El pensamiento de Hannah Arendt es uno de los más originales del siglo XX, pero al mismo tiempo muy controvertido en lo que se refiere al proceso Eichmann. ¿Cuál fue la controversia? Arendt se centró en la definición sobre el crimen de Eichmann. Ella lo definió como un ataque contra la diversidad humana y una “violación del orden de la humanidad” en general, más que una agresión criminal contra el pueblo judio en particular. Es aquí donde ella presenta esta distinción político-legal, que por otro lado, es la idea central de su pensamiento político. Arendt publicó en 1963 el libro Eichmann en Jerusalén: un estudio sobre la banalidad del mal. El estudio se centraba en presentar un crimen, los actos de Eichmann, que para Arendt no habían sido entendidos porque carecían de precedentes. A pesar de ello, el proceso se centraba en lo que se les había hecho a los judios. Para Arendt este planteamiento no era correcto ya que no se hacía cargo realmente de la exacta naturaleza de las acciones de Eichmann y de esta forma se confundían más las cosas. Arendt solo quería concentrarse en el aspecto que le parecía el más importante y el más obvio: la naturaleza de la culpabilidad de Eichmann. Quería comprender la naturaleza de la culpabilidad de Eichmann. Esto fue mal interpretado y se entendió como una manifestación de simpatía por Eichmann y de falta de simpatía por sus víctimas. Su análisis no significaba que simpatizara con este o que careciera de simpatía por sus víctimas.
Permitió que la voz de Eichmann fuera vida y juzgada. Era una forma indirecta de juzgar pero a la vez muy eficaz.