Revista Cine

'Gypsy' un Hamlet en territorio gitano

Publicado el 14 diciembre 2011 por Fimin

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Fue una de las grandes triunfadoras del pasado Festival de Karlovy Vary (Premio Especial del Jurado) por evitar el maniqueísmo y brindar un retrato contrastado de una comunidad aislada y a menudo humillada por el resto de la población (de la broma racista al desprecio, pasando por los abusos policiales); una comunidad, la gitana, que también sufre sus propias contradicciones, su orgullo y sus reflejos paranóicos ("los blancos jamás te ayudan", "Sácales todo lo que puedas, así son los negocios"). Todo ello y mucho más nos ofrece "Gypsy," un film del eslovaco Martin Sulik del que nos hicimos eco a su paso por Karlovy Vary y cuya interesante previa recuperamos ahora tras ser ayer destacada en Cineuropa.

¿De qué va?

Adam es un niño de catorce años que vive en un poblado gitano con su madre, su padre y sus tres hermanos. Cuando su padre aparece muerto en condiciones misteriosas (según la policía, es un accidente, pero Adam sospecha que se trata de un asesinato), su madre se casa con el hermano de su padre, lo cual nos lleva inevitablemente al terreno de Hamlet. Sin embargo, la tormentosa relación entre Adam y Jula parece más bien sacada de Romeo y Julieta, no porque las familias estén enfrentadas, sino porque la familia de ella es aún más pobre que la de Adam.

¿Quién está detrás?

El veterano realizador eslovaco Martin Šulik ("The City of Sun").

¿Quién sale?

Un puñado de entrañables gitanos erigidos ahora en actores no profesionales.

¿Qué es?

Gato Negro Gato Blanco + Romeo y Julieta + Hamlet

¿Qué ofrece?

"Gypsy" sumerge de golpe al espectador en la atmósfera de fatalidad que acompaña la existencia gitana: extrema pobreza (20 habitantes del pueblo trabajan, otros sobreviven gracias a la asistencia social o a trabajillos de gran dureza), chozas improvisadas, constantes agresiones verbales y una agresividad latente; los jóvenes, desesperados, abandonan la escuela, escenario de robos y consumo de drogas; los matrimonios son de conveniencia ("mi familia necesita dinero")… Sin embargo, el director también muestra con rectitud la energía de los gitanos, que se transmite a través de la música, la religión, el sentido de la familia y la presencia de numerosos niños que corren por las calles.

Šulik convivió durante varias semanas con la comunidad gitana eslovaca, documentándose y buscando a su reparto, y el esfuerzo ha sido muy valioso, ya que ha dotado a la cinta de un toque naturalista. El resultado es convincente y emocionante, con un reparto no profesional que resulta excelente, con una banda sonora lo suficientemente sutil para no acentuar los excesos del mundo gitano y en el que la fotografía y el montaje también brillan con luz propia, logrando así una mezcla de géneros muy interesante: un drama novelesco y estético con un enfoque documental de un tema de rabiosa actualidad en Europa.

 


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