Revista Cultura y Ocio

Glenn Close acierta e inspira con su protagónico en la película The Wife.

Por Alejandra Naughton Alejandra Naughton @alenaughton
Glenn Close acierta e inspira con su protagónico en la película The Wife.
Creo que el discurso de Glenn Close en los Golden Globe 2019 cuando recibiera hace unas semanas el galardón a la mejor actriz por su papel en la película “The Wife (La Esposa)”, cuando recuerda a su mamá e ilumina el rol de la mujer tironeada entre propósitos familiares y de realización personal, sólo puede ser entendido en toda su dimensión habiendo visto la película. Se las recomiendo. De lo contrario mientras que el mensaje llega intacto a los corazones abiertos a apoyar la igualdad de oportunidades más allá del género, curiosamente, da espacio a algunos corazones esquivos que todavía ven en la expresión auténtica, victimización. 
Ví la película en un vuelo de Nueva York a Buenos Aires en Noviembre pasado. Me impactó. Por eso el domingo de los premios, cuando el destino quiso que viera en un zapping el momento exacto de la entrega, unos minutos después de ver las encuestas on line que daban como ganadora a Lady Gaga en su papel en “Una estrella ha nacido”, me puse a aplaudir sola emocionada frente a la pantalla. Curiosa situación considerando que esas transmisiones son obvias, guionadas y muy aburridas. 
La Esposa cuenta la historia de una pareja que ama la literatura. Joan era estudiante de letras cuando conoce a Joe Castleman representado por Jonathan Pryce. Él era su profesor. A pesar de su talento, ella posterga su ambición de escribir, y su destino parece circunscribirse al ámbito familiar. Vemos entonces una pareja consolidada, con dos hijos, él con una carrera literaria de renombre, ella su incondicional apoyo. Ella al servicio de él. Se la ve siempre celebrándolo, alentándolo, cuidando los detalles, ocupándose de sus remedios, de sus anteojos, advirtiéndolo tanto si su corazón palpita más aceleradamente de lo aconsejable como si su aliento es desagradable.
Pareciera que su carrera literaria no logra sobreponerse a una conversación con una escritora que vió en la Universidad en su juventud. Ante la confesión de una Joan jovencita, interpretada por Annie Starke (hija de Glenn en la vida real) que dice convencida: “Escribir es mi vida”, responde con un cínico: “No lo hagas. Tus libros terminarán en un estante (...) sin nunca ser abiertos”. Como si eso fuera poco remata con un “Nunca pienses que puedes atraer la atención de los hombres, (...) son los que deciden sobre la posibilidad de que te tomen seriamente”. Joan con el paso del tiempo va cumpliendo ese sino. Va quedando a la sombra de su marido convencida que no será capaz de convertirse en la escritora que desea ser. 
No voy a ahondar mucho más por razones obvias. Solo diré que en la carrera de Joe se produce un hito fenomenal que sacude a la familia entera de una manera radical, que lo revela a él como un negador serial y a ella como una mujer hartada de ser invisible. Finalmente diré que la interpretación de Pryce es impecable y que Glenn Close está sencillamente fenomenal en su rol. Sus gestos engalanan primeros planos y sus expresiones son inolvidables. Cuántas palabras sugieren su rostro.
Claramente la situación que plantea el guión es extrema, pero por eso tiene la virtud de estimular la reflexión. Nos interpela: ¿a cuántas cosas habremos contribuido y el mérito quedó por efecto de nuestro bajo perfil atribuido a otro que se hizo el distraído, o mucho peor, que de la mano de su ego ni siquiera fue ligeramente consciente de nuestra contribución? “Mi mujer gracias a Dios no escribe, de lo contrario estaría bloqueado” dice Joe Castleman en un momento.
En medio de una discusión enorme, suena el teléfono y Joan y Joe se enteran que nació su  nieto. La emoción todo lo supera. Se funden en un tierno abrazo. Siento que esa imagen es reveladora de lo hermosa que luce la auténtica felicidad compartida, en igualdad. En ese camino maravilloso de convertirse en abuelos están auténticamente juntos, de la mano, a la par.  Bailan abrazados en precioso complemento. ¿Por qué se les complica tanto en otros órdenes de la vida? 
La película termina con una hoja en blanco, y la mano de Joan acariciándola desviviéndose por escribir mientras un avión vuela por encima de las nubes. El futuro la espera.
Por eso digo que el discurso no puede disociarse de la película. Dice Glenn en su discurso: “Tenemos nuestros hijos y si somos suficientemente afortunadas nuestras parejas. Pero tenemos que encontrar también satisfacción personal. Tenemos que seguir nuestros sueños. Tenemos que decir: “Yo puedo hacerlo, y se nos debiera permitir hacerlo”.
Nunca es tarde para realizar nuestros sueños.Depende solo de nosotros. El futuro, como a Joan, también nos espera.
Pd. Hace unos días supe gracias a @alabadasonline que Mileva Maric fue la mujer de Albert Einstein. Dice el post: 
"Se conocieron estudiando física. Ella era la única mujer inscripta en matemáticas y la primera que se licenció en física. En una carta Mileva escribe: "Hemos terminado un trabajo muy importante que hará mundialmente famoso a mi marido". Investigaron juntos la teoría de la relatividad pero él nunca le dio crédito. Murió sola y olvidada en Zurich en 1948. La inviisibilización también es violencia."

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