Revista Cultura y Ocio
El guitarrista de blues B.B. King, una leyenda auténtica del blues, falleció hoy a los 89 años en Las Vegas, según anunció el abogado del músico, esa es la noticia. Pero musicalmente hablando, se va una pata muy importante de una mesa que conforma parte del mundo del blues y del rock and roll en general, uno de los padres de todo esto, un tipo que creó un nuevo lenguaje con la guitarra eléctrica, ya que con su mítica Lucille parecía hablarte con sus notas, una pieza fundamental de la arquitectura de la música popular del siglo XX.La salud del Rey del blues empezó a quebrarse en octubre, cuando en un concierto tuvo un desfallecimiento y tuvo que cancelar la gira por deshidratación y agotamiento (a su avanzada edad no paraba de dar conciertos) provocados por la diabetes que arrastraba desde hace más de dos décadas. Desde entonces todo fue a peor hasta el fatal desenlace de hoy.Su nacimiento en 1925, fue en una familia pobre, en una pequeña cabaña de un pueblo de Misisipi, Itta Bena. Su primer contacto musical es a los doce años cuando entra a formar parte de un grupo vocal de góspel y el predicador le enseña sus primeros acordes de guitarra. Vida dura, recogiendo algodón en una granja de la ciudad de Lexington, y lo mismo en Indianola, durante los primeros años 40.Armado con su inseparable Gibson, a la que llamó Lucille, y un puñado de dólares en la buchaca se muda en 1946 a Memphis, cuidad que vería el deslumbramiento de Elvis Presley poco después, y desarrolló un estilo único, donde mezclaba el estilo rural del campo y la vitalidad eléctrica de la ciudad. Se hizo el rey de la calle Beale y dio rienda suelta al blues. Canciones como I’ve Got a Right To Love My Baby, Please Love Me, Three O’Clock Blues, Sugar Mama o Gotta Find My Baby, eran composiciones que muestran un blues nada convencional, donde había orquesta de metales que le alejaban del prototipo del músico primitivo del Mississippi pero sin perder las raíces de su tierra. Así, empezó a gestarse su leyenda. En 1962 ficha por ABC-Paramount Records, y míticos son su Live at the Regal en vivo en Chicago en 1964 o la versionaca de Roy Hawkins de The thrill is gone en 1969. Los éxitos de King continuaron durante los 70 con canciones como To Know You Is to Love You y I Like to Live the Love. Fue ese sonido del blues moderno, que luego explotaría en Chicago y marcó ya a todas las generaciones posteriores de los 60, Rolling Stones, Eric Clapton, Mike Bloomfield, John Mayall, etc... Los Stones incluso se lo llevaron de gira, fascinados por su repertorio, y así comenzó a realizar giras interminables de 250 shows al año, hasta que le han durado las fuerzas. En España tocó varias veces en gira con Raimundo Amador, y la conexión entre ambos era espectacular, de hecho el bluesman americano veneraba al gitano fundador de Pata Negra, obviamente sobra decir que Raimundo se ponía de rodillas ante el genio.Ya en los último 20 años quedó como un embajador del blues clásicos, los tiempos así lo marcaban, y aprovechó para realizar muchas colaboraciones y discos con grandes músicos, donde demostraba su amplitud de miras, siempre con el blues como base insustituible.Con problemas de vista, estaba obligado ya mayor a tocar sentado, pero su sentimiento jamás se iba. B. B. King, memoria de un tiempo irrepetible, tal vez el último guitarrista que nos recordaba cómo empezó todo cuando queríamos hablar de blues, descanse en paz. Un músico irrepetible, muchos kilates de clase estaban en él y como homenaje pequeño os dejo con el Thrill is gone interpretado en directo en Montreux en 1993, el primer teme que escuché de él cuando estaba en el instituto.