Revista Cocina
En los almanaques publicitarios que cada año se regalaban y que eran tan queridos y solicitados por los clientes, en los grandes posters que decoraban las oficinas, incluso aquella figura de tamaño natural que daba la bienvenida en la recepción…..ellas, las geishas, en gran medida era imagen de Japón y por ende de la empresa.
Una gran empresa de la que comencé a formar parte a principios de 1971….fue entonces cuando quedé cautivada por “Orient-e”…..los relojes Orient durante más de 30 años fueron dejando una gran huella en mi vida. Mi empresa era quien comenzó en nuestro pais a distribuir en exclusiva, los relojes japoneses "Orient". Gracias a ello y con el paso del tiempo, desde muy jovencita fui aprendiendo, conociendo y prestando especial interés por la cultura japonesa, su historia, su gastronomía y quedé cautivada por la gran belleza de Japón cuando lo visité en el año 1983.
Por lo que siendo una apasionada por Orient-e, cuando se publicó en el año 1997 la novela de Arthur Golden, Memorias de una geisha, me faltó tiempo para comprárme el libro y disfrutar de su lectura.
Para quien no la conocen, la novela cuenta la historia de una geisha en Kioto, antes de la Segunda Guerra Mundial. No se extrañarán, que en el momento que se estrenó la pelicula, producido por Steven Spielgber basada en el libro, no sólo fuese a verla en el cine, sino que guardo el DVD y de vez en cuando me gusta volver a verla.
¿Saben que la palabra “geisha” viene a significar persona con habilidad en distintas artes? Geisha proviene de los fonemas chinos “gei” que quiere decir arte y “sha” que significa persona.
Las geishas, junto con la desaparición de la figura de los Samurais y los luchadores de Sumo, son claros exponentes del pasado de Japón. Las elegantes y preciosas geishas aún permanecen con el paso del tiempo y aún hoy en dia siguen causando fascinación por lo que representan.
Las geishas y maikos (aprendiz de geisha), vivían en “hanamachis” (ciudad de flores, hana=flor, machi=ciudad), que eran las ciudades autorizadas a que fueran habitadas por las mismas. En la actualidad, son cinco comunidades en Kyoto: Ponto-cho, Gion-Kobu, Gion-Higashi, Miyagawa-cho, y Kamishichiken.
El Festival más esperado cada año en Gion, es el de los cerezos en flor, para ver salir en todo su esplendor a todas las Geishas y maikos de sus “hanamachis”.
Una de las imágenes que más me gustan ver de la citada película…..
Pero para recrearse en ésas idílicas imágenes, sentir el dulce sosiego y el aroma de los cerezos en flor, no hace falta viajar a los pies del Monte Fuji; los cerezos, cada primavera, durante unos pocos días tiñen de blanco las laderas de la vega del Rio Palancar y los parajes limítrofes en la provincia malagueña.
Es en la Axarquia, en Alfarnate donde los plagados cerezos en flor cubren los montes, laderas y bancales donde las blancas nieves adornan también el paisaje,ofreciendo un maravilloso espectáculo,enamorando a malagueños y visitantes.
No hay que trasladarse al “mundo de las geishas” para disfrutar de la “hanami” bajo los cerezos en flor y admirar tanta bellezay armonía impregnada, se puede realizar en la provincia malagueña.
(En el país nipón existe la arraigada costumbre de la “hamami”, que consiste en comer bajos los cerezos en flor con los familiares más allegados mientras admiran los cerezos en flor).
Es en Junio y Julio, cuando podemos disfrutar de ésta jugosa fruta…que me hace soñar, que me invita a recordar, quizás a añorar, a rememorar mis experiencias en Japón…porque en el fondo, seguiré siendo para siempre, aquella “Toñi Sánchez de Orient”.
Hoy, en Mi Cocina, les invitó a disfrutar de ésta deliciosa sopa fría, un gazpacho de cerezas. Debo recordar, porque “A Dios, lo que es de Dios y al César lo que es del César” que el gazpacho de cerezas le debe su éxito al genial Chef malagueño Dani Garcia, quien tuvo la genialidad de hacerlo por primera vez, de haber puesto un gazpacho en un restaurante de alta cocina, de elevar a la más insigne y humilde sopa fría a la categoría de “Estrella Michelín”……
Hoy “su gazpacho de cerezas” está por todas partes, en cualquier restaurante o cocina del mundo….y sé que él se ha hecho ésta pregunta después de su gran éxito:
“¿Es creatividad el gazpacho de cerezas o lo verdaderamente creativo es el que inventó el gazpacho?
Yo la publiqué la receta en Mi Cocina, hace tres años (pinchando aqui), ….
Hoy, mi propuesta es tomarlo no como aperitivo, ni bebido, sino como una crema espesa, contundente y con una buena variedad de ingredientes como guarnición.Un plato único, completo y refrescante… para comer con cuchara.
¿Cómo lo hice?Ingredientes para dos personas:
Un cuarto de kilo de cerezas (a ser posible de Alfarnate, de la Axarquia malagueña), un pimiento verde, medio pepino, 1 diente de ajo, dos rebanadas de pan (unos 50 grs., sólo la miga), aceite de oliva virgen extra, agua, sal y vinagre de vino.
Para la guarnición:
Un huevo cocido, una lata de atún en conserva, 4 tomates cherry, un pimiento rojo pequeño, cuatro cerezas, taquitos de jamón serrano, un trozo pequeño de cebolla blanca dulce cortada en trocitos pequeños, dos cucharadas pequeñas de mermelada de aceitunas (se puede encontrar en supermercados, yo uso de Aceitunas Roldán, malagueñas) y sésamo negro.
Los pasos a seguir:
Poner el pan a remojar en un cuenco con un poco de agua fría.Quitar los rabitos y los huesos a las cerezas y echarlas en el cuenco partidas por la mitad.
Lavar el pimiento y el pepino quitándole la piel procurando dejar algo de verde (así conseguimos que no se repita), pelar el diente de ajo (quitarle la raíz central), cortarlos en trozos y añadirlos al cuenco.
Sazonar al gusto, echar un chorreoncito de vinagre de vino, un poco más de agua, un chorreón de aceite de oliva, sal al gusto y triturar con la batidora procurando que quede una masa lo más fina posible.
Colar por un tamiz el gazpacho, así se elimina fácilmente los restos de piel de las cerezas, permitiendo obtener una textura más suave y delicada..
Probar y rectificar si fuese necesario, bien de agua, de vinagre, aceite o sal….hasta que quede al gusto y obtener la consistencia deseada.
Para servir bien frio, guardar una media hora en el frigorífico.
Mientras se enfria, cocer un huevo en un cazo con agua durante unos diez minutos aproximadamente. Una vez cocido, pelarlo, cortarlo en trozos y reservarlo.
Lavar los tomates, el pimiento y cortarlo en trozos pequeños.
A la hora de servir echar el gazpacho en el recipiente y colocar por encima el resto de la guarnición, espolvoreando por último el sésamo.
Y recuerden aquél refrán popular: “del gazpacho, no hay empacho”.