No sé si os acordareis de las famosas galletas Campurrianas, gorditas, y que cuando las mojabas en la leche se volvían blanditas y te llevabas casi medio vaso de leche con un par.
La receta original serian Galletas de mantequilla del libro del que ya os he hablado muchas veces: Los dulces del convento, todo lo que hacen estas monjitas son autentica delicias y siempre salen bien.
Yo he modificado un poquito, solo un poquito la receta, quitando 100 g de harina que he sustituido por almendra molida, las he hecho más gorditas que en la receta original intentando emular a las famosas campurrianas porque me traen muy buenos recuerdos y porque me encantan las galletas que al mojarlas en leche absorben esta y se ponen blanditas, me traen recuerdos de mi infancia.
La masa resulta un poco blanda para trabajarla con las manos por lo que lo recomendable es ponerla en una manga pastelera y darle la forma que más nos guste, yo en este caso redonda.
Os animo a hacerlas si os gustan las galletas para mojar, son perfectas para acompañar con un vaso de leche o un café y se mantienen perfectamente dentro de una lata durante una semana o mas pero esto resultara difícil porque están muy ricas.
INGREDIENTES
250 g de mantequilla o margarina de buena calidad
250 g de azúcar
2 huevos grandes
400 g de harina (la receta original lleva 500 g de harina y no incorpora los 100 g almendra)
100 g de almendra molida
½ sobre de levadura
PREPARACIÓN
Se bate todo menos la harina la levadura y la almendra molida, que se mezclan aparte. El batido debe quedar una crema fina y de un solo color. A continuación, poco a poco añadimos la mezcla de la harina y la levadura, y finalmente la almendra molida, hasta conseguir una masa suave y tierna.
Para darle forma a las galletas, lo mejor es utilizar una manga pastelera, el tamaño recomendable de las piezas es el de una galleta maría redonda o alargada. Podéis ponerle una boquilla estriada para darle forma.
Puestas sobre la bandeja del horno, se hornean durante 10 o 15 minutos, a unos 240 º, siempre vigilando la cocción. Han de quedar ligeramente doraditas.
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