Giovanni Pierluigi da Palestrina (1525–Roma 1594) Compositor italiano renacentista, considerado como uno de los autores más eminentes de la música religiosa católica y quizás el más representativo de la polifonía. Palestrina demostró que era posible usar tales recursos, embelleciendo la música, y además dar un mensaje claro e inteligible para el oyente.Su carrera es una de las más brillantes de toda la historia de la música, sin conocer ningún obstáculo.Bajo el papado de Julio III fué maestro del coro de la Cappella Giulia del Vaticano, aunque el papa posterior, Pablo IV, lo destituyó de su cargo, por juzgar inapropiada su condición de casado, aunque también se dice que fue debido a haber escrito madrigales, piezas de carácter profano.
Palestrina es considerado como el “salvador” de la música de la iglesia, cuando el concilio de Trento (1545-63) decretó que se debía purgar toda influencia y estilo secular de la música de la iglesia, alegando que el uso de coros y otras formas tendían a oscurecer la claridad del mensaje de la misa. La música de Fue nombrado maestro de canto y director del coro infantil de la Capilla Julia de S. Pedro en 1551, bajo el pontificado de Julio II, al cual dedicó el I libro de Misas. Cuatro años después consiguió entrar a cantar en el coro de la Capilla Sixtina (puesto ambicionadísimo).
Desgraciadamente, su posición no fue bien vista por el papa Paulo IV, que licenció al músico por estar casado, lo cual era contrario a las normas de la Capilla Sixtina. Sin embargo, fue aceptado inmediatamente en la Capilla de S. Juan de Letrán y en 1560 pasó a la basílica de S. María la Mayor. En esos mismos años fue director de música del card. Hipólito d'Este. En 1571 sucedió a Giovanni Animuccia en la dirección de la Capilla Julia, puesto de sumo prestigio que P. conservó hasta su muerte.
En 1580 perdió a su mujer, Lucrezia Gori, de la cual había tenido tres hijos, siendo tanto su dolor que pidió al Papa la concesión de las órdenes sagradas. Pero transcurridas apenas cinco semanas de haber sido nombrado clérigo beneficiado de Ferentine, olvidó de repente el luto y la vocación religiosa decidiendo casarse con una rica viuda romana, Virginia Dormuli, propietaria de una peletería. Para P. fue una fortuna inesperada, pues al no carecer de un destacado sentido práctico, colaboró con éxito en los negocios de su mujer, de forma que los nuevos ingresos de dinero le permitieron publicar muchas composiciones. Transcurrieron los últimos años de su vida, por tanto, con tranquilidad y holgura. Vivía en una casa situada detrás de la basílica de S. Pedro, en una calleja que llevaba su mismo nombre. Era estimado y bienamado por príncipes, pontífices y por el mismo pueblo.
Fallece en 1594 en los brazos de S. Felipe Neri. En sus funerales estuvieron presentes todos los músicos de Roma, en medio de un gentío enorme. Su cadáver fue depositado en la tumba llamada della casse, bajo el pavimento de la Capilla Nueva en la basílica de S. Pedro. Sobre el féretro fue aplicada una lámina de metal con la leyenda «Joannes Petraloysius Praenestinus Princebs Musicae»: príncipe de una música que se propuso fundamentalmente edificar las almas, además de afianzar las mentes ávidas de perfección rítmica, armónica y contrapuntística.