Cuando aún el calor hacía amagos por no querer marcharse, en un pequeño punto de Sevilla comenzaron a sonar sones propios de Norteamérica. Eso sí, con puntadas de Úbeda. Era la hora de Guadalupe Plata. Ellos mismos se lo montan todo, y es que no están en las tiendas de discos, no tienen objetos de merchandising y ni siquiera manager. Ellos se encargan de todo.
Tres LP’s y un single recogen su trayectoria musical aunque, eso sí, su participación en festivales tanto nacionales como internacionales supera las dos cifras. Su último trabajo, editado en febrero de este año, recoge cuatro canciones con la participación del armónica Walter Daniels. Aunque, sin duda, el disco estrella y más completo, con poco más de un año, está titulado con el nombre del grupo, al igual que el anterior (2009).
‘Guadalupe Plata’ recoge canciones de blues en los que lo rural y lo nacional entra sin grandes complicaciones. Asimilando la comparación que hizo Ruta 66, el grupo representa un blues resacoso de pueblo. Un género musical en el que caben hombres disfrazados con peineta, entierros, arrastre de guitarras por el suelo y moteros endiablados sin motocicletas. Serpiente negra, la canción que abre el disco es el mismo tema instrumental que da la bienvenida a los asistentes. Un nutrido grupo juvenil que no duda en hacer varios kilómetros por ver esta actuación.
Y eso que la puesta en escena no es que sea una belleza. Perico de Dios (voz y guitarras) berrea frases y agita la guitarra alargando sonidos hasta el desmayo, Carlos Jimena (batería) toca la batería a base de mohínes y Paco Luis Martos (bajo) pellizca un palo con un barreño de latón (¡y suena!). Pero, sin duda, lo que atrae en gran medida son sus canciones llenas de ritmo americanizado y toques de humor absurdo. Con frases como “disparas tú o disparo yo” o la genial “qué se siente al matar a un gatito”, los incondicionales pierden el sentido a los sones de unos instrumentos maltrechos a la vez que idóneos. El joven grupo consigue reinventar un género ya explotado, pero lo trae a tierras jiennenses para sacarle el mayor partido posible. El caso es que lo consiguen. Un directo que gana con creces para con el disco, que puede ser escuchado online. Ahí está la clave del éxito de este grupo. En estos tiempos, la fama se consigue con los directos y la gratuidad, más allá de la venta de discos. Parece que les va bien.
El pollo podrío, Gatito o el Boogie de la Muerte son una pequeña selección de la actuación que dio cabida al disco completo. Canciones que invitaban a agitar el cuerpo al ritmo de los instrumentos y que no daban tregua al descanso. El relax vino de la mano de la instrumental Habichuelas del Oeste. Una canción tras otra, enlazándolas en gran parte de las ocasiones, que llegó a dar la sensación de estar una hora continua de una única pista. Eso sí, sin llegar al cansancio extremo ni a la extenuación. Como colofón versionaron el clásico La Pared de Bambino, aunque extrapolado a su estilo. Guadalupe Plata ha sido una de las nuevas apuestas para el Territorios Sevilla 2012 y aprobó con buena nota.
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Juanjo Sánchez