Si tuviera que indicar por donde han ido las tendencias gastronómicas este verano en casa, claramente han sido dos: Ensaladas de todos los tipos y combinaciones posibles y platos de corte asiático o, al menos, con cierto toque oriental. Por cierto, entiéndase lo de tendencias gastronómicas como aquello a lo que me he sentido más inclinada a cocinar, tanto por ganas de estar delante de los fogones como por apetencia de saborearlo.
Lo de las Ensaladas tiene su explicación, pero los platos asiáticos después de pasar 15 días en Myanmar puede que a algunos les haga pensar sí todavía me sigue apeteciendo. Y la respuesta es sí, me sigue apeteciendo, tanto comerlo como cocinarlo.
Nuestro viaje por Myanmar, viajando entre templos y pagodas, visitando los mercados, los campos, conociendo sus gentes con las que apenas bastaba una sonrisa, sin entendernos, ha sido una experiencia inolvidable. Experiencia que se ha extendido a lo gastronómico y es que hemos comido de lo más bien y disfrutado de la variedad de platos que ofrece esta cocina.
Platos de los que a veces anoté ingredientes, otras veces pregunté cómo los habían preparado y en otras ocasiones, dejé que perdurara el recuerdo en mi memoria.
A nuestra vuelta he puesto en práctica algunos de ellos. No siempre es fácil. Los ingredientes no siempre son exactamente los mismos y las adaptaciones los pueden hacer algo diferentes, pero el resultado merece la pena.
¡Ah! Y por si alguien se lo pregunta, la cocina birmana tiene grandes influencias de la cocina thai y china. Es fácil encontrar en los restaurantes platos de estos países, de ahí lo de esta salsa thai.
INGREDIENTES:
- 300 gr. de Gambas Peladas
- 1 Cebolla Morada grande
- 1 Cucharada de Jengibre fresco rallado
- 1 Tomate grande
- 2 Dientes de Ajo
- 2 Cayenas
- Un puñadito de hojas de Cilantro fresco
- 1 Puñado de Anacardos o Cacahuetes picados
- 2 Cucharaditas de Cúrcuma en polvo
- 2 Cucharadas de Vinagre de arroz o de manzana
- 200 ml. de Leche de Coco
- 1 Chorrito de Aceite de Oliva Virgen Extra
- Sal y Pimienta
PREPARACIÓN:
- Cortar la cebolla en láminas finas y reservar. Pelar el tomate y cortarlo en trocitos pequeños, reservar también. Picar el cilantro y reservar,
- En un mortero poner una pizca de sal, las cayenas sin las semillas, el jengibre rallado, los ajos, la cúrcuma, un chorrito de aceite de oliva y el vinagre. Machacar todo bien hasta obtener una pasta.
- En un wok poner un chorrito de aceite de oliva y rehogar la cebolla. Cuando lleve unos minutos, agregar la pasta y remover para que la cebolla quede bien impregnada.
- Cuando las cebollas pierdan su turgencia añadimos las gambas y seguimos salteando y removiendo durante un par de minutos para que vayan tomando color.
- A continuación, agregar el tomate y remover de la misma forma que con el resto de ingredientes. En un par de minutos estará listo para que añadamos la leche de coco. Mezclamos bien y dejamos que cueza lentamente durante 5 min. para conseguir que la salsa espese. Podemos cubrir el wok con una tapa.
- Por último, salpimentar. Antes de servir espolvorear con el cilantro y los anacardos picados.
Bon Appétit!