Galletas sabor pizza

Una de mis debilidades es el queso, otra las galletas, otra la pasta y otra la pizza y ….Creo que tengo demasiadas debilidades!
Unas galletas con sabor a pizza es un no parar, tienen una textura harinosa, se deshacen en la boca nada más darles un bocado y cuando te comes una es inevitable coger otra, y otra, hasta que finalmente tienes mala conciencia y lo dejas estar o también puede ocurrir que se acaben aunque la verdad es que salen bastantes.

Hace tiempo hice unas galletitas de queso en forma de hombrecito, en aquella ocasión utilice queso Boffard y recuerdo que los de Boffard me pidieron permiso para poner mi receta en su blog por el día de los inocentes, bueno pues  estas de hoy son una variante de aquellas pero en esta ocasión he sustituido parte de mantequilla por aceite de oliva virgen y tomates secos.
El resultado ha sido unas galletas muy ricas, con saborcito que recuerda a la pizza,  un poquito frágiles pero de una textura volátil, se deshacen en la boca.

INGREDIENTES:
250 g de harina
100 g de mantequilla a temperatura ambiente
100 g de tomates secos en aceite de oliva virgen
250 g de queso curado
3 cucharadas soperas de orégano
1 yema de huevo
1 cucharada sopera de agua

PREPARACIÓN:
En un cuenco ponemos la harina, el queso rallado, las tres cucharadas de orégano y la mantequilla, mezclamos con las manos, nos quedara una mezcla grumosa.
Yo suelo tener tomates secos en un frasco con aceite de oliva, compro una bolsa de las que venden en Mercadona y los meto en un tarro con aceite.
Ahora vamos a pesar 100 g de tomates secos  con su aceite, las dos cosas han de pesar 100 g,, yo lo que he hecho es coger una cuarta parte de aceite y el resto tomate secos para poder triturar con la batidora los tomates en su propio aceite.
Una vez triturado, lo añadimos a la mezcla anterior y mezclamos hasta conseguir una masa compacta.
Ponemos la masa entre dos papeles de horno y estiramos con un rodillo, dejamos un grosor de medio centímetro aproximadamente.
Metemos la masa a la nevera y la tenemos durante una hora para que endurezca y luego nos resulte más fácil cortar las galletas.
Pasado este tiempo sacamos la masa, cortamos con la forma que más nos guste y ponemos sobre una placa de horno.
Batimos la yema de huevo con una cucharada de agua y pintamos todas las galletas.
Horneamos a 180º durante unos 15 minutos aproximadamente cuando empiecen a dorarse los bordes estarán listas.
Dejamos enfriar un poco antes de pasarlas a la rejilla ya que en caliente son muy frágiles.
Una vez frías podemos guardar en una lata.