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Habilidades sociales

Por Somospsico

Habilidades sociales. ¿Qué es ser asertivo?

No siempre resulta sencillo comunicarnos con los demás. A veces, cuando nos marchamos de vuelta a casa tras haber tomado un café con alguien o tras una reunión de grupo, nos quedamos con la sensación de no haber expresado todo lo que nos hubiera gustado. Así, nos parece que los demás han aportado más que nosotros, o que de algún modo sus ideas parecían tener más fuerza que las nuestras.

Ser capaz de mantener unas adecuadas relaciones sociales no es fruto de un día. De esta forma, son los diferentes intercambios que vamos teniendo con el mundo a lo largo de nuestra vida los que nos hacen cada vez más competentes en esta materia. A pesar de ello, muchas personas aprenden a adoptar estilos comunicativos inapropiados, con el consecuente deterioro en su forma de relacionarse con los otros.

Actualmente distinguimos tres estilos o formas de comunicarnos con nuestro entorno: el pasivo, el agresivo y el asertivo. Tomando como ejemplo la situación que planteábamos al principio, las personas que hacen gala de un estilo pasivo suelen acabar siempre con la percepción de que no han dicho todo lo que querían decir tras un intercambio o que no han tenido el 'valor' de contradecir los argumentos de la otra persona. En general, se trata de personas tímidas e inseguras que quizá piensan que sus ideas no tienen tanta importancia como las de los demás, dejándose muchas veces convencer por ellos sin oponer demasiada resistencia.

En el caso de las personas con un estilo agresivo de comunicación, no es de extrañar que traten de forzar a los demás para que acepten sus ideas como si fuesen propias. A diferencia de los pasivos, los cuales suelen adoptar una postura corporal más tensa y encorvada y con un tono de voz bajo, los agresivos se caracterizan por sus comentarios desafiantes, su postura amenazante y su tono de voz elevado.

La posición intermedia entre ambos estilos la constituye la asertividad. Las personas asertivas son capaces de escuchar a los demás y respetar sus ideas a la vez que expresan las propias. Se trataría del punto deseable en toda relación, pues así tanto emisor como receptor estarían en armonía a la hora del intercambio.

Adoptar un estilo asertivo puede ayudarnos enormemente en numerosas situaciones de nuestra vida diaria. A veces, por miedo o simplemente por evitar problemas, tendemos a dar la razón a los demás y a no cuestionar nunca su postura. Así, no es raro que puedan darse situaciones en las que se aprovechen de nosotros o en las que nos sintamos mal.

Para terminar, vamos a ilustrar con un ejemplo un caso concreto en el que se da una respuesta asertiva:

- Sergio: Marcos, ¿te vienes esta noche a la discoteca? Vamos a pasarlo genial y antes de entrar haremos una botellota para entrar contentos. ¿Qué dices?

- Marcos: Agradezco tu invitación, Sergio, pero no me apetece. No me gusta beber alcohol y las discotecas tampoco me gustan demasiado. Prefiero quedarme en casa tranquilo viendo una película.

- Sergio: Venga tío no seas pelma. ¡Lo vamos a pasar bien! Esta noche lo rompemos, te lo digo yo.

- Marcos: De verdad te lo agradezco, Sergio. Estoy seguro de que lo pasaréis muy bien, pero la verdad es que no me apetece.

- Sergio: Bueno tío, pues tú te lo pierdes. Estás hecho un abuelo…

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foto|Vlado


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