Los grissini son una forma alargada de pan de origen italiano que aromatizamos con tomate, orégano y pimentón e incorporamos sal en escamas al final
Sí, no es último domingo del mes, pero hoy también hay #asaltablogs, uno peculiar, express y reducido en compensación a los compañeros que se quedaron sin asaltante en el asalto invisible de diciembre y porque sí, porque somos adictos a esto de robar recetas.
Y hoy me vuelvo a encontrar con un blog conocido, uno que se atreve con todo y toca todos los palos a pesar de que el nombre parece indicar predilección por una gastronomía más localizada. Hablo de Así se come en Granada, de Elvira, blog que ya me tocó asaltar y por tanto entrevistar a su autora, por lo que si quieres saber algo más de ella te emplazo a leer la entrevista que realicé con motivo de mi anterior incursión en su cocina en la que hice una herejía, pizza de remojón granadino.
Hoy es uno de esos asaltos en los que aprovecho para hacer una de esas recetas que llevan demasiado tiempo en el cajón de "pendientes", hoy toca hacer grissinis, que es como los italianos llaman a un pan alargado y rústico que en su formato hispano llamamos colines, aunque en puridad no es lo mismo, o eso creo.
¿Y qué son los grissinis exactamente?, pues sin entrar en consideraciones históricas, lo que está claro es que a día de hoy los asocio a esos panecillos largos y estrechos que te ponen en los restaurantes italianos para que te entretengas mordisqueando mientras ojeas la carta o esperas que te traigan ese plato de pasta tan sanote que te has pedido y... entonces ocurre.
Desconozco cual es la razón exacta, no sé si es por la proporción de agua y harina o por los aditamentos químicos de los industriales, pero si entras con un nivel de hambre... digamos de "4 en una escala de 10", como piques y te comas uno, enseguida habrás alcanzado la cima de esa escala y si el camarero no trae pronto la calzone te vas a pedir la carta por orden alfabético y el florero de la entrada de pronto se te antoja apetitoso.
Sí, existen para darte hambre, ¡mucha hambre porque están buenísimos!.
Y confieso que hoy he tuneado la receta a más no poder, porque he añadido tomate deshidratado (que siempre es algo que aporta aire italiano), orégano (idem) y pimentón (solo porque me apetecía y da color). Y además, finalmente sal negra en escamas y un poco de semolina por encima.
Pero la principal diferencia es que Elvira los hace integrales y yo he mezclado harinas. Vamos, que me he pasado tres pueblos versioneando. Eso sí, os aseguro que el resultado ha sido brutal, ¡están buenísimos!.
Espero que te gusten Elvira, aunque no haya sido muy fiel a tu receta.
Ingredientes:
- 200 gr. de harina panificable.
- 50 gr. de harina de trigo integral.
- 150 ml. de agua.
- 25 ml. de aceite de oliva virgen extra.
- 3 gr. de sal.
- 3 gr. de levadura liofilizada de panadería.
- 1 cuchara de pimentón dulce.
- Sal en escamas.
- Orégano seco.
- Semolina.
Elaboración:
1.- No os voy a engañar, he utilizado la panificadora para el amasado. He introducido el agua, el aceite, la harina, la levadura y la sal (fina) en la cubeta. Programa de amasado y cuando indica que se puede añadir más ingredientes he incorporado el tomate picado, el orégano y el pimentón.
Si lo hacéis a mano tened en cuenta que es una masa muy hidratada y al principio estará muy pegajosa, no incorporéis harina, porque cambiarás la proporción y la receta en sí.
2.- Al terminar el programa vuelvo a amasar a mano sobre una superficie enharinada para desgasificar, aunque no del todo. Hago una bola y dejo reposar unos quince minutos.
3.- Ahora, con ayuda de un rodillo preparamos una superficie rectangular y de un grosor uniforme.
4.- Con ayuda de un cuchillo muy afilado hacemos cortes finos y los disponemos sobre un papel sulfurizado sobre una bandeja de horno. Procura dejar suficiente separación entre los bastones, para evitar que se peguen al crecer.
5.- Precalienta el horno a 230ºC y coloca una bandeja con agua en la parte inferior.
6.- En este momento he esparcido sal negra en escamas y semolina por encima de los bastones. Esto es opcional, si no pones sal, aumenta la cantidad de sal en la fórmula inicial, también puedes poner semillas de sésamo, amapola, etc... Deja reposar otros quince minutos.
7.-Introduce la bandeja en el horno, en unos 12-13 minutos estarán cocidos, ahora bien, si quieres que queden un poco más tostados y crujientes los tendrás en unos 15 minutos.
Consideraciones:
- Procura que tengan una anchura uniforme para que queden igual de cocidos.
- Es importante hacer los cortes de una sola vez, para que queden rectos, por eso hay que utilizar un cuchillo afilado y hacerlos con decisión
- Si quieres saber cuantos salieron con estas proporciones, no te lo puedo decir, porque cuando me dí cuenta de que no los había contado nos habíamos comido por lo menos la mitad, así que no lo sé, pero unos veinte.