Revista Cocina

Fishka [Restaurante ruso en Madrid]

Por Capitan_rabano @pardeguindillas

Un restaurante ruso en Madrid a escasos metros del Auditorio Nacional y que estábamos deseando visitar. Te cuento nuestra experiencia.



Ficha:

Decoración: Elegante en tonos blancos y marrones oscuros, nada recargado y con espacio generoso.

Ambiente: Vale para ir con la novia y con el suegro; para ir con amigos e incluso para hacer negocios con rusos melómanos.
Recomendamos: El esturión al horno (imprescindible) y acompañarlo con un vodka Russsian Standard.
Donde: Calle Suero de Quiñones 22, Madrid
Cierra: Domingo.
Webhttp://www.fishka.es/
Precio: 40€
Calificación:

Decoración / Ambiente: 7

Servicio: 6,5.
Carta: 6.
Carta de vinos: 8
Carta de vodkas: 8
Cocina: 7
Precio: 6
Experiencia: 7
Nota final: 6,75
En Madrid hay varios restaurantes rusos o, mejor dicho, especializados en comida rusa. Dos de ellos llevan muchos años y no conozco a ningún madrileño que no haya pasado por uno de los dos. Eso sí, luego no ha sabido decirme por cual porque son... ¿muy parecidos? e inspirados en un ambiente muy clásico. Hoy voy a hablaros de otro, de uno diferente. De Fishka.
Conocimos la existencia de este restaurante cuando asistimos invitados a la cata de vodkas en la sede de la embajada rusa en Madrid y, la verdad, nos picó la curiosidad.
Ya os he contado alguna vez que El Tio de la Copa dejó este blog debido a incompatibilidades horarias y al hecho de que viaja más que el baúl de la Piquer y lo cierto es que se pasa la vida en tierras rusas o haciendo negocios con los hijos de la gran madre rusa y por ello le pedí que nos acompañara, así como a otra pareja de amigos. En total fuimos cinco comensales, uno de ellos con conocimientos de ruso y una incomprensible afición por la sopa borsch.
Hoy voy a hablaros de una experiencia en la que pedimos todo al centro de la mesa y además probamos vodka ruso. ¿Quieres saber más?.
El local:
Restaurante Fishka

A la entrada hay una barra no muy amplia, pero que da servicio. A la izquierda está la sala. No hay muchas mesas y no estaba lleno (ni mucho menos).
Bonito, sin ser el más bonito; elegante, sin apabullar; familiar, sin familiaridades... en fin, muy correcto, ¡me gustó mucho! y es que tiene un tipo de decoración que le hace ideal para ir con amigos, en familia o pareja y eso es muy difícil.
Hay espacio entre las mesas, espacio en las mesas; la vajilla y la cubertería son correctas... en fin, no es el típico ruso con aire decimonónico, es moderno. 
Restaurante Fishka

Como he dicho, vale para ir en pareja, familia o amigotes y, sobre todo para hacer negocios con rusos amantes de la música clásica, no en vano está a escasísimos metros del Auditorio Nacional. Y si amas la música clásica y eres un ruso con dinero, irás a Fishka después de asistir a un concierto y pedirás caviar y champagne. ¿Un Louis Roederer?, tienen varios en carta.
La carta:
A ver... no es un restaurante ruso ortodoxo (si es que eso existe), vamos, que no todo es comida tradicional rusa. 
El pueblo ruso ocupa una gran extensión, aún así tiene gustos muy uniformes y entiendo que cuando están fuera de su tierra buscan sabores conocidos aunque no se trate de recetas tradicionales.

Restaurante Fishka

Patatas, zanahorias, arenques, remolacha y eneldo. Un perfecto resumen de sabores rusos


¿Y a que sabe la gastronomía rusa?, pues a eneldo fresco, a repollo y remolacha; a vegetales encurtidos y salmones marinados; a arenques, salmón y vodka... ¡ah, no!, ¡qué el vodka no tiene sabor!.
La comida rusa tiene texturas de patatas, blinis y pepinos y todo eso está presente en la carta de Fishka, y aunque no es una carta muy extensa, encontrarás todo lo necesario para satisfacer tu paladar, aunque quizá eches de menos algunas cosas, como el steak tartar (que dicho sea de paso, en su formato gastronómico tradicional es francés y no ruso).

