Devi es una chica de diecisiete años que acaba de romper con su novio. Un buen día se le cae el móvil al agua. Al recogerlo descubre que puede contactar con su yo pasado de catorce años. A partir de ese momento, la Devi del futuro tratará de convencer a la Devi del pasado de que no cometa los mismos errores que cometió ella. No salgas con ese chico, estudia más, haz algo con tu vida. Así, el presente de la Devi del futuro comienza a experimentar cambios. Al principio todo parece ir bien, pero luego la cosa se complica.
No lo puedo remediar. Las ideas originales son mi debilidad. Encontrarme con aunque sea un único concepto fresco y novedoso en medio de este mar de vampiros, tríos amorosos y trilogías de letra blanca sobre portada negra me pone tan contento que estoy dispuesto a pasar por alto los mil y un fallos que quizá lleve consigo. Vayamos por partes.Gimme a call es, ante todo, una novelita muy entretenida. Tiene un ritmo rápido y vivaracho, como un caballo al trote, lo que hace que puedas terminártela en una sola tarde sin ningún problema; la narración avanza mediante diálogos que, sin ser ninguna maravilla, funcionan; mantiene el interés en todo momento y el final es de lo más resultón. Además, lo de que el lector pueda ver las dos versiones de la historia (la de la Devi adulta y la de la Devi del pasado) es brillante. Una de ellas considera que su ex-novio es basura, mientras que la otra lo ve como un chico genial; una buena lección para las chicas jóvenes: todo depende de tu punto de vista. También me gusta cómo la autora consigue sacar dos personajes por el precio de uno: las dos Devis tienen personalidades independientes y muy bien definidas. Dicho esto, y antes de empezar a poner pegas, quiero dejar claras un par de cosas. Primero, creo que no hay que ser injustos con Gimme a call. Es una obra valiente y en absoluto mala, merece la pena. Segundo, si le saco (mínimos) defectos a una obra es para, en última instancia, resaltar su calidad. Porque tiene calidad. Pero tengo que decirlo: esperaba más. Con esto me refiero a que esta novela vive y muere por su premisa. Vive porque no resulta tan atractiva la idea de “viaje en el tiempo” (un terreno resbaladizo que la autora evita con habilidad), como el poder hacer realidad lo que todos hemos pensado alguna vez: “¿y si pudiera hablar con mi yo pasado, y corregir los errores que he cometido hasta ahora?”. Y muere porque esta premisa puede dar muchísimo más juego del que se le da. Un tema tan bueno e importante como el de “toda acción tiene consecuencias” se ve aquí desdibujado y tratado de pasada, primando el entretenimiento y la comedia ligera sobre cosas quizá más importantes. Aparte, Gimme a call tiene el pequeño problema de que la protagonista no cae bien. Para ser precisos, la Devi de diecisiete años no cae bien, mientras que la de catorce (en teoría más inmadura) acaba volviéndose un personaje mucho más interesante. La Devi mayor es tristona, pesimista y se tira de los pelos por cualquier tontería, no es una heroína a quien me gustaría animar; de hecho, yo estaba en todo momento animando a la Devi pequeña.
Por otro lado, da la impresión de que ésa es la idea, pero sólo digo que es arriesgado tener una protagonista tan difícil de querer. Para gustos los colores.Insisto, merece la pena. La merece porque, como ya he comentado antes, constituye un soplo de aire fresco, sobre todo gracias a los múltiples puntos de vista. Y además, qué narices, porque es entretenida. Que, al final, es lo único que pedimos a una novela. Gimme a call no es una gran obra, sino una novelita para pasar el rato, una lectura amena con una vuelta de tuerca que se agradece mucho. En un mundo ideal, diría que es mediocre. Luego uno se acuerda de otras cosas maluchas que ha tenido que leer… y pienso que ojalá todas las novelas mediocres fueran como ésta. Recomendable para todo aquel que busque entretenimiento de calidad.