Revista Expatriados
Hace muchos años oí al escritor colombiano Álvaro Mutis decir que el último acontecimiento político que había despertado su curiosidad fue la caída de Constantinopla. Entonces me pareció una “boutade”. Hoy me parece una muestra de sabiduría con la que cada vez me identifico más.
Cuando empecé este blog hace seis años, la política me interesaba. Ahora descubro que cada vez me interesa menos. Habiendo comprendido que soy impermanente y efímero (y por cierto, cada día que pasa un poco más impermanente que el anterior), han dejado de interesarme los titulares de los periódicos y me interesan más los sucesos que se miden en términos de milenios.
Si no nos cargamos antes este mundo, dentro de mil años Obama y Rajoy serán nombres que sólo conocerán los estudiantes de Historia y de ésos únicamente aquéllos que se especialicen en “Historia de los Siglos que Fuimos Estúpidos” (no dudo en que algún día se creará esa especialización en las facultades de Historia para estudiar los siglos XX y XXI). En cambio habrá muchos que se sigan apasionando con Matsuo Basho y con Li Po. “El Capital” y “La riqueza de las naciones” tendrán tantos lectores como tienen hoy las tablillas acadias con la contabilidad del palacio del Rey Sargón. Pero la gente ante las grandes preguntas seguirá leyendo a Lao Tsé, a Platón y los Evangelios.
Me gustaría que el día que inicié el blog coincidiese con algún aniversario memorable, como el del día en que los indios se pasaron por la piedra al hijoputa del General Custer o el del día en que Diocleciano descubrió que el poder es una mierda en el mejor de los casos y una cadena que te ata en el peor, y pensó que mejor ser jardinero en su huerto que Emperador de Roma y abdicó. Dado que no sé si hoy es el aniversario de algún hecho memorable, me apetece imaginarme que tal día como hoy uno de mis poetas favoritos, Ikkyu Sojun, conoció a la Dama Mori y descubrió que pueden ser compatibles la iluminación de Buda, la poesía más refinada y un buen polvote bajo un edredón en pleno invierno. Si logro tocar a un solo lector tanto como tocó la Dama Mori a Ikkyu Sojun, me daré por satisfecho… y no, no me refiero al tipo de tocamientos del párroco con el monaguillo.
En estos seis años he escrito más de 900 entradas y he descubierto que las más exitosas son aquellas que hablan de humor o de sexo: “Humor dictatorial norcoreano”, “Los japoneses y el sexo” e “Historias detransexuales” han sido tres de las diez entradas más vistas. Hay otras entradas que supongo que fueron vistas porque los buscadores guiaron a ellas a lectores que iban buscando otras cosas: “Tatuajes”, “Imágenes de Krishna” y “El hotel más feo del mundo”. Que esta última entrada esté entre las diez más vistas indica que el número de turistas masoquistas es mayor de lo que pensaba.
Os agradezco que me hayáis estado leyendo todo este tiempo. Los blogueros a menudo somos tíos un poco raros a los que no nos importa escribir de nuestras pasiones sin cobrar un duro. Pero no lo seguiríamos haciendo si no tuviéramos lectores. Este blog existe porque vosotros seguís allí, leyéndolo.
Un abrazo muy fuerte a todos.