Revista Historia

Hacer buenas migas

Por Exprimehistorias

Hacer buenas migas se refiere a llevarse bien, mostrar afinidad, caerse bien y tener una buena relación con otra persona.

«Mientras “hacer migas” a alguien significa abatir el ánimo, “hacer buenas migas” significa llevarse bien con alguien. Se alude a las migas que antaño guisaban los pastores, y que consistía en pan desmenuzado frito tras remojarse en aceite y agua con algunos ajos.
“Hacer buenas migas” no alude a confeccionar bien este plato, sino a comerlas juntos en paz.»

Del latín mica (partícula pequeña), que en castellano estándar dio miga (pequeña porción de algo, especialmente de pan).

En este caso, el origen de la expresión está en el plato que se prepara con migas de pan, ajos, chorizo y otros ingredientes. Para hacer migas, comida típica de pastores, o de matanza por ejemplo, era típico juntarse varias personas la noche anterior a picar el pan. Eran tertulias en las que se bebía, se hablaba y se pasaba un buen rato.

No sólo eso, la forma tradicional de comer las migas es en la misma sartén donde se han hecho. A su alrededor se reúnen todos los comensales y cada cual, según su turno, va sacando una cucharada. Así se establece una relación muy estrecha entre las personas que están comiendo, cada cual adelantándose cuando le toca, respetando turno y departiendo con los demás.  

Es una expresión habitual en toda Extremadura, incluso al otro lado del Atlántico ya que puede oírse incluso en Chile.

Tiene su origen en la gastronomía popular rural. Se trata de la elaboración de un plato típico y muy nutritivo que los pastores trashumantes preparaban para afrontar las arduas labores de ganadería.

Estos trabajadores recorrían grandes distancias llevando a sus rebaños de un lado al otro andaban miles de kilómetros sin parar. Los ingredientes que llevaban consigo eran escasos. Solían portar algunos embutidos y unas que otras tiras de pan. De ahí surge esta innovación culinaria.

Este plato se preparaba cuando el pan se ponía duro y ya no había forma de aprovecharlo. A partir del desmenuzado de las migas del pan, agregándoles agua y aceite o grasa animal. Para luego, sofreírlo con ajos y añadirles posteriormente un poco de embutido. 

Eran grupos enteros de pastores que se iban acercando a la reunión y aportaban cada uno con lo que contaba. La expresión no se remite al plato en sí sino a la ritualización del momento.

La simbología que transmite el acto de cocinar juntos o comer en compañía caló hondo y se refleja en esta expresión. Hay quienes creen que esta frase proviene del momento de cocinar el plato en compañía, puesto que la tarea de desmigar el pan era laboriosa y se podía hacer entre varias personas.

También existen quienes consideran que el origen de esta expresión está en el momento de saborear el plato en un ambiente de armonía, camaradería y generosidad entre los comensales, ya que antiguamente era común que se compartieran las viandas que se iban a degustar, como el pan, el vino, el tocino o embutido que cada pastor aportaba a la comida.

Otros lo adjudican al hecho de poner un poco cada uno, así cada comensal aportaría con lo que tuviera, no importaría qué sea.

En Alcalá de Henares, en Extremadura y otros lugares

Hacer buenas migas

Hacen las migas con chocolate y a veces echan pimentón. Otras le echan leche en vez de chocolate, con sardinas y boquerones. En Canadá, la colonia portuguesa las hacen con pescado pero sin leche. En la Mancha son menos de pescado pero a veces echan leche a las migas a las que llaman migas canas. En Guadalajara es tradición tomar las migas con chocolate la noche de Reyes después de ver la cabalgata.

Actualmente, este plato se sigue preparando en la zona del interior cordobés, Argentina, de una forma particular:

  1. En una olla grande, con el aceite bien caliente, echar los ajos enteros sin pelar. Una vez que estén algo dorados, se le echa el pan a trocitos y una pizca de sal. El truco consiste en mover, mover y mover.… Hasta que el pan esté hecho miga.
  2. Cuando el pan esté doradito añadiremos el chorizo.  También se le puede agregar pimiento o cebolla. Seguimos removiendo y cuando la miga esté fina, sacamos la olla del fuego.

Tip goloso: Lo delicioso es la variedad de alimentos con los que se puede acompañar este plato. Una taza de chocolate caliente o frío, naranjas picadas, melón, leche. También su versión salada puede ser con huevos revueltos o ¡Cómo más te guste!

