En tres años, cuatro títulos europeos y una final de la Copa del Rey. Simplemente espectacular, sobre todo teniendo en cuenta las limitaciones económicas de nuestro club.
El Cholo dijo que las finales no se eligen, se juegan y se
ganan y justo eso hicimos. Nos enfrentamos al Chelsea, con una gran plantilla
dirigida por un entrenador mediocre, actuales campeones de la máxima
competición continental, la Champions, y con un inicio liguero impecable y, por
lo tanto, los favoritos a ganar la Súper Copa de Europa. Pero el favoritismo
hay que demostrarlo en el terreno de juego y ayer, arrasamos a los Blues.
El primer gol, una vez más, lo marcó la grada, con una abrumadora mayoría rojiblanca que no dejó de animar en ningún momento y eso convirtió el Louis II en el Vicente Calderón, por eso desde aquí quiero agradecer a los 6.000 héroes atléticos que invadieron Mónaco por todo su esfuerzo y entrega. Sin vuestro ánimo este titulo no hubiera sido posible.
En el terreno de juego el segundo gol lo marca Simeone, sacando
al mismo equipo que ganó la final de Bucarest menos Don Diego Ribas que fue
reemplazado por Koke, como reconocimiento a ellos y con un planteamiento
defensivo sublime y una potencia ofensiva envidiable.
Todo el equipo defendió con una presión muy fuerte para
robar el balón sin cometer faltas y salir lo más rápido posible hacia la
portería contraria y por eso, en el minuto 3 los nuestros ya habían rematado a
la madera. Del resto del partido poco os puedo decir que no vierais. Tres goles
de Radamel Falcao, el primero a pase de Adrián, el segundo también a pase de
Adrián pero con una genialidad del Colombiano y el tercero a pase de Arda que
frena el ataque todo lo que puede hasta que ve al Tigre por su izquierda
entregando el pase de gol.
Por último Miranda mete un “churrigol” que sentencia el
encuentro en la segunda parte. Pudimos haber metido, por lo menos tres o cuatro
goles más y eso demuestra la superioridad demostrada por el equipo de Madrid.
Los primeros 45 minutos son prácticamente perfectos. Contragolpes mortales, perfecta presión, control en la posesión, desborde por las bandas… En la segunda se nota el cansancio físico, pero el Chelsea no puede hacer nada porque en defensa seguimos magistrales.
Es evidente que hay que destacar a Falcao por el
extraordinario partido que jugó y al final los goles lo son todo, pero yo me
sigo frotando los ojos con el partido de Godín y Miranda, los desbordes de
Juanfran y especialmente Filipe Luis, el
control de Gabi y Koke, la seriedad de Mario Suárez, la intención de Adrián
(aunque ayer no fue su día) y la grandísima calidad de Arda. Estoy seguro que
vosotros, al repasar estos nombres estáis de acuerdo conmigo. Me entusiasma ver tanto jugador de la cantera.
Ayer pasó un tornado por Mónaco y se llama Atlético de
Madrid.
No puedo dejar de hablar de Fernando Torres, Atlético de
corazón pero rival ayer por la noche. Seguro que está triste por haber perdido
un titulo con su actual equipo, pero contento por haber ganado un titulo como
aficionado. La grada le brindó dos minutos de cánticos rozando el final del
encuentro, que seguro le emocionaron.
Neptuno recibió a miles de atléticos ayer por la noche y hoy, a las 20.30 horas recibe a la plantilla. No me canso de ver nuestra fuente engalanada y nuestro nombre en todas las portadas (incluida la del AS, milagrosamente…).
Ayer vivimos una noche de gloria y no será la última.
