Revista Ilustración

Goodbye mou

Por Davidrefoyo @drefoyo
GOODBYE MOU
Para Javi Lianes Esta vez se jugó con otro guión, sí, el que llevaban preparando algunos jugadores del Real Madrid desde hace meses, el guión que no le gusta a Mourinho, el que prefieren los pesos pesados del vestuario madridista y, qué quieren que les diga, me gustó. Porque esta vez sí vimos un buen partido, de un lado el toque y la paciencia, del otro, el coraje y el esfuerzo arrebatador, a la altura de la enorme historia del Real Madrid. Vimos dos maneras de jugar, pero una misma visión del triunfo: el gol. Y a punto estuvo el equipo blanco de amargarle la fiesta al Barcelona, porque sin ninguna duda es la mejor versión que hemos visto de este equipo, un elenco de futbolistas espectaculares a quienes les faltó un poco de suerte y a quienes les sobró, entero, el partido de ida. La afición del Real Madrid, con su habitual memoria selectiva, pagó su frustración con el arbitraje, casero y erróneo, sí, pero en ningún momento se plantean las mismas dudas sobre el partido de ida. Lo mismo que en aquella eliminatoria contra el Chelsea. Puede que para la historia quede el claro penalty de Busquets, el más que dudoso de Puyol y el que, para mí es involuntario, de Abidal. Puede que la expulsión de Ramos, a todas luces demasiado severa, entre en los anales de los arbitrajes nefastos. Es una posibilidad. Lo que es una certeza es que el que pasará a la historia será Mourinho con su nefasto planteamiento del partido de ida, eso sí acabará en las hemerotecas. Y será recordado. El Madrid ayer perdió una eliminatoria, pero ganó mucho más. Ganó crédito suficiente para lo que resta de campeonato, metió miedo en el cuerpo del "todopoderoso" Barcelona, supo quitarle el balón, curiosamente, en cuanto sustituyeron a Lass Diarrá del terreno de juego y, por encima de todo eso, han demostrado que no necesitan a un personaje como Mourinho, que los jugadores tenían razón. Y aunque Casillas se pase de frenada con demasiada frecuencia últimamente, él sabía desde hace varios clásicos que al Barcelona se le gana jugando al fútbol. En el campo. Y esa victoria está muy cerca y será muy saludable para el fútbol español, no tanto como la del Mirandés, pero lo suficiente como para evitar estas hegemonías tan aburridas. Ayer yo, bastante culé, dije: ojalá marque el tercero, se lo merecen. Pero es algo que no reconoceré nunca más. 

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