Revista Comunicación
Estos días se está hablando mucho de los disturbios que está viviendo Estados Unidos. El asesinato de George Floyd a manos de un policía blanco ha vuelto a poner sobre la mesa el gran problema de racismo estructural que sufre Estados Unidos, donde las heridas de su pasado esclavista aún duelen. Desde España y el resto de países observamos el espectáculo, espantados y aliviados al mismo tiempo de no tener racismo nosotros... pero, un momento. ¿Es que no hay racismo aquí?
En España, según datos de la ONU del 2019, casi el 13% de la población es de origen extranjero. La mayoría proceden de Rumanía, Marruecos y países latinamericanos como Ecuador y Colombia. Si sumamos las personas en situación irregular, ese porcentaje sería incluso mayor.
¿Cómo les ha representado la ficción española? Los primeros ejemplos que vienen a la cabeza no son especialmente inspiradores. En Aída, una de las series españolas más vistas y conocida por todos, el personaje sudamericano de Osbaldo era llamado "Machu Pichu" despectivamente y explotado sistemáticamente por su jefe, Mauricio Colmenero. Y se podría argumentar que era "humor" pero, ¿cómo nos hubiera sentado a nosotros que en una serie estadounidense se rieran así de un inmigrante español?
En La que se avecina más de lo mismo. Incluso peor. Parrales es despreciado y ridiculizado por el Rancio. Desde luego que sus guionistas te dirán que todo en esa serie es una parodia, incluso una "crítica" a través del "humor", pero al final la percepción del público es que el Rancio es "el puto amo". Los niños crecen interiorizando que reírse de los latinos, mujeres, trans, es algo gracioso. Y al final la representación que tenemos de los latinos es, en su gran mayoría, una burla. No hacen humor con ellos; lo hacen a costa de ellos. Y a mí, personalmente, nunca me ha hecho demasiada gracia que este sea el humor "marca España".
¿Y qué hay de los españoles que no son blancos?
"Soy actor, negro y español, ¿por qué tengo que hacer siempre de inmigrante?", se preguntaba Armando Buika de Mar de Plastico en el eldiario.es. Hay varias series españolas como esa y El Príncipe donde hay, sin duda, papeles para actores no blancos. Pero, ¿qué tipo de papeles?
"Los negros hacen de negros y los árabes de árabes", decía Buika muy agudamente. Y es que no se puede negar, desde luego, que la mayoría de veces que les vemos en televisión es porque su papel requiere específicamente esa raza. Se necesita a un hombre negro porque es un inmigrante pobre, o a una mujer árabe con velo porque es una musulmana maltratada - en La Unidad veíamos a este respecto más de lo mismo, con los papeles y clichés raciales de siempre.
¿No pueden acaso los actores no blancos tener papeles "normales"? ¿Por qué la realidad de España, que es compleja y multirracial, no se ve reflejada en sus series? Cuando vemos personas latinas suele ser para reírnos de ellas, y ni hablemos cuