Y eso es lo que debió pasar cuando me enviaron por WhatsApp este chiste. Así como lo recibí no le vi la gracia, peor aún le vi poca gracia, no advertí por dónde iban los tiros y recapacité sobre lo malo que era el chiste "será por los recortes, que debemos vivir el momento porque mañana, con los recortes, la cosa estará más chunga...", "qué poca gracia tiene la cosa...",
y así opiné hasta que llegada la hora de borrar la imagen del celular la volví a ver. Ya no era ese día, que sin duda estaba espeso, así que por fin advertí la verdadera gracia del chiste, "jajaja, buenísimo..." acaso no fuera para tanto pero ver el verdadero sentido hizo que quizá lo sobrevalorara, "claro, podamos de podar, no de poder, jajajaja, buenísimo..."
Y ese mismo día también alguien mandó este otro que, sin duda más sencillo, pillé a la primera.
Y es que fue una espesura puntual.