Revista Espiritualidad

Fuentes escritas sobre Buda

Por Tiburciosamsa

Siempre he defendido la historicidad deJesucristo basándome en buena medida en que menos de tres décadas después de su muerte ya circulaban textos con su vida y sus enseñanzas. Para defender la historicidad de Buda voy a necesitar otros argumentos, porque los textos que nos han llegado hablando de su persona y de su vida son varios siglos posteriores a su muerte.
Cuando Buda nació, el norte de la India estaba sufriendo un proceso de urbanización, de roturación de nuevas tierras y de consolidación política. Las viejas repúblicas estaban convirtiéndose en monarquías y las tribus independientes y con una organización política laxa estaban siendo absorbidas. Los sakya, entre quienes nació Buda, eran una república. La leyenda que hace de Buda el heredero del rey no es más que la trasposición de la forma de organización política que prevalecería más tarde. Los sakyas eran gobernados por un consejo compuesto por los notables. El sistema de castas aún no era tan inamovible como hoy en día, pero ya existía en sus líneas generales.
Buda probablemente sería un kshatriya, un miembro de la casta de guerreros que detentaba el poder político. Los kshatriyas se formaban en las artes marciales y también recibían educación en leyes, ciencias y literatura. Siendo kshatriya, Buda recibiría una buena educación para la época, pero no tengo claro que supiese leer y escribir. Aunque para épocas posteriores parece fuera de duda que en su educación los khsatriyas se ayudarían de manuales y que cierta alfabetización sería necesaria, no estoy seguro de si esto se daba ya en tiempos de Buda.
Lo cierto es que durante sus años como maestro, Buda no escribió nada y no recuerdo haber leído ningún sutra en el que Buda aparezca leyendo o escribiendo. La tradición india insistía en la relación directa entre maestro y discípulo. La idea de que uno pudiera absorber la sabiduría del maestro simplemente leyendo sus escritos habría sido impensable para un indio. Aquí recuerda a la actitud que Platón nos dice que tenía Sócrates hacia la palabra escrita: tratar de obtener respuestas de un texto, que es algo inerte, es como si le preguntases a una estatua.
La madre del cordero está en que tenemos que asumir que nuestro conocimiento de la vida de Buda y de sus enseñanzas nos viene de una tradición oral que, tenemos que creer que se repitió fielmente y sin cambios, hasta que finalmente alguien la puso por escrito unos doscientos años después de la muerte de Buda. ¿Es esto creíble?
He estado buscando en varias publicaciones y veo que no hay un consenso en torno al valor y fiabilidad de las tradiciones orales. Hay quienes afirman que la memoria de las sociedades sin escritura o donde ésta está poco extendida, es más retentiva, y quienes afirman que los analfabetos recuerdan igual que nosotros, que sabemos que siempre podemos recurrir a la palabra escrita. En todo caso parece que claro que la tradición oral no funciona igual en sociedades sin escritura o donde ésta está poco extendida, que en otras con un nivel de alfabetización significativo. Hay bastantes que afirman que una tradición oral puede conservar el relato de lo ocurrido durante aproximadamente 150 años y que más allá de ese período empiezan las interpolaciones a modo. Otros, en cambio estiman que el lapso de tiempo en el que una tradición puede conservar suficientes elementos de verdad, es mucho más largo.
La tradición dice que poco después de la muerte de Buda, se convocó un concilio. El objetivo habría sido cortarles las alas a algunos monjes carotas que pensaban que ahora que Buda ya no estaba, podían interpretar libremente las reglas monásticas. Encuentro esto bastante probable. Ahora que no tenían a Buda para aclarar las cosas, se trataba de alcanzar un consenso sobre la práctica monástica e impedir que cada uno hiciese de su capa un sayo.
Es probable que, ya que estaban en ello, decidiesen establecer con claridad cuáles habían sido las enseñanzas de Buda. La leyenda dice que Ananda, que tenía una memoria prodigiosa y recordaba todos los discursos de Buda, en principio no iba a ser invitado al concilio porque no había alcanzado el estado de arhat. Pero a fuerza de meditar durante una noche, lo alcanzó y pudo participar en el concilio. Tal vez esta tradición refleje el hecho de que originalmente el concilio estaba pensado sólo para tratar cuestiones de disciplina monástica y que posteriormente se optó por ampliar su contenido.
