pocos los extranjeros que se atreven a aprender a fondo este idioma. Desde hace mucho, los finlandeses se han visto forzados a comunicarse con el resto del mundo por medio de la plataforma lingüística del inglés. El conocimiento del inglés es necesario en Finlandia para avanzar en la formación educativa, puesto que muchos libros de texto ingleses y estadounidenses para los grados de preparatoria y universitarios no se traducen a fines.
Además, el inglés es el idioma que se habla en las reuniones de alta dirección en empresas como Nokia (la empresa más grande de Finlandia). Así, el inglés no se percibe como una amenaza, si no como una oportunidad. La instrucción en este idioma comienza desde las edades muy tempranas en las escuelas finlandesas, y cada vez son más las materias académicas que se imparten usando el ingles como puente. Esta es una de las razones por las cuales las universidades finlandesas reciben contingentes excepcionalmente grandes de estudiantes extranjeros.
Con amplitud de las miras y el dominio del inglés, los líderes y directores finlandeses adquieren una perspectiva nacional y global casi de manera automática. Los altos ejecutivos en el sector corporativo finlandes también tienen una mentalidad abierta y buscan contratar y aprovechar a los mejores talentos, venga de donde vengan. Por ejemplo, dos de los directores de mas alto nivel de Nokia son extranjeros, uno Noruego y otro estadounidense, y la bolsa de valores finlandesa esta dirigida por una empresa sueca, OM.
El ingrediente final de esta historia de éxitos es el apetito insaciable de los finlandeses por la tecnología. La Internet fue adoptada con entusiasmo a mediados de la década de 1990. Cada departamento del gobierno local y oficina de turismo tuvieron presencia en la red des un principio la mayoría de sus páginas web están Finés, pero prácticamente todas ofrecen traducciones al inglés en otra parte del sitio. En todas las escuelas, bibliotecas públicas y muchos otros lugares públicos se han promocionado terminales para navegar en la red. En 2002, Finlandia tuvo una de las tasas de conexión a Internet más altas del mundo: 230 conexiones por cada 1000 personas. Finlandia registró en términos de porcentaje, más personas en línea de cualquier otro país: 1.5 millones de personas, de una población de cinco millones, usaron la Red en al menos cinco días a la semana.
Finlandia es propensa a ocupar los primeros puestos en los cuadros de competencias. Se mantiene como primer lugar en el uso de teléfonos celulares. A finales de 2002, más del 87% de los finlandeses tenía un teléfono móvil. Ello hizo que se excediera con mucho el número de líneas, pero esto no es de sorprender en el hogar de Nokia, que actualmente posee una tercera parte de la participación del mercado global. Aunque la empresa está muy orgullosa de sus raíces y de su sede finlandesas, sabe también que sus operaciones en el mercado interno corresponden a menos del 1% de sus ventas globales.
Nokia no alcanzó su posicionamiento global por casualidad. Esta compañía tiene sus orígenes en una empresa maderera fundada en el suroeste de Finlandia a mediados del siglo XIX. En la década, la empresa cambió de giro para dedicarse a la electrónica de consumo, pero sufrió una grave derrota por parte de la competencia japonesa. De hecho, la empresa estuvo a punto de quebrar a principios de la década de 1990. sin embargo, logró recuperarse gracias a la innovación y al establecimiento de agresivas estrategias de investigación y desarrollo. Pero no se duerme en los laureles. En 1994, Jorma Ollila, director ejecutivo de Nokia, tomó una decisión verdaderamente histórica: el futuro de Nokia estaría desde entonces en las telecomunicaciones móviles. A partir de ese año, la empresa ha ido logrando implacablemente un éxito tras otro en este mercado. Además, se ha desprendido de su participación en las muchas otras áreas en las cuales estaba involucrada.
Finlandia ha comprobado los beneficios de una economía basada en el conocimiento. Gran parte de ello fue consecuencia de un compromiso de innovación que ya existía. Cuando surgen los problemas es preciso resolverlos. Las soluciones pueden luego comercializarse en el extranjero.
Los finlandeses siempre han sido realistas. Saben que no pueden permanecer ocultos entre los bosques de su país, en la cima de Europa: deben ser participativos. Han demostrado que una total participación en la economía global puede cambiar el lugar que una nación ocupa en el mundo y poner en evidencia que el resto del mundo es un espacio del cual no debe sentirse temor. Esta apertura a la economía global ha estimulado a varios inversionistas, como los fondos de pensión estadounidenses, a adquirir acciones corporativas finlandesas. En la actualidad, más del 60% del capital finlandés está en manos de extranjeros. A medida que las empresas finlandesas se apoderan con dinamismo del escenario global, los estudiantes y los turistas acuden en masa a la tierra de los suomi.
Finlandia no es el único país de la península escandinava que ha adherido a la economía global, en especial a través del canal de la tecnología. Su vecina Suecia es la sede de Ericsson, otro líder en la provisión de tecnología móvil y en el desarrollo de numerosas plataformas técnicas.
Publicado por Manager en 16:24
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Kenichi Ohmae nació en la isla de Kyushu en el año 1943; actualmente reside en Yokohama con su esposa e hijos. Como consultor de alta gerencia, escritor y conferencista, ha sido descrito como el “Señor de la estrategia” en su Japón natal, donde preside las oficinas de Mc KINSEY & COMPANY, firma internacional de consultores. Algunas de las corporaciones Japonesas mas famosas solicitan con regularidad su ayuda para establecer estrategias de competencias; su asesoría tiene además una fuerte demanda por parte de compañías multinacionales Norteamericanas y Europeas.
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Fuente: SHM Consulting
Imagen: Finland-Nokia