En solo unos meses, el Podemos griego ha abierto el corralito donde podría esfumarse la esperanza de prosperidad helena. Los bancos han cerrado y la bolsa se ha clausurado. La demagogia de la extrema izquierda suele conducir a la catástrofe. Grecia no puede pagar lo que debe y, en lugar de aceptar las condiciones de quienes en Europa pueden ayudar a la nación helena, ha adoptado una actitud de inaceptable chulería convocando un referéndum que respalde las tropelías del mal pagador.
Destacados analistas internacionales creen que el primer ministro Tsipras ha llegado a un acuerdo subterráneo con la Rusia de Putin y con la China de las copiosas reservas en dólares. Eso permitiría a Grecia abandonar la zona euro con las espaldas cubiertas, modificando su política internacional, con la estratégica posición geográfica que ocupa en oriente medio.
Estados Unidos ha reaccionado de forma fulminante y ha exigido a Angela Merkel fórmulas que mantengan a Grecia en la eurozona. La primera potencia del mundo no está dispuesta a aceptar que se altere el complicado equilibrio en Oriente Medio, comprometiendo aún másla situación de Israel.
Difícil vaticinar qué va a ocurrir, porque incluso los servicios norteamericanos de inteligencia no conocen con precisión los acuerdos de Tsipras en Moscú y Pekín, si es que los hay, porque no se puede descartar que el Podemos griego esté jugando de farol, a ver si los dirigentes europeos se arrugan y ceden.
En todo caso, el ciudadano heleno se ha encontrado al comenzar la semana con Bancos y Bolsa cerrados y con fuertes limitaciones para disponer de su propio dinero.” (Luis María Anson, de la Real Academia Española, en “El Imparcial”, 29/06/2015)
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Corralito
“En Argentina se denominó corralito a la restricción de la libre
disposición de dinero en efectivo de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorros impuesta por el gobierno de Fernando de la Rúa en el mes de diciembre de 2001, y se prolongó por casi un año cuando se anunció oficialmente el 2 de diciembre de 2002 la liberación de los depósitos retenidos. Posteriormente este término trascendió a todos los países de habla castellana.
El objetivo que se perseguía con estas restricciones era evitar la salida de dinero del sistema bancario, intentando evitar así una ola de pánico bancario y el colapso del sistema. Según Domingo Cavallo, a cargo del Ministerio de Economía, esta medida era positiva de cara a lograr un mayor uso de los medios de pago electrónico, evitando así la evasión impositiva y provocando la bancarización de la población.
El término fue acuñado por el periodista económico argentino Antonio Laje en el año 2001, cuando tenía una columna económica en el programa de Daniel Hadad.
En Argentina se conoce como corralito a una especie de pequeña jaula acolchada y cerrada con una red, cuya estructura puede ser de caños o de madera. Dentro de ese espacio se coloca al bebé para que descanse o juegue de manera segura, ya que no le es posible salir de allí sin ayuda.
El periodista buscó destacar mediante una analogía la forma en que el gobierno restringía una de las libertades esenciales de los usuarios de cualquier sistema bancario: la de poder sacar sus fondos del sistema en cualquier momento.”
(De Wikipedia y otras fuentes)
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La tragedia griega azota a Pablo Iglesias
Joaquín Vila (Director de EL IMPARCIAL, 28/06/2015)
“Pablo Iglesias se tira de los pelos de la coleta ante el fiasco de su amigo Tsipras que en apenas unos meses ha situado a Grecia al borde del abismo. Como era de esperar, para los populistas el problema no reside en la chulesca actitud del presidente heleno que desprecia algo tan sencillo y civilizado como que las deudas se pagan. Para estos desgreñados políticos, la culpa de la tragedia griega que se avecina obedece a las políticas capitalistas y fascistas de los dirigentes europeos que pretenden que se cumplan los acuerdos firmados y pactados.Y como son incapaces de gestionar la administración de una casa de vecinos, pero astutos y demagogos, se han inventado un referéndum para intentar ganar tiempo y, sobre todo, lavarse las manos. Pues si los griegos votan permanecer en el euro, Tsipras tendrá que hocicar y atenerse a los compromisos acordados con Bruselas; o lo que es lo mismo, incumplir todas y cada una de las promesas electorales que le han aupado al poder. Y en caso contrario, la responsabilidad de la quiebra del país heleno no será suya sino de la voluntad popular.
Pero como los griegos no son tontos, pese a votar a Syriza, el futuro del actual Gobierno griego corre serio peligro. De momento, Tsipras parece confiar en que Putin le arrope y evite el hundimiento del país llenando las escuálidas arcas de rublos. Pero tampoco a Rusia le sobra el dinero, pues ya se ha ocupado Obama de que baje notablemente el precio del petróleo y de que la UE acuerde unas duras sanciones económicas por la guerra de Ucrania. El futuro de Grecia, pues, salvo que antes del martes ocurra un milagro, se vislumbra más que negro.
Por eso, a este lado del Mediterráneo, Pablo Iglesias y sus histriónicos ideólogos ya preparan una batería de eslóganes para responsabilizar de la tragedia griega y de la convulsión de los mercados españoles a ese búnker de capitalistas que exprimen al pueblo para sus sucios negocios.
