Hace falta un héroe en nuestras vidas, uno solo, alguien en quien
confiar, en quien podamos depositar nuestros secretos, debilidades,
miedos íntimos y personales, pero todo falla, nadie parece dar plenas
garantías, eso sí, aún duran los amigos de la mano, pero ellos van a y
vienen. Nada es eterno, la vida es un ciclo girando sin parar.
Quizá nos equivoquemos buscando en las afueras, en la periferia social, y
nuestro amigo fiel vive dentro de nosotros, desde siempre, sin
preocuparse por nuestros errores, por nuestras infidelidades, por que él
nos da las energías suficientes para salir de la cárcel, ó alcoba de barrotes invisibles. Nuestra careta de intereses.
Lo que nos abate y recuerda los golpes, fallos, traiciones. Pero nuestro
interior se remueve y nos hace abrir las puertas del alma, las del
corazón, y hablar con mi voz, con sus ganas de gritar en un susurro, en
un silencio, en una necesidad tal que nos hace llorar y sufrir a partes
iguales. Pedir un abrazo a gritos de silencio, escondidos, apagados,
tristes, míseros, sin fuerza, porque no dejamos que respire nuestra
alma.
Así que si quieres abrirte al mundo, abre la puerta de tu mente, obedece
tus sentimientos y abre las ventanas de tu corazón, los ventrículos y
auriculares en un respiro, tan lleno de fuerza, poderes, luz y con los
suficientes colores, para hacerte frenar en la revolución, y lanzar un
suspiro tan profundo, sincero y cercano, necesario y justo, que llegaran
tan lejos que alguien, en las antípodas de la lejanía, los escuche y
acuda a ayudarte, y derribarás fronteras, y si todos suspiramos a la
vez, el mundo sería único, libre, verdadero, sin barreras. Sólo empieza a
imaginar.
Cree en ti, nada más que en ti, lo demás va y viene, nada es eterno,
todo se difumina, opaca y desaparece para siempre, hasta ser evocado en
un recuerdo pasajero, firme si eres fuerte, apagado si eres débil, si no
oyes las señales de tu alma, de tu interior, de tu corazón, de tu único
amigo fiel, entonces, una vez hayas escuchado, ábrele al mundo tus
pensamientos, tus gritos de dolor, desesperación, de silencio, de
soledad traicionera, de la apagada oscuridad que te rodea, se ilumine
con tus colores, con tu luz interior, con tu fuerza para soportar el
camino árido, pedregoso, difícil, lleno de oídos sordos, de manos
vacías, porque nadie escucha a su interior.
Haz que el mundo te escuche a ti, que el ser humano razone contigo, que
se haga justicia con los que murieron con algo que decir, con quienes
sufrieron el dolor del silencio de una gran ciudad, llena de ruidos
opacos y vacíos de sentimientos y razón.
Solo así podrás escuchar al resto del mundo, escuchando tu interior,
solo así el resto del mundo podrá escucharte, y podrá hablar, entonces
tendremos algo que decir.Y habrá alguien que escuche.
En el silencio, en la penumbra, en la soledad.