No podría seguir esta sección dedicada a los guardianes de sabores de mi alrededor con otra persona menos especial ni importante que mi madre y su clásico, exquisito, apolíneo, facilísimo e infalible bizcocho de yogur.
Mi madre hace este bizcocho con los ojos cerrados, de carrerilla y sin freno. Lo hace mientras guisa el pollo, habla por teléfono con mi amama y ve el secreto de puente viejo. Sin ninguna ceremonia y sin ninguna precaución. Ella se salta todos los pasos que se suele decir que son importantes para hacer un bizcocho. No bate primero los huevos, no tamiza la harina, abre el horno cuando le da la gana y desde luego que no espera a que el bizcocho se enfríe para comerlo. Y aun así, a pesar de ello, o gracias a ello, a ella le sale siempre impoluto, hasta el punto de que todo el mundo le acaba pidiendo la receta.
Yo que siempre me pongo un poco nerviosa al echar todos los ingredientes de golpe y rompiendo tantas reglas, intenté hacer su bizocho de yogur pero con todos los pasos que
Un wtf en toda regla. El bizcocho, la verdad, es que estaba muy bueno pero daba pena verlo. Lo peor de todo fue que no conseguí mi parte favorita, y la caracteristica principal, del bizocho de mi madre, la abertura superior caramelizada y crujiente por la que todo el mundo se pelea. Puede que fuera solo un intento fallido, y que evidentemente se me olvido vigilarlo, pero lo cierto es que se me quitaron las ganas de profanar una receta que ya es perfecta de por si y no lo he vuelto hacer.
Si os preguntáis por qué hice dos bizcochos es que mi madre, los hace así. De dos en dos, en plural. Aunque ella no paso la guerra su madre si que lo hizo y algo de ello debio calar hondo en ella porque su cocina esta planteada para acabar con el hambre en el mundo. Lo peor es que yo también empiezo a presentar síntomas de esta opulencia al cocinar, lo que al ver que he preparado sufieciente arroz para un año, siempre genera un comentario en tono sarcástico de mi padre que pregunta a ver a quien hemos invitado hoy a cenar.
Cuando estudiaba fuera, mi madre me solía meter el segundo bizcocho en la mochila envuelto en papel albal todos las semanas sin fallar una. Después cuando volvia a casa me decía que había adelgazado mucho y me metía otro bizcocho de manzana, mi favorito de entonces (porque ahora me cuesta solo verlo).
Si te gusta la repostería es casi imposible que no hayas hecho un bizcocho de yogur alguna vez. De hecho esta receta es el abc de la repostería casera. Es una bizcocho que sale siempre muy jugoso gracias al yogur y que gusta a todo el mundo. Es con toda seguridad el primer pastel que yo hice y mi primer affair realmente preocupante con mi horno.
Si aún no lo has hecho debes saber que esta es una de esas recetas que vas a hacer una y otra y otra vez y que se te quedará grabada en la memoria tanto como en el corazón. Te salvará de más de un apuro de último minuto, lo acabarás amoldando a tus gustos. Lo vestirás de fiesta cubriéndolo de chocolate y nata y soplarás velas de cumpleaños dispuestas sobre el. Lo mejor de todo es que lo puedes empezar a hacer ahora mismo porque, a no ser que seas alguien que vive de cosas que salen de una caja o no tengas horno, tienes todos los ingredientes que te hacen falta para hacerlo. Y digo yo que, ¿a qué esperas?.
Espero que os guste tanto como a nosotros.
{RECETA DE BIZCOCHO DE YOGUR}
INGREDIENTES (Para un bizcocho)
- 2 tarritos de yogur natural
- 3 huevos
- 4 tarritos de de harina
- 2 tarritos de azúcar
- 3/4 de un tarrito de aceite suave (De girasol en mi caso)
- Un sobre (15 gr) de levadura química
- 1 sobre de azúcar avainillado (a mi me gusta aromatizarlo con 1 cucharadita de extracto de vainilla y la ralladura de un limón, pero esta es la receta de mi madre)
- Una pizca de sal
Para enharinar el molde
- Aceite o mantequilla
- Pan rayado
ELABORACIÓN
1. Precalienta el horno a 180 grados. (Yo como tengo un horno viejo lo caliento al máximo justo antes de empezar al bizcocho y bajo la temperatura a 180 al meterlo dentro)
2. Echa todos los ingredientes en un bol grande
3. Con una varilla de mano, varillas electricas o con la pala de amasado de la batidora mezcla bien todos los ingredientes primero a velocidad baja y después un minuto (aproximadamente) a velocidad alta, solo hasta que esté todo bien integrado y hayas obtenido una masa homogénea y sin grumos de harina. No es nada interesante batir más de lo necesario.
3. Engrasa el molde con aceite y cubre con pan rallado o harina. (Mi madre utiliza pan rallado porque queda un poco crujiente y a nosotros nos gusta más que con harina)
4. Vierte la mezcla en el molde si llegar al borde (porque desbordaría si lo haces)
5. Hornea durante 45 minutos -1 hora. Cuando el bizcocho este dorado por encima introduce una varilla si sale limpia y seca, el bizcocho estará listo y si no lo está cubre con papel de aluminio (para que no se queme) y mantenlo en el horno unos minutos más.
NOTAS
*Puedes utilizar el tipo de yogur que prefieras, incluso los de sabores, pero siempre quedará mejor con yogures no desnatados. También puedes añadir los aromas que más te gusten.