Hablando de caraduras

LA NATURALEZA ES SABIA
Cada año en estas fechas, o en velorios de famosos, aparecen algunos fantasmas que lejos de atemorizar a la sociedad, la ridiculizan. Por ejemplo, algunos personajes que pasan el año insultando, discriminando, censurando, justificando lo injustificable, y que por arte de magia, cuando se recuerda a los combatientes de la guerra de malvinas, ofrecen fingidos homenajes y afectados recuerdos.
Casualmente, son los mismos que desde hace años en los medios de comunicación viven del odio y de la desgracia de figuras como Maradona a quien señalan continuamente por su adicción a las drogas, lo discriminan, lo insultan, y se burlan de un mal resultado del Al Wasl, y cada vez que a Maradona se le muere la madre, lo homenajean y saludan, claro, antes de continuar agrediéndolo. La ridícula y haragana costumbre de lavar en un solo día la mugre de todo el año. Y que a nadie se le ocurriera poner en evidencia la estupidez que caracteriza a estos extraños humanoides porque despertarán al facho manco que llevan dentro y desearán ser sodomizados por el escurridizo caniche que tienen de mascota.
No sé qué pensarán, pero no engañan a nadie, y exacerban su condición de miserables. Supongo que esa conducta es más fácil que la de aceptarse como un idiota y hacer todo lo posible por mejorar. Igual, hay que admitirlo, son necesarios como las cigarras para sostener un ecosistema, gracias a ellos es que uno lucha cada día contra la propia estupidez, aunque más no fuese para no parecérseles. ¡Dios existe!

LAS ANDANZAS DE MAURICIO
Por otra parte, y siguiendo con el tema del caradurismo, hay que hablar de la carrera que ganó El joven Werner esquivando el obelisco, y decir que algunos políticos causan sensaciones que van desde la risa al estupor.
Me refiero, por si no he sido claro, al gran Macri, quien insistió en hacer que el circuito tuviera doble mano, con esa obsesión que tiene por bisexualizar todo. Se le había ocurrido hacer dos carreras al unísono en el mismo circuito, y en direcciones opuestas, pero lo medicaron y la idea quedó en la nada. Sin embargo, el imparcial ajusticiador de trapitos, en su costumbre de escuchar conversaciones ajenas, no pudo evitar parar la oreja toda vez que entraba a boxes y veía a los técnicos con sus auriculares.
DELIRIOS AUTORREFERENCIALES
Escritos los párrafos anteriores, vuelvo al enmimismamiento solipsista del que deseo salir hasta que veo el mundo exterior. Ah, no sin antes recomendar un documental que debería humanizarnos un poco. Dejo la primera parte, en el Mar del youtube encontrarán la continuación.