El sábado 4 de octubre fue un día para recordar fotográficamente hablando. Después de bastante tiempo intentando cuadrar calendarios con un par de compañeros aficionados también a la fotografía, Rafel y Dani, nos pusimos manos a la obra y quedamos a las 6 de la mañana para ir sacar fotos al amanecer el la Gola de Puzol, en el paraje natural de la Albufera.
En este blog ya os hemos hablado de el paraje natural de la Dehesa del Saler y de las visitas guiadas que se hicieron durante la primavera para conocer una de las zonas más idílicas que hay a las afueras de la capital de Valencia.
El objetivo era el amanecer, pero debo confesar que mi objetivo era otro, los flamencos. Ya se me estaban poniendo los dientes largos de ver cómo algunos de los compañeros habían sacado fotos espectaculares a un grupo de flamencos muy jóvenes y confiados, a los que te podías acercar con cautela hasta unos 10 metros. Día tras día aparecían por las mañanas temprano, así que pusimos rumbo al Saler y cargamos con todo el equipo por el bosque hasta llegar a la zona del lago.
He de decir que las vistas del amanecer y en la hora azul del lago son espectaculares y son capaces de trasladarte a un ambiente totalmente inhóspito, como esta toma que os muestro:
Sin embargo pocos minutos después abandonamos los objetivos angulares para sacar la artillería pesada, nuestros teleobjetivos. La bandada de unos 10 jovenzuelos había llegado a la charca recién levantados para tomar su desayuno. Literalmente nos pasamos cerca de 3 horas y media sacándoles fotos, buscando la luz y las mejores posturas de nuestros protagonistas. Tras el duro trabajo y horas de procesado de cada una de las fotos aquí tenéis algunos de los resultados:A pesar de que muchos de vosotros recodáis los flamencos de color rosa veréis como estos tienen una coloración más gris o blanca, esto se debe a que son jóvenes. Pero además, la coloración tiene mucho que ver con la alimentación. Estos animales, a pesar de ese pico tan enorme que tienen, sólo lo utilizan para filtrar el barro. Viven en grandes extensiones de agua poco profundas donde abundan pequeños crustáceos que en muchas ocasiones contienen los carotenos que les aportan esa coloración, en la mayoría de zoológicos les aportan más pigmento en la comida para hacerlos más espectaculares. Si os fijáis el pico tiene una especie de dientes en forma de sierra que les ayudan a filtrar el barro. Con las patas sacuden el fondo, con un movimiento que recuerda al famoso paso de baile Moon Walk de Michael Jackson, y posteriormente con esos dientes de sierra que funcionan como tamiz recogen los pequeños crustáceos y algas.Nosotros quedamos encantados con sacar estas tomas, porque tener esos animales tan cerca y fotografiarlos sin apenas esconderte es todo un regalo para un fotógrafo de naturaleza, para un biólogo y para un gran amante de los animales.