El vinagre balsámico de Módena, es una mezcla de vinos, en la que intervienen tanto vinos tintos como blancos, y los vinos pueden contener uvas: trebbiano y lambrusco. De sabor fuerte, color oscuro y sabor ligeramente dulce, este vinagre debe madurar por lo menos durante 4 ó 5 años en toneles de madera.
Antes de que se utilizase en gastronomía, se usaba como medicamento, de ahí su calificativo de balsámico.
Desde que preparé por primera vez una geleé y vi las posibilidades que tiene para la decoración de platos, la he seguido haciendo de forma habitual, por eso al encontrarme con una receta de geleé balsámico, decidí preparar yo una y meterla en La Cajita.
Preparé una gelatina neutra siguiendo las instrucciones del fabricante, en este caso había que disolver el contenido del sobre en una taza de agua fría y añadirlo luego a medio litro de agua puesta previamente al fuego, así que sustituí parte del agua por 125 cl de vinagre balsámico de Módena, al que le añadí una cucharada sopera de miel. Puse todo en unos moldes rectangulares y a esperar 8 horas que se enfríe.
Pero al igual que Nieves con su gelée de tomate y yo con la gelée de mojito, al intentar desmoldarla se me rompió toda. No pasa nada porque lo que necesitamos es cortar en pequeños cubos, pero no consigo que salga en una sola pieza, y eso que la primera que hice que fue la de vino blanco, se desmoldó sin problemas. Preparé una ensalada de brotes tiernos con tomate, pipas de girasol, los cubitos de gelée y escamas de sal y la aliñé con uno de mis aceites aromáticos favoritos, el de trufa.
Esta geleé la podemos utilizar en ensaladas, sobre tostas y canapés y podemos guardarla en la nevera durante varias semanas, para ir utilizando cuando la necesitemos.
Bon Appétit