Revista Cocina
¡Como me gusta que los vinos argentinos se despeguen de su clásico y cualitativo “malbec” para comenzar a ofrecer otras variantes de vinos, tanto tintos como blancos, y que tambien y tan bien representan al país vitivinícola! ¡Ni hablar aun si además provienen de una zona menos conocida en el mundo, como es el caso de San Juan! Con gran placer he adquirido de las góndolas quebequenses este Graffigna Centenario Pinot Grigio Reserva, realmente e-s-p-l-e-n-d-i-d-o. Todos sabemos en Argentina que Graffigna es una bodega centenaria que elabora excelentes vinos tintos, pero me he sorprendido gratamente al corroborar que tambien tiene ciertos vinos blancos supremos y altamente recomendables. He aquí un claro ejemplo, un vino elaborado con cuidado proveniente de una cepa poco difundida en el país, una de esas joyitas de las que hay pocas el cual, pese a ser llamado “reserva” posee todo su carácter fresco y frutal. Intenso, envolvente y untuoso, un vino blanco interesante con marcadas notas de frutas exóticas como el melón, y mucho de flores como el jazmin. En boca es intenso, refrescante y agradable. Un deleite para el paladar a un precio por demás accesible. Una opción diferente a las clásicas variedades blancas, como lo son la chardonnay o el sauvignon blanc. Justamente yo lo ubicaría entre estas dos cepas: el pinot grigio me recuerda a un poco de cada una de ellas.