La receta de hoy parte de Pendiente de Diagnosticar, que abrió la nevera y la despensa y vio que tenía una selección de setas diferentes, una pata de pulpococida y pensó en "multiplicar" las opciones: ¿pulpo con setas?, ¡porqué no!; ¿y si le añadimos unos garbanzos y unas algas?, pues entonces..., ¡entonces lo que tenemos es un recetón!, os lo digo yo que disfruté muchísimo de este plato, que me transportó a las costas de Galicia, por aquello del pulpo, las algas y los garbanzos, pero no tenía Albariño y sí un magnífico vino de Santorini que habíamos comprado en Greek and Shop. Santorini es un lugar dónde el pulpoes el plato principal de cualquier restaurante de la isla, así que, ¡a por ello!.
Ingredientes:
- Una pata de pulpo cocida
- 100-150 gr de garbanzos cocidos
- Laurel, dos hojas secas.
- Una cucharita de pimentón picante.
- Un pimiento seco.
- Selección de setas.
- Comino, pimienta negra.
- Media cebolla, dos dientes de ajo
- Medio pimiento verde.
- Algas wakame deshidratadas.
- Vino blanco.
- 2-3 guindillas de cayena.
Elaboración:1.- Se sofríen los ajos, la cebollay el pimiento verde. Mientras, en un mortero se machaca el pimientoseco con cominos y la pimienta negra. La mezcla del mortero se añade al sofrito al final.
2.- Incorporamos los garbanzosal sofrito en la olla y a continuación la pata de pulpo troceada. Se sala y se pone un poco del propio vino de Santorini, las guindillasy el pimentón picante.
3.- Las algas wakame las hemos hidratado de 10 minutos en un cuenco con agua y sal y se añaden para terminar la cocción de los garbanzos y pulpo y se combinen todos los sabores.
Consideraciones:
La propia existencia de vino en un lugar como Santorinies casi un milagro, pues el calor y el viento dificultan enormemente la viticultura (la producción por hectárea es la más baja de Grecia), sin embargo, se consiguen vinos con una acidez natural magnífica. Así que sí, hay vino y del bueno, ¡del muy bueno!. Os recomiendo los vinos blancos de la variedad autóctona Asírtico (Assyrtiko), unos vinos sabrosos, minerales, secos y con un potencial de conservación muy amplio (hasta 5 ó 6 años en botella) que combinan de maravilla con pescados y mariscos.
Sabor de terruño auténtico. De veras, si queréis acercaros al mundo de los vinos griegos os recomiendo que comencéis por aquí y no por los vinos de retsina, esos mejunjes mata-turistas tan habituales en los indecentes restaurantes griegos de Madrid.
Y bueno, os dejo con una bonita historia de amor entre pulpos de Santorini.