Durante este verano no he parado de desafiar las terribles temperaturas encendiendo mi horno a diario. Me he negado a reducir mis prácticas reposteriles por culpa de la estación del año que me resulta más odiosa. Tampoco he permitido que mi Proyecto Final se pudiese ver perjudicado por el calor estival. Pero desde que dio comienzo esta semana estoy de mejor humor. Veréis...
Ha vuelto el ambiente fresco de las mañanas, y por las noches hace falta salir con una rebequita. Soy feliz. Porque esto sólo puede significar una cosa: ¡¡estamos llegando a la recta final del verano!! Sí, señores. Por mucho que suban las temperaturas, ¡nada va a evitar que las mañanas y las noches sean frescas! (yujuuuuuu!!!)
Al fin respiramos, y aguardo ansiosa el otoño, y no solo porque sea sinónimo de días fresquitos, botas negras y chaquetas, sino porque también va a traer consigo novedades muy guays. Ya veréis, ya.
¿Veis las semillitas de la vainilla?
Bueno, dejo de aburriros por hoy, que me voy de la lengua, y os hablo de la receta que comparto en este post, y que horneé en una de las tardes más asfixiantes de este año: fue la de unas galletas shortbread. Es decir, unas galletas con mucha mantequilla -lo que las hace tremendamente crujientes y sabrosas- y repletas de semillas de vainilla -ingrediente que las hace aún más deliciosas y adictivas-.
La receta, la he copiado tal cual de la página web de Nigella, de quien me declaro #muyfan. Y son deliciosas.
Galletas shortbread de vainilla:
INGREDIENTES
- 50g de azúcar glas (icing sugar)
- 100g de harina de trigo
- 50g de harina de maíz
- 100g de mantequilla, en pomada
- Las semillas de media vaina de vainilla
- Más azúcar glas, para espolvorear
PREPARACIÓN
- Precalentamos el horno a 160ºC.
- Ponemos las harinas con el azúcar glas dentro de un robot de cocina. Trituramos y añadimos las semillas de vainilla y la mantequilla, y volvemos a triturar hasta que se forme una bola.
- Estiramos la masa y formamos 9 barritas que colocaremos sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal. Pinchamos cada una tres o cuatro veces con un tenedor y horneamos 20-25 minutos a 160ºC.
- Una vez horneadas, retiramos la bandeja del horno y dejamos que las galletas reposen unos 10-15 minutos en ella. A continuación, las transferimos a una rejilla hasta que se enfríen por completo. Por último, antes de servirlas, las espolvoreamos generosamente con azúcar glas.
¡Un beso muy fuerte!