Hasta barato me pareció…
Al salir del trabajo, después de haber ido a comprar un antialérgico y tener la suerte de conseguir el último que quedaba en existencia, y con las palabras de una señora que entró a la farmacia aún zumbando como un eco en mi cabeza: “¿Tienen jabón de baño o gel de baño?” en un tono de disimulada desesperación, como de quien quiere ocultar la humillación, pasé por un chino que descubrí hace poco para comprar jamón de pavo y queso mozzarella.
Debo confesar que me he negado consuetudinariamente a comprar en esos establecimiento de chinos porque me parecen que todos trabajan al margen de la ley y no pagan ningún tipo de impuestos. Pero la dramática escasez de productos que padecemos y la exorbitante inflación que carcome nuestros ingresos como un óxido al hierro, me han obligado a dar mi brazo a torcer y buscar la manera de rendir los cobres.
Hace pocos día descubrí que el kilo de mozzarella que en la panadería-charcutería en la que habitualmente compro me cuesta 400 bolívares, en el chino que queda justo frente a la panadería, me sale a 280 y, con lo que compro un kilo de tocineta en el chino, apenas compro 200 gramos a mi charcutero.
15 pasos a la derecha de diferencia y 50 por ciento de ahorro.
En fin, que a eso de las 6 y media de la tarde, paré en el chino. Mientras pasaban mi queso y mi jamón de pavo por la rebanadora, se acercó una chica de unos 16 años, entre apurada y desesperada y dijo:
-¿Tienen champú? Un amigo me dijo que hoy compró aquí champú, ¿de cuál les llegó? ¿Pantene o Head&Shoulders?
-Llegó de los dos pelo ya no hay-. Dijo el chino con su cara de culo habitual. Jamás lo he visto sonreír a pesar de ser un joven como de 22 años. Aunque con los chinos es un albur calcular la edad.
-Te avisalon talde.
-¡Ay! ¿Y Prestobarba? Él me dijo que había conseguido también Prestobarba aquí.
-Plestobalba si hay-
-Bueno, deme un paquete. Al menos compro eso que también es oro.
En ese momento, me percaté que de un alambre colgaban unos sobres de champú y acondicionador Pantene. Sobres como para una lavada de cabello. De los que tal vez se precisen dos, si es una larga melena. Sobresitos como de muestra gratis o de los que ponen en los hoteles.
Al verlos, recordé que en algún sitio, hacía poco, había visto guindados de manera similar de un alambre, unas bolsitas clic con unos cuantos gramos de leche en polvo. Más o menos la cantidad requerida para un tetero de un niño. En esa oportunidad, no tuve estómago para preguntar el precio de la leche. Me deprimía pensar en la necesidad que tiene que estar pasando una madre para alimentar a su bebé con una leche vendida en esas condiciones de insalubridad y preferí irme sin saber más.
Pero como hoy estaba de un humor a prueba de malas noticias, me atreví a preguntar:
-¿Cuánto cuesta un sobresito de esos de champú?
-Tles bolívales.
Hasta barato me pareció…
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