
"Desde el punto de vista oficial, Néstor primero y Cristina ahora encarnan aquellos sueños juveniles, y la promesa es que esta vez los enemigos de siempre no podrán impedir que se concreten. Claro que son sueños remozados, moderados, adaptados a los nuevos tiempos: ya no apuntan a una patria socialista, sino a una distribución equitativa del ingreso" "El otro evento importante del mes será el 24 de marzo, rebautizado como el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Será el aniversario número 35 del último golpe y los organismos de derechos humanos, liderados por las Madres, preparan una fuerte concentración para ese jueves en la Plaza de Mayo.
"Si el 11 de marzo es un día de fiesta en el imaginario kirchnerista, el 24 de marzo es la otra cara de la moneda: la derrota del pueblo a manos del eje del mal.
"La reconstrucción de los setenta que hace y auspicia el oficialismo tiene la fuerza de las antinomias simples y fáciles de comprender. Lástima que no sea cierta y que cuente tan mal algunos hechos y deje tantos otros sin contar. El problema básico es que un objetivo político la sobrevuela: la justificación del Gobierno y de todas sus decisiones".
En su defensa, cita a un gran intelectual como Todorov que en su visita a Argentina argumentó criticamente calificando de "manipulación histórica". Bien. Ahora, Todorov ¿está realmente al tanto de lo acontecido en el país? ¿En cual de sus obras investigó sobre la Argentina y el terrorismo de Estado para hablar de la utilización de la memoria?La otra pata que critica este cambio de época, está muy vinculado también a esta sensación de "revival" setentista que parecen tener algunos intelectuales. Se trata de un artículo de María Saenz Quesada, titulado "Sarmiento, Rosas y la memoria histórica". La historiada, discipula directa de Felix Luna, hace honor a su maestro y se indigna ante la reivindicación que se le hizo a Rosas con la batalla de Vuelta de Obligado mientras se ningunea a Sarmiento y se denosta a Roca. En el artículo se encarga de alabar al "Padre del aula" resaltando todos sus aciertos, olvidandose de sus barbaridades, mientras que cuando lo compara con Rosas hace todo lo contrario. Saenz Quesada encuentra en el gobierno un perfil revisionista que se encarga de distorsionar la "Verdad" histórica. En el final del artículo, la historiadora hace gala al mejor recurso de Felix Luna (y que el genial Jauretche se lo remarcó más de una vez): "Bendigo a tutti" (después de posicionar su parecer)"Rosas y Sarmiento contribuyeron con aciertos y errores a construir el país y merecen ser parte de su memoria. Pero para evitar que vuelva a escribirse una “historia oficial” de réprobos y elegidos, sería bueno utilizar criterios alejados de las barricadas de otros tiempos y, en el caso de Sarmiento, no olvidar el valioso legado del “que nos enseñó a leer”, como dijera aquel trabajador del cementerio en el acto de remoción de sus restos".
Hace bien, después de todo, Fonteveccia y sus pares dinosaurios en tener miedo a lo que viene, aunque a diferencia de la novela de Bioy no se los va a matar ni a perseguir, simplemente se los va a llevar la corriente de cambio cultura, fundamental para la liberación nacional.