Me estoy dando cuenta que últimamente casi todas las recetas que subo llevan tomate o espinacas, haha. Suerte que me encanta y no me canso pero voy a intentar subir recetas con ingredientes diferentes y un poco más elaboradas porqué últimamente casi siempre termino comiendo un mix de lo primero que encuentro por la nevera.
Pero para la receta de hoy tengo escusa. Mis padres y mi hermana han venido a visitarme esta Semana Santa y me han traído un montón de comida de Barcelona, sobre todo aquello que más me cuesta encontrar aquí o que es más caro. También me han traído sofrito de tomate que hace mi abuela cada año con los tomates del huerto de mi abuelo y no he podido resistirme a estrenar el primer bote.
Como sabréis aquí en Praga no tengo báscula para medir las cantidades así que la mayoría de las veces lo hago a ojo. Por suerte he comprado un medidor de tazas y ya voy a poder empezar medir un poco mejor. La cantidad de garbanzos de la receta es la que utilizaría en Barcelona y todo lo demás es a ojo, así que podéis añadir más o menos de lo que más os guste. El sofrito de tomate lo podéis hacer en casa o sustituirlo por tomate triturado natural.
Ingredientes:
- 200 gr de garbanzos cocidos
- Sofrito de tomate casero
- 1 calabacín
- Espinacas
- Champiñones
- Brócoli
Instrucciones:
Ponemos una sartén a calentar. Pelamos y cortamos el calabacín en trozos pequeños y lo añadimos a la sartén para que se vaya cociendo a fuego lento junto con el sofrito de tomate.
Cortamos el brócoli y los champiñones y los añadimos a la sartén. Cuando estén todos los ingredientes casi hechos añadimos las espinacas, que se hacen muy rápido y enseguida se encogen.
Finalmente añadimos los garbanzos y lo mezclamos todo. Si queréis podéis añadir también ajo en polvo, pimienta o especias para darle más sabor.