La humedad impregnaba todos los rincones. La tierra no era lo único que estaba empapado: las hojas de los árboles, la maleza, los hongos, los innumerables microbios que habitaban el subsuelo, los insectos que se arrastraban por la superficie, los bichos alados que volaban en el cielo, los pájaros que descansaban en las ramas y los animales más grandes del interior del bosque llenaban el ambiente de vida y de rebosante humedad. "El cielo es azul, la tierra blanca" (2001), Hiromi KawakamiAlubias, habichuelas, judías, fabas, frijoles, porotos, caraota, fabes, verdinas……
Más comúnmente conocidas en España como judía o alubia, en Andalucia e incluso en El Caribe por “habichuelas” pueden ser roja, roja pinta, blanca, negra e incluso verde (las llamadas verdinas). Con nombres tan curiosos como “Poroto” (del vocablo quecua “porutu”) en Argentina, Chile, Uruguay y Panamá; en Cuba, México, Perú y otros países sudamericanos la llaman “frijol” o en Venezuela “caraota”.
Independientemente de cómo se denomine a ésta legumbre consumida alrededor del mundo, es sin lugar a dudas un elemento esencial en la alimentación del ser humano, incluso primordial en la denominada “Dieta Mediterránea”.
Antes del descubrimiento de América, sólo existía en Europa una sóla especie de éste género de plantas, la “Vigna Unguiculata” o “Judía de Careta”, cuyo cultivo se había propagado desde África Occidental y muy consumida por griegos y romanos.
He podido leer que el cultivo de las habichuelas se remonta a miles de años, no sólo como alimento. Muchos pueblos las veneraban como un auténtico tesoro, tal era el valor y la importancia que tenían en las diferente culturas del pasado más remoto. Por ejemplo, los egipcios incluían éstas legumbres entre las riquezas con las que sepultaban a los faraones; también los aztecas incluían las alubias entre sus tesoros en las tumbas.
Los griegos y romanos ofrecían legumbres a los dioses. Los romanos distinguidos recibieron sus nombres de éstas preciadas legumbres: Fabio (faba).
La llegada de las legumbres americanas a partir del siglo XV provocó en gran medida que en los pucheros sobre todo de Andalucía, se sustituyeran las viejas habas por las alubias.
En mi cocina, la más habitual, la más consumida, siguiendo la tradición de mis mayores era la habichuela blanca, que de toda la vida se compraba en las tiendas de comestibles, en los “ultramarinos” como se conocían éste tipo de establecimientos, ya que se supone que vendían artículos procedentes de allende los mares.
Hoy en día los judiones, judías pintas, etc. Se pueden conseguir en grandes superficies y supermercados. Aunque sigue en los recovecos de mi memoria reminiscencias de aquellas comidas de mi madre que preparaba siempre con la habichuela blanca, legumbre indispensable de recetas tradicionales malagueños de cuchara como el potaje calero y las coles por ejemplo.
Y en éstos días de invierno, incluso tras las necesarias lluvias del pasado Otoño, los bosques malagueños se llenan de productos que me apasionan: : castañas, madroños, bellotas y con ésa sabia fórmula de humedad y rayos de Sol, también nos llegan los espárragos trigueros y las setas, auténticas joyas gastronómicas con sabores y texturas inimitables.
Símbolos inequívocos del Otoño, Málaga es un lugar idóneo para encontrar una amplia gama de setas comestibles, en éstas fechas es relativamente fácil ver a la venta setas en los puestos de nuestros mercados, Los níscalos, boletos, amanitas, angulas de monte, setas de cardo...pintan de otoño los mostradores y "Mi Cocina".A mi personalmente me encantan, suelo introducirlas en numerosos platos; hay que reconocer que tienen un amplio abanico de posibilidades culinarias, por lo que.hace unas semanas, cuando comenzó a apretar el frío preparé setas variadas con habichuelas blancas. Un plato de cuchara donde se unían productos que son verdaderos tesoros de la naturaleza.¿CÓMO LO HICE?
INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS:
100 gramos de habichuelas blancas secas, media cebolla blanca dulce (tipo cebolleta), un puerro (sólo la parte blanca), medio pimiento rojo, aceite de oliva virgen extra, un diente de ajo, 3 cucharadas soperas bien colmadas de tomate rallado, medio litro de agua, setas variadas ( es época de setas en la provincia de Málaga: Boletus aereus, NíscaloAmanita caesarea, Chantarela o rebozuelo, Angulas de monte Trompeta de los muertos), sal y perejil.
LOS PASOS A SEGUIR:
El día anterior echar en un cuenco las habichuelas en agua fría previamente salada y mantener toda la noche en remojo.
Cuando se vaya a preparar, escurrir bien las alubias, enjuagarlas bien y ponerlas en una cacerola con el agua para cocinar de forma que queden totalmente cubiertas. Llevar a ebullición y dejar que cuezan hasta que estén tiernas ( a media cocción echar un vaso de agua fría, al cortar la cochura no se despellejarán). Una vez tiernas apartar del fuego y reservar.
Mientras picar el pimiento, la cebolla y el puerro en trozos pequeños. Pelar el ajo y trocear igualmente. Cubrir el fondo de una cazuela con aceite de oliva virgen extra y pochar toda la verdura, incorporando el tomate cuando esté listo el refrito, incorporar parte del caldo de la cocción de las judías y pasar por la batidora de forma que quede lo más fino posible. Salar al gusto e incorporar el resto del caldo junto con las habichuelas.
Limpiar bien las setas variadas y trocear las más grandes como los boletus, dejando las más pequeñas enteras.
Poner en una sartén tres cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra y dorar (sin que se lleguen a quemar) el diente de ajo troceado. Agregar el surtido de setas y rehogarlos a fuego medio durante unos minutos.
Incorporar las setas a la cacerola junto con las habichuelas blancas, dar dar un hervor, apartar y dejar reposar unos minutos.
Servir caliente, caliente espolvoreando con perejil picado.¡¡ Buen provecho y Feliz Año 2025 !! Mis mejores deseos para todos: Salud, Paz, Respeto y Felicidad.