Es muy probable que en alguna ocasión hayan escuchado alguna de las más de 200 versiones existentes del tema “Frankie & Johnny” (must have en cualquier karaoke nortamericano), pero lo que no es tan probable es que sepan que tiene más de 100 años y que estuvo basado en una historia real. En 1930, el joven John Huston (sí, aquel del Halcón Maltés y otras joyas), fanático de la canción, decidió escribir una obra de teatro sobre el tema y viajó por todos los Estados Unidos en busca de la verdadera historia de Frankie y Johnny: aquí ustedes podrán leer la historia real y las falsas, mucho más deliciosas si cabe, de una historia que se forjó con el blues, con el country, con el recién nacido rock & roll, y que llegó a las pantallas incluso en forma de melodrama del neohollywood.
Pero empecemos por el principio. Frankie & Johnny es una Murder ballad que comenzó a grabarse con la letra actual a mediados de los años 20, pero que se publicó por primera vez en 1904, aunque según otros, ya existía desde la Guerra de Secesión. Sea como fuere, sus intérpretes de principios del siglo XX, la vendían como basada en un hecho real acaecido en St. Louis en 1899.
La canción, en sus infinitas variantes, viene a decir lo siguiente: Frankie y Johnny (o Albert) eran amantes, pero un día Johnny engaña a Frankie con una tall Nelly Bly (o Alice Pry) y cuando Frankie descubre la historia, dispara a Johnny. Los finales son diferentes, pero él siempre acaba muriendo: ella, ahorcada o en la cárcel. Es decir, esto es una historia de amor, celos, prostitutas, juego, alcohol, engaños y muerte. Si no les gusta, aún pueden dar la vuelta.
En 1929 cuando todavía era más un truhán (había sido boxeador, pintor callejero en París, militar y criador de caballos en México…)que un señor, un joven John Huston de apenas 23 años llegó a Nueva York con una obra de teatro bajo el brazo: se titulaba “Frankie & Johnny”, y trataba justamente de aquella canción que los americanos llevaban cantando 30 años. Huston había viajado por todos los States buscando las diferentes canciones de la canción y la historia real de Frankie y Johnny. Y la encontró.
En 1899, en St Louis (Missouri), una mujer llamada Frankie Baker había tiroteado a su amante Allen (y no Johnny) Britt. El St Louis Globe rezaba lo siguiente:
NEGRO DISPARADO POR MUJER. Allen Britt, de color, fue disparado y gravemente herido poco después de las 2 en punto de la mañana de ayer por Frankie Baker, también de color. El tiroteo sucedió en la habitación de Britt en el 212 de Targee Street y fue la culminación de una pelea. La mujer asegura que Britt había estado interesándose en otra mujer. La bala entró en el abdomen de Britt, penetrando en los intestinos. La mujer escapó después del tiroteo.
Según averiguó Huston, con Britt todavía convaleciente (pues tardó 3 días en morir), una balada sobre la historia ya rondaba las calles de St. Louis. Lo que el titular no contaba, y tampoco lo haría (explícitamente) Huston en su obra, es que Frankie Baker era una joven y rica prostitua bastante célebre en la ciudad: famoso era igualmente su gusto por el derroche. Y Baker derrochaba en Allen Britt, que con apenas 17 años se había convertido al mismo tiempo en su querido y su proxeneta. Al parecer, le gustaba mucho tocar el piano, los trajes caros y las mujeres jóvenes. Y Baker descubrió que Britt lo estaba engañando con una tal Alice Pryar, otra prostituta de 18 años. Según un vecino, Baker los sorprendió en el bar del Hotel Phoenix y tuvieron una gran pelea, tras lo cual cada uno marchó por separado. Bitt volvió a casa al amanecer, Baker amenazó con matar a Pryar…Y ahí comenzó la pelea final. Fuera como fuera, Britt murió tres días después, y Frankie fue juzgada, alegó que fue en defensa propia y le salió bien la jugada. Aunque en muchas versiones de la historia, Frankie acaba en la horca o, al menos, en prisión.
Vamos por tanto con unas versiones tempranas, anteriores a la obra de Huston. Según leo, la primera version registrada de la canción, como “Frankie Killed Albert” es de 1904 y del entonces muy famoso Hughie Cannon (que había compuesto la tan parecida “Won’t you come home, Bill Baley?”, uno de los primeros hits de la nueva música negra, y que basada en otro asesinato acaecido en St. Louis), pero la letra y la historia cambió sustancialmente a lo largo de los años, que transformó a Allen en Albert y luego en Johnny se graban por primera vez por Charlie Patton en 1922 (aunque en el video diga 1929). Como les digo, en sus diferentes versiones, la canción fue todo un éxito de las primera década del 20 en los Estados Unidos, y se cantaba en calles y clubs.
Pero sí queremos entender qué hizo a Huston interesarse por esta canción, tenemos que ir un poco más adelante en el tiempo. Si están observando los dibujos tan excelentes que Miguel Covarrubias hizo para el libro de Huston y que fueron clave de su éxito, verán que ni Frankie ni Allen son negros ni los escenarios pobres burdeles de St. Louis. Cuando los vi por primera vez, poco antes de buscar como una loca el libro del cual les hablo, pensé que Frankie me recordaba mucho a Mae West. Lo que no sabía es que era Mae West.
En 1928, una no tan joven, aunque sí todavía por descubrir Mary Jane West llenaba un teatro de Broadway con su espectáculo Diamond Lil, en el que cantaba la ya famosa “Frankie & Johnny”. Huston vio la obra y quedó fascinado, aunque nunca sabremos si por West o por la canción. Mae era el tipo de mujer que Huston quería como Frankie: voluptuosa, segura de sí misma y de lo que era suyo, que no dudaría en disparar a un hombre si la traicionaba. Mae había estado ya en prisión, pero no por asesinato sino por escándalo público: su anterior obra de teatro, SEX, la llevó a la cárcel y a pagar una carísima multa, pero le dio una publicidad como sex symbol que aún no le ha sido arrebatada.