Cómo hacer Migas manchegas originales:

Hacer buenas migas
  1. Cortar el pan en dados, remojarlos con agua y sal, envolverlo en un gran trapo blanco y dejarlo en reposo al menos 2 horas o desde la víspera en la parte baja del frigorífico.

2. Calentar un poco de aceite y freír el pimiento troceado, retirarlo y, en la misma grasa, freír los dientes de ajo pelados y picados y el tocino ahumado cortado en tiras.

3. Añadir más aceite, si hiciera falta, e incorporar las migas, removiendo para que no se apelmacen. Deben quedar sueltas y doraditas.

4. Finalmente agregar el pimiento y servir. Las Uvas frescas y verdes son un buen acompañamiento para las migas.

En Semana santa debido a la Cuaresma, el Viernes Santo se cenaban migas con chocolate ya que no se podía comer carne.

La tradición de las migas de harina o cortijeras

Hacer buenas migas

Esta receta me la enseñó mi suegra que es granadina, porque yo tengo ascendencia manchega y no la conocía. Solo había probado las manchegas.

Si te decides a hacer las migas de harina tradicionales, te van a gustar.

Acostumbraban a comerlas en la perola o sartén, metiendo todos los comensales la cuchara en aquella.

Esto era más frecuente cuando iban por los cortijos. En casa se servían en platos individuales.

Ingredientes para hacer migas de harina

(Para tres personas)

  • 3 Vasos de Harina de Recio o harina de fuerza
  • 3 Vasos de Agua (225 ml. cada uno)
  • 300 gr. Pimientos Verdes
  • 150 gr. Panceta
  • 150 gr. Chistorra (o Longaniza)
  • 1 raja de Melón por persona
  • Aceite de Oliva (AOVE)
  • Sal

Echamos el agua

Vamos a incorporar el agua a la sartén y también le vamos a poner sal y la medida es que cuando probemos, que salga sabroso. En lugar de hacerla con una rasera de metal (como se hacían antes) utilizaremos una de madera, entre otras cosas porque la sartén es antiadherente.

Cuando vayamos a incorporar la harina el agua tiene que estar hirviendo .

Nos vamos a servir de una cucharilla para ver si el agua necesita más sal. También hay que observar que la sal has de echarla al agua y no a la harina. La medida exacta del sabor te la va a dar el agua.

Cuando el agua empiece a hervir, hay que echar la harina de golpe.

La harina que le hemos puesto es harina de Recio,  normalmente podeís ponerle harina de fuerza, la harina normal.

Ahora si tenéis posibilidad os recomiendo la de recio porque ésta se distingue por tener un color amarillento y rugoso y era con la que se hacía el pan en los pueblos y que la puedes conseguir más fácilmente en ellos, yo me la traje del pueblo y tiene otra textura y sabor.

En caso de que no la encuentres, te puedes servir la harina de fuerza. A continuación vas removiendo y mezclando el agua con la harina, has de ir separando los engrudos y los grumos y comprobar que se te quedan sueltas en lugar de un amasijo.

una vez sueltas las migas, agregamos el aceite de oliva, el que nos ha servido para freír los pimientos,  echamos un poco alrededor  y en el centro de las migas.

Observarás que le salen pegadillos o torraditos, pequeñas tortitas tostadas.

Eso seguro que le encantará a tus abuelos si la han comido varias veces.

Tienen una textura crujiente y hay comensales que se las reservan.

Agregamos un poco de aceite para ir ablandando las migas, aparte de que absorban el sabor del aceite frito de los pimientos.

Echamos encima de las migas, la panceta y  los pimientos fritos, sardinitas…

Servimos aparte un gazpacho de pepino o de pastor, que se hace en un bol con agua fría, pepino, cebolla cortados en daditos pequeños. Se añade aceite, vinagre y sal. y además una fuente de melón cortado y uvas.

También puedes poner unos trocitos de lomo de orza y vas a tener un menú completo.

Me encanta ir a veranear a la costa de Granada. Cuando sales a tomar una cerveza te ponen un aperitivo de migas con sardinitas riquísimas. Tenéis que probarlas si no las habéis comido ya.

Aunque las manchegas no se quedan atrás. Cada una en su estilo están para chuparse los dedos.


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