31 de Julio del 2013 | etiquetas: Festival de Berlín, Festivales 2012
TwittearFue una de las grandes protagonistas de la Berlinale 2012. El húngaro Benedek Fliegauf se llevaba el Oso de Plata (Gran Premio del Jurado) con "Solo el Viento", o lo que es lo mismo, el desgarrador y absorbente retrato de un día en la vida de una familia gitana amenazada por una serie de ataques racistas. Un mirada brutal y sangrante que llega a nuestros ojos con absoluto realismo y sin concesión alguna. Y aunque lo parezca, Haneke no habla rumano, es "Solo el Viento", que precisamente este viernes, llega a nuestras salas.
¿De qué va?
Entre 2008 y 2009 en Hungría, un grupo de criminales cometió actos de violencia contra con los gitanos. 16 casas fueron atacadas con cocteles molotov y se efectuaron 63 disparos con pistolas y rifles. Hubo un total de 55 víctimas, 6 personas murieron en los ataques y 5 fueron heridas. Los sospechosos están siendo juzgados actualmente. Aunque inspirada por estos hechos criminales, esta película no es un documental sobre la estos hechos reales.
Mari vive con su padre inválido y dos hijos en un cobertizo en los bosques fuera de la ciudad. Sus condiciones de vida son modestas, como las de sus otros vecinos gitanos. Recientemente, más que nunca, deben vivir a escondidas: cinco familias completas han sido asesinadas en la zona, tiroteadas en sus propias casas.
¿Quién está detrás?
Sus primeros cortometrajes le reportaron premios y prestigio internacional, convirtiéndolo en uno de los talentos emergentes del cine húngaro. Ha dirigido, entre otros largometrajes de ficción y documentales, "Forest" (2003) y "Milky Way" (2007) antes de presentar el pasado año en Sitges, previo paso por Toronto, la fallida "Womb".
¿Quién sale?
La familia gitana en cuestión se llaman Lajos Sárkány, Katalin Toldi, Gyöngyi Lendvai y György Toldi.
¿Qué es?
71 fragmentos de una cronología del azar + Aurora
¿Qué ofrece?
La tensa y enfermiza crónica de una muerte anunciada. Basándose en los terroríficos hechos reales que en menos de un año provocaron el asesinato de trece gitanos rumanos en Hungría, Benedek Fliegauf nos ofrece una nueva y brutal demostración de que muchas veces, la ficción puede acercarse a la realidad más y mejor que el propio documental. Sus armas; un portentoso uso del plano secuencia y de una cámara incrustada a unos personajes en constante movimiento que revela una mirada extremadamente cruda, sobrecogedoramente fría, llegando a resultar visceralmente violenta, pero que ante todo articula una propuesta tremendamente honesta y realista, muy en la línea de la corriente que marca la imponente nueva ola rumana. Con cadencia pero también con aspereza y transmitiendo constante amenaza, "Solo el Viento" se cuece a fuego tan lento que asfixia. Una mirada tan fría y austera como valiente y compleja, que no tiene piedad del espectador. Y no, aunque lo parezca, no es Haneke hablando rumano. Falsa alarma. ¿"Solo el viento"?