Pero el secretario general de Podemos sabe que la quiebra del país heleno puede tener unas consecuencias letales para sus aspiraciones de llegar a La Moncloa. Pues el pueblo español tampoco es tonto,
pese a que un notable porcentaje de electores haya votado a Podemos. Es de esperar, que los ciudadanos abran los ojos y se percaten de que, es verdad que los políticos españoles están obligados a reformar a fondo el sistema, empezando por la Constitución, pero resultaría una temeridad dejar el Gobierno del país o buena parte del poder político en manos de unos iluminados e inexpertos sectarios que arrasarán con la estabilidad y la propia democracia desde el odio y la venganza. La tragedia griega puede suponer la salvación de España.”
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Y lo que tenía que pasar, pasó.
La verdad es que tengo mis dudas, y muchas, sobre si lo del “corralito” de Grecia ha sido consecuencia de la dura exigencia de la Unión Europea, del Fondo Monetario Internacional y del Banco Central Europeo, o si ha sido algo que ha venido de maravilla al gobierno griego para poner de manifiesto su postura de falso populismo, iconoclasta y ferozmente anticapitalista, vamos, si, como diría el castizo, a Shryryza y a Tsipras y a sus antisistema les ha venido la exigencia europea “como pedrada en ojo de boticario”, cual reza el dicho popular.
Sea por una o por otra razón, lo que está claro es que la postura del actual gobierno griego, que ha encendido “una vela a Dios” (Europa) y “otra al diablo” (Putin y Rusia)” constituye una conmoción para el sistema financiero de la Unión Europea y para los países integrados en él.
Ahí es nada, la enorme deuda que el tesoro de Grecia tiene contraída
con todos los países de la UE, y cuya recuperación o aseguramiento al menos queda tambaleante.
Puestos a pensar mal (y con los de Shyryza como con los españoles de Podemos es tal vez lo más acertado) se me antoja que en cierta manera la ruptura producida se ha aprovechado por Tsipras con satisfacción, pues la convocatoria de referéndum (nada más democrático en apariencia pero con intenciones sibilinas) ha significado la ruptura con una dinámica de acuerdos que los gobernantes helenos tenían muy difícil de explicar ante los suyos, después de haber prometido casi el Edén económico.
Con las espaldas “cubiertas” por la Rusia de Putin, que no parecerá como que da ayudas, pero ya se verá cómo “anticipa” fondos con la excusa de que son para la construcción del gasoducto por el Mar Negro, Turquía y la propia Grecia, este país irá capeando el temporal y aplicará la consabida mística de que el malsano y despótico capitalismo es rompedor y esquilma a los pueblos.
Sea lo que fuere, que el tiempo se encargará de demostrarlo, es evidente que Tsipras y su exótico ministro de Economía, el “motero” Varufakis, han provocado al final lo que les interesaba: romper, deshacer y culpar a la pérfida Europa de los males de Grecia.
¡Ah! Y sobre todo no pagar…
Pongo muy en duda que se alcance alguna solución prudente y satisfactoria, y si llega más se deberá la generosa tibieza de los líderes de la economía europea que a la cesión de los gobernantes helénicos actuales.
Grecia viene arrastrando un deterioro económico y moral que es fruto de un “quiero y no puedo” de sus incapaces gobernantes anteriores, y así ha resultado el tema.
No se olvide que en Grecia los ricos son cada vez más ricos; pagan pocos impuestos y evaden muchos capitales; los organismos públicos alcanzan grandes cotas de gasto sin sentido; y los políticos tratan de asegurarse su retiro. En fin, el caos por la corrupción.
No muy diferente es lo que se puede intuir que ocurriría si el llamado Iglesias alcanzara el poder en España junto con toda esa serie de miniutópicos, antisistema, falsopopulistas, rebeldes por todo y ante todo, que aún no han tocado el poder y ya han comenzado a diseñar el nepotismo colocando a esposos, sobrinos, parientes y amiguetes de conspiración.
Claro, que estos días el “ecclesiástico” podemita ha entrado como en una fase de nirvana (la hibernación es imposible por el calor que sufrimos), y así trata de simular prudencia e integración en el sistema, aunque lo que pretende es romperlo. No se olvide la fábula del escorpión y la rana cruzando el río: al final el escorpión clava el aguijón a la rana, porque esa es su naturaleza…
De manera que, ojalá no, en España podríamos derivar hacia situaciones “a lo griego”, aunque seguro estoy de que el pueblo español
está mucho menos martirizado que el de Hellas, y que difícilmente se llegaría a situación de “corralito” o “corralazo”.
Ahora bien, no se olvide aquello de que “cuando las barbas del vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”.
Hay que espabilarse y cortar de raíz tanto gasto supérfluo y tanto expolio vía corrupción, poniendo coto a demagogias facilonas e infundadas, que pueden acabar con el bienestar de esta Europa nuestra cada vez más tecnificada y cada vez más complicada en su gobierno y evolución.
Así sea.
“¿Pagar la cuenta? ¡Qué costumbre tan absurda!” Groucho Marx (1890-1977) Actor estadounidense.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA