El verano es siempre tiempo de gazpachos. Yo empiezo la temporada en primavera y aguanto, mientras los tomates sigan estando maduritos y rojos, hasta casi entrado el otoño.
Añadir fruta fresca a los gazpachos y salmorejos lleva un tiempo muy de moda. Le da un punto dulce que contrasta muy bien con la acidez del tomate y el vinagre y le aporta un frescor extra al gazpacho.
Ya os enseñé otros gazpachos con frutas como:
- Gazpacho de cerezas
- Gazpacho de melocotón
- Gazpacho de remolacha
- Salmorejo especial de manzana con huevo
Aunque ahora no es temporada de fresas, aquí en España, gracias a nuestra latitud y a los invernaderos de Almería y la huerta murciana, siempre tenemos una enorme variedad de frutas durante todo el año. Por eso, no es difícil encontrar fresas fuera de temporada y preparar este gazpacho.
¿Se os ocurren más ideas de frutas para añadir? Contadme, soy toda oídos...
Para 6-8 personas:
- 1 Kg de tomates muy rojos y maduros
- 1/2 Kg de fresón
- 1/2 pimiento verde
- 1 rodaja ancha de pepino
- 1 diente pequeño de ajo
- 1 trozo de pan del día anterior
- 1 cucharada sopera de vinagre de Jerez o de manzana
- 4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
- un poco de agua fría
- sal
- albahaca para adornar
- 1 burrata (o queso blanco fresco)
- semillas de sésamo negro
Se lava el pimiento, se le quitan las pepitas y se trocea también. El pepino se lava, se corta una rodaja y se pela la piel verde, troceándolo.
Se añaden todas las verduras toceadas y las fresas a una ensaladera grande. Se incorpora el pan en trozos, el diente de ajo muy picado, la sal, el aceite y el vinagre. Se puede añadir un poco de agua fría para que no resulte muy espeso.
Se deja macerar unos 15 minutos. Se vierte en un vaso batidor eléctrico (o se pasa la batidora de mano) y se muele muy fino.
Con esta cantidad os dará para llenar dos veces el vaso. Después, se pasa por el chino o pasapuré para eliminar las pepitas del tomate y que quede más fino.
Se deja enfriar en la nevera.
Se sirve con albahaca fresca picada, un pellizco de burrata, unas senillas de sésamo negro y un chorreón de aceite de oliva.