Este comportamiento limpiador lo observó por primera vez un científico americano en 1958, en las islas de la Sociedad. Las gambas estaban a unos 20 m de profundidad, sobre bloques de coral aislados Cuando se acercaba algún pez, agitaban sus larguísimas antenas para atraerle.
En el acuario puede observarse, con pocas diferencias, este mismo comportamiento: la especie «se ínstala» en un rincón fijo y los peces desfilan ante ella uno tras otro. Llega incluso a ocurrir que aquélla, embebida en su tarea, se deje arrastrar brevemente por el pez al desplazarse éste. Los instrumentos de limpieza son las pinzas de que van provistas sus dos primeras patas. Este «oficio» tiene sus riesgos, ya que algunos peces no se dejan limpiar y otros, francamente agresivos, pueden atacar y devorar a la gamba. Son hermafroditas, actuando primero como macho y después como hembra. Son fecundadas una sola vez, y no es raro observar puestas en el acuario de las que salen, tras 15 días de incubación, minúsculas larvas de 2,5 mm de longitud, aunque no exista más que un solo individuo, siempre que Sus mudas se sucedan con normalidad Las larvas, atraídas por la luz, se pueden recoger en gran cantidad en la superficieGrupo: ArtrópodosClase: CrustáceosOrden: DecápodosFamilia: Hipolítidos
Género y especie: Lysmata grabhami (Gamba limpiadora)