Huston marchó por los Estado Unidos y a mitad de 1929, volvió a Nueva York, queriendo ser escritor, con esta obra de teatro. Le presentaron a Miguel Covarrubias, que para entonces ya era muy, pero que muy famoso, y le ilustró la obra, quedando todos convencidos de que así se vendería mucho mejor. Miguel, un mexicano enamorado de los Estados Unidos, y Huston, un americano enamorado de México, serían amigos toda su vida. El libro salió a la venta en 1930, y fue un éxito instáneo. Tanto éxito tuvo que enseguida vinieron los singles…las películas…Películas para Huston, pero también para Frankie & Johnny… y para Mae.
En 1933, Mae West hizo su segunda película “She done him wrong”, salvando a la Paramount de la ruina, y como espero que ya hayan reconocido la historia es la misma. Con unas cuantes diferencias, claro: Frankie no es una prostituta mulata de St Louis, sino una madura cantante de saloon del Bowery neoyorkino, cuyo persona se basa en la Lady Lou con la que protagonizaba Diamond Lil. Y aquí la que engaña es Lady Lou, no su amante. Por cierto, fue esta película la que lanzó a la fama a un joven Cary Grant. Más que con la propia interpretación, me quedo con sus créditos y con su introducción de los Gay Nineties, sí bastante más parecidos a la historia original. Pero no se olviden del saloon, porque ahora seguiremos con ellos.
Las versiones se sucedieron, en música y en el cine. Proablemente la más interesante sea “Frankie & Johnny” (1936), con Helen Morgan como la mujer fatal, aunque aquí la historia se parece bastante más en la original. Todavía nadie se atreve a hablar de prostitución, o de actores negros, pero ya entran en escena el tema del juego y de los barcos del Missippi. Pero los años pasaron, y llegó el rock n’ roll, las giras, y las baladas cantadas por hordas de personas.
Aquí entran en acción, por ejemplo, Jerry Lee Lewis, o algo después, Johnny Cash, que convierte a la pareja en un par de amantes: él, un famoso guitarrista que engaña a su mujer en sus giras. La historia la conocía muy muy de cerca, por cierto.
Pero entre tanto, también llegó Elvis Presley, a la música, a nuestros corazones, y lo que aquí nos importa: al cine. En la que es considerada su peor película musical, Elvis hizo de Johnny para la M.G.M. con “Frankie & Johnny” (1966). El film, como les digo, tiene la particularidad y el interés de ser un musical, centrado en los cantantes Frankie y Johnny, que trabajan a bordo de uno de esos barcos tan bonitos que surcaban el Missisippi. Si ven ustedes el tráiler, verán como esta es la más similar al libro de Huston, y por supuesto, a la estética de Covarrubias.
Aunque bueno, hay varias diferencias importantes: aquí Johnny es un bala perdida (chiste fácil al canto) que pierde todo su dinero en apuestas y poker, aunque que una gitana le lee el futuro y le dice que necesitaba a una bella pelirroja (símbolo inequívoco del pecado, donde va a parar) para recuperar su fortuna. La bella pelirroja, Nelly Bly, lo complicará todo, pero al final, cuernos constantes incluidos, todos acabarán bien y casados. En el single, Elvis-Frankie, asume (al contrario de lo que hace Cash) la culpa: he done her wrong.
La canción ha visto versiones y versiones a lo largo de las décadas (las de los 60 no me motivan, pero no están nada mal… me dicen que hasta Lindsay Lohan la ha cantado, no digo nada…), pero pensando en las palabras con las que muchos años más tarde, un John Huston mucho mayor y ya oscarizado, dedicó su libro a una principiante Marilyn Monroe: “Marilyn, querida, hace muchos años, cuando apenas habías nacido, escribí esto para ti – la perfecta Frankie. Johnny Huston”.
Como John Huston pensaba en Marilyn, yo pienso en ustedes y en que muchos quizás no dominen en inglés…Como el tema trascendió, les dejó a mi Johnny particular, el truhán Fred Buscaglione, que aunque hizo una rima terrible (el inglés-italiano nunca ha sido muy fácil) creo que les trasmitirá muy bien la historia. Y al menos él tuvo narices de meter a una prostituta en la canción.
A mí me queda una única duda: ¿se despojó a la historia de su origen “de color” (odioso término, pero el español no tiene tantas sutiliezas como el inglés para el tema) por dignidad o por racismo? ¿O por puro sex appeal? La canción surge en un contexto de vaudevilles en black face y coon ballads, que no eran necesariamente degradantes pero creo que ya conocen un poco el género, pero por otra parte, la propia Mae West, icono sexual de la canción revalorizada, comenzó en los escenarios haciendo black-face acts, porque, como su inmediata predecesora, Sophie Tucker, era considerada demasiado gorda, fea y vieja para ser la protagonista blanca de un espectáculo. Ahí les dejo la reflexión y unos cuantos links.
Hay una versión en animación, oscarizada por cierto, que también merece la pena ver. Eso sí, solo para quien sepa inglés o tenga bastante imaginación. Rooty toot toot, bonita onomatopeya.
P.D. Terence McNally hizo una obra de teatro melodramática y que nada tiene que ver llamada “Frankie & Johnny: Clair de Lune”, que a su vez se llevó al cine en 1991 como “Frankie & Johnny” protagonizada por Michelle Pfeiffer y Al Pacino, pero como ya les digo, lo único que tiene en común es el nombre. Y además me descuadra el post.