El arte teatral de Yanier Palmero" title="image00124" />
Por: Amilkar Feria Flores / Fotos: archivo del entrevistado
A Palmero lo conocí casi por obligación: era mi “camarada de camarote” en la residencia para profesores del Instituto Superior de Arte, cuando me ubicaron en una vacante disponible de su dormitorio. Cuando coincidíamos, luego de las fatigosas jornadas docentes, tuvimos oportunidad de hablar hasta por los codos de cualquier asunto que el cansancio nos permitiera. Ya en aquel entonces había sido parte sustancial en los elencos de obras como: “Las amargas lágrimas de Petra Von Kant”, “La otra orilla”, “Tango” y, más recientemente, “La noche”. A pesar de su juventud, la notoriedad de su histrionismo saltaría a la vista de cualquier profano en la materia. Desde su graduación imparte docencia en la propia universidad especializada en arte (ISA).
¿Nació contigo el actor, o ese segundo parto vino más tarde?
Me parece que ese segundo parto vino más tarde…pero creo que nací con el arte en las venas. Me cuenta mi madre que antes de hablar tararee una canción, y desde ese entonces estoy cerca de la música. Siempre me la pasaba cantando cuando era niño, estudié piano y guitarra, pero no en una academia sino con una tía abuela que si era profesora de música. Yo participaba en cuanto acto se hacía, cantando, tocando y actuando en obras que se montaban en la primaria.
¿De dónde eres?
Soy de Ciego de Ávila.
¿Creciste ahí mismo?
Crecí en Jicotea, un pueblito de campo en la misma provincia. Mi casa es una finca que queda enfrente de la carretera central.
¿No te crea “ruidos en el sistema” interpretar tantas vidas en una sola persona, algo así como algún defasaje psicológico que puedas notar, o todo el tiempo eres consciente de los dobleces de la profesión?
Creo que todo el mundo tiene ruidos en el sistema, algunos más y otros menos. Creo que para ser un buen actor no debes tener defasaje psicológico; al contrario, debes de estar bien centrado como ser humano para poder notar con claridad los dobleces de la profesión. La mayoría de las personas piensan que estamos un poco locos, porque decimos textos, como se dice, hablando solos, o por que en general somos quizás un poco más desprejuiciados que otras personas al vivir la vida. Quizás no saben que tenemos que aprendernos largos parlamentos, y no hay otra manera que repetirlos y repetirlos de todas las maneras posibles. Lograr la verosimilitud de una escena es difícil y hay que estudiar mucho el comportamiento de las personas, no solo psicológicamente sino corporalmente. Hay que imitar la realidad y mediante esta crear otra, pero si no pasa por tu cuerpo, no la sientes, si no, ¿cómo haces para contarle una historia al público, que la crea, que se sienta identificado? Al final es hacer un sentimiento, y la única manera que tienes de trasmitirlo son tus sonidos y tu imagen.
Y los personajes femeninos, ¿cómo los asumes? ¿Existe algún patrón de observación para interiorizar esos roles?
No importa si es masculino o femenino, es un personaje el que vas a construir. Como en todos, debes estudiar duro y, primero que nada, creer en él.
Hablando de públicos, ¿qué te ha aportado el grupo de teatro “El Público”?
“El Publico” me ha dado la posibilidad de entender mejor el teatro, sus mecanismos, las relaciones internas de cómo se pone en marcha un espectáculo, y el sacrificio que conlleva hacer teatro.
¿Tienes predilección por algún personaje en particular, o por un tipo de interpretación, quiero decir, genéricamente hablando?
Me gustan muchos personajes, así que me sería difícil decirte uno en particular; y en cuanto a interpretación me gusta la comedia.
He visto que le prestas mucha atención al ejercicio físico, como si la expresión misma del cuerpo resultara el 50% del desempeño histriónico, ¿es así?
Le presto atención al trabajo corporal del actor, que es muy amplio y no se encasilla solo en la masa muscular, sino también en cómo moverse. Creo que si, es algo así como el 50% del desempeño sobre el escenario, porque ya te comentaba que para trasmitir un sentimiento tenemos solo nuestro cuerpo y nuestros sonidos. Esto es por decirlo de una manera simple y sencilla, pero el trabajo del actor es complejo; también está su inteligencia, su poder de elección, sus vivencias, su entendimiento de la obra y de lo que quiere el director. De esta relación cuerpo mente es que sale todo, pero bueno, al final eres imagen y sonido.
¿Te cuadra impartir docencia, en la misma proporción que el trabajo actoral?
Sí, me gusta impartir docencia, quizás eso se lo saque a mi abuela, que fue maestra.
Por supuesto que en todo esto estás involucrado con la Facultad de Arte Teatral del ISA, ¿no?
Formo parte de la facultad de Arte Teatral desde mi graduación en ella misma, aunque ya llevaba un tiempo impartiendo docencia en mi escuela anterior, la ENA, como profesor de acrobacia escénica. Desde el primer momento no di clases de actuación, tuve un tiempo de preparación a la par que impartía acrobacia. Como profesor al frente de un grupo de actuación, con toda la responsabilidad que esto conlleva, comencé hace un año. Es una tarea bien difícil, no es fácil ser responsable de que un grupo de actores en formación, es una tarea titánica, pero sobre todo para uno mismo.
Yo te veo bastante equilibradito, chico. Tal parece que el reconocimiento de la crítica especializada no hace mella en tu ego. Vaya, que no se te ha subido ningún consagrado a la cabeza. ¿Cómo lidias con los aplausos y los elogios?
A todos los actores les gusta que los aplaudan y los elogien, pero eso no debe llevarte al acomodo, al público se le debe respeto, y también de eso va el trabajo del actor. Yo los tomo quizás con tranquilidad, pero en el fondo me hacen pensar en la próxima representación.
¿En qué andas metido ahora?
Estamos haciendo funciones de “Calígula”, de Albert Camus, y puesta en escena de Carlos Días. En esta hago dos personajes: el Patricio Anciano, y Escipión, pero no los dos el mismo día. También estoy haciendo asistencia de dirección en otra obra de Carlos Días, que se estrenará pronto.
Esta pregunta es un poco forzada y, a veces, fuera de lugar, porque soy fan a las sorpresas; pero ¿qué nos espera de ti en los próximos meses?
La verdad es que las funciones de “Calígula” son lo más próximo, pues ya estamos en ellas. Si hay algo más, que no me lo digan hasta que llegue el momento, porque yo también soy fan a las sorpresas.