Restaurante Fishka

Los postres no son muy imaginativos

Y a todo esto, ¡muy buena la carta de vinos!. Espero que no peque de aquello que llamo la carta obsoleta y en nuestro caso no fue así, tenían el vino que pedimos para comer y en el postre. Los precios no estaban muy inflados y si puedes permitírtelo, los del champagne son especialmente atractivos. ¡Qué puede haber más ruso que comer caviar con un champagne francés!.
Y ojo, si vas a Fishka y no eres abstemio debes probar un vodka. Un Russian Standard es perfecto, pero te vale cualquiera de los que tienen en su carta para chupitos, jarras (tres chupitos) o botellas enteras. Yo te recomiendo que pruebes un vodka típico, sin sabores orientados a la exportación, será la mejor forma de acercarte a una experiencia auténticamente rusa.
La cocina:
La verdad es que no había mucho misterio en lo que probamos, casi todo frío y marinado o encurtido, pero a la vez todo fue muy correcto. Mención aparte merece el esturión al horno, ¡espectacular!, en serio, si vas a Fishka tienes que pedir el esturión sí o sí, no hay excusa, es uno de los mejores platos de pescado que he probado. Textura prieta, carne firme, sabor delicado, punto perfecto... ¡magnífico!.

Restaurante Fishka

El esturión: lo mejor de la comida

El resto... correcto, sin más... ni menos.
La tempura de esturión es algo a no pedir. Un pescado tan delicado y poco potente de sabor no tiene sentido tempurizarlo, fue un error.
Restaurante Fishka

Los blinis son lo que son y el salmón lo mismo. Lo sirven marinado y te ofrecen diferentes salsas. La mejor, sin duda, la de cítricos.
Restaurante Fishka

Restaurante Fishka

No hay ruso sin blinis


El servicio:
Muy serio y a la vez accesible. Muy profesional, conocedor de la carta y de la naturaleza del restaurante, algo que parecería obvio en cada lugar y desgraciadamente no lo es.
Hubo algunos pequeños fallos, como no tener el vodka helado, sino solo frío y si que hubo un lunar y para mi no fue menor. Como he contado, todo lo pedimos al centro y tras probar el esturión todos decidimos que queríamos más, ¡mucho más! y al pedirlo se nos dijo que la cocina ya estaba cerrada. Bien, no pasa nada, pero no hubiera estado de más (es más, hubiera sido lo más correcto) teniendo en cuenta que estábamos pidiendo raciones para compartir que si tocaba cerrar la cocina se nos hubiera avisado en plan:
- Vamos a cerrar la cocina, ¿quieren pedir algo más?.
Quiero decir que no fuimos pidiendo un primero y un segundo y, lo más importante, en aquel momento no había más mesas en el restaurante.
El precio:
No es barato... no es abusivo...
En general, y me parece una curiosidad, la carta de vinos no va en consonancia con la de comida y me pareció propia de un lugar más barato, claro que en un lugar más barato no suelen tener semejante carta de vinos.
Ahora bien, fuimos cinco personas. Cierto que solo pedimos una botella de vino, pero pedimos cinco vodkas. No comimos demasiado y algunos ingredientes son baratos (patatas, pepinillos, remolacha) y otros menos (salmón, esturión). En fin, que queréis que os diga, 45€ por persona es un precio elevado, pero no una locura y lo que si que hay que tener en cuenta es que está dentro de la oferta del Club Kviar, lo cual supone un 30% de descuento en el precio final salvo algunas excepciones de la carta (por ejemplo el caviar).
Restaurante Fishka

Conclusión:
Un restaurante muy agradable en un lugar bien comunicado. Una oportunidad para acercarse a una gastronomía poco conocida.
Caviar, champagne, salmón, arenques, eneldo, blinis... todo eso y cerveza checha de barril (Pilsen Urquell) o vinos franceses están en la carta de Fishka. Sabores no muy extraños ya a nuestro paladar

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