A efectos de escribir la biografía de Buda, los sutras que recitó Ananda son interesantes por cuanto cada uno empieza diciendo con qué ocasión fue recitado y pueden dar una idea de la trayectoria biográfica de Buda como maestro. Uno de los sutras que recitaría, sería el Mahaparinibbana Sutta, que relata los últimos días de Buda y que tiene un sello de autenticidad muy grande. En él no hay grandes milagros, sino un maestro anciano y cansado, que se va despidiendo de la vida y acaba muriendo de una intoxicación alimentaria. Real como la vida misma.
El Primer Concilio indicaría que muy poco después de la muerte de Buda la tradición de alguna manera cristalizó en torno a sus enseñanzas y a su vida. Pero esa cristalización no implica que no se hubieran colado inexactitudes en ese momento o que no hubiera lugar en el futuro a interpolaciones. Lo importante de la cristalización es que creó el marco referencial en el que se contaría en el futuro la historia de Buda. Por ejemplo, quedaría marcado que Buda tenía un origen social elevado. Eso sería un hito inmutable en su biografía. Lo que cambiaría sería que con el paso del tiempo se le otorgaría un origen social elevado concomitante con la situación política posterior. Es decir, al Buda khsatriya hijo de uno de los oligarcas de los sakya se le convertiría en príncipe heredero de los sakya, porque para entonces se había perdido el recuerdo de que en aquel tiempo los sakya eran una república y no una monarquía.
La primera biografía escrita de Buda se escribió hacia finales del siglo I d.C., o sea unos quinientos años después de su muerte. Su autor fue Ashvagosa, un poeta de la corte del emperador Kaniska, quien se interesó vivamente por el budismo. La obra es el “Buddhacarita”. No señala qué fuentes utilizó en su composición. Es de suponer que utilizaría tanto la información biográfica que aparece en los sutras, que fueron puestos por escrito en el siglo II a.C, más de doscientos años después de la muerte de Buda, como tradiciones orales.
El “Buddhacarita” es parco en prodigios inverosímiles comparado con otras biografías posteriores. Su finalidad didáctica y la inserción obvia de elementos folklóricos hacen que haya que manejarlo con mucho cuidado si queremos elaborar a partir de él una biografía de Buda. En cuanto a historicidad queda muy por debajo de los evangelios.
Parece que por esas fechas Sangharaksa también escribió un “Buddhacarita”, que también habría recogido la biografía de Buda. No he encontrado apenas referencias a esa obra de Sangharaksa, que asumo que no nos ha llegado, tal vez por haber sido eclipsada por la de Ashvagosa.
Algo posterior al “Buddhacarita” es el “Lalitavistara Sutra”. Es de autor o autores desconocidos. Aunque es posterior al siglo II d.C. recoge tradiciones más antiguas. Al autor o autores del “Lalitavistara” lo prodigioso les ponía todavía más cachondos que a Ashvagosa y cargan ahí un poco las tintas. Lo esencial del “Lalitavistara” es que vuelve a narrar la vida de Buda desde el punto de vista de un boddhisattva mahayana.
Existen otras fuentes textuales sobre la vida de Buda algo posteriores y escritas, en general, desde el punto de vista de una escuela determinada, como el “Mahavastu” o el “Abhiniskramana Sutra”. Pero ninguna de ellas cumple con los criterios de fiabilidad que nosotros consideramos adecuados.
En resumen, los textos de que disponemos para estudiar la vida de Buda y aún para determinar su historicidad son decepcionantes. Son varios siglos posteriores a su muerte y están compuestos por personas a las que la historicidad les importaba una higa. Los textos abundan en acontecimientos prodigiosos y hay claros añadidos folklóricos.
Lo que me hace creer que Buda fue un personaje histórico es que, si les quito los prodigios y los añadidos obvios, me queda una biografía bastante creíble de un renunciante indio del siglo V a.C. ¿Que eso no es bastante? Ésa es una de las cosas más bonitas del budismo: en el fondo da lo mismo si Buda existió realmente o si fue un invento de unos cuantos indios aburridos. Lo que cuenta es si el Dharma es genuino. Y lo es. *   *   *
Le voy a dar un respiro al blog hasta el 20 de agosto. Espero encontraros ahí a la vuelta. A vosotros y al euro. Y que entretanto la prima de riesgo se haya convertido en una prima cariñosa que nos haga mimitos. Que sea como una de las tiernas primas de David Hamilton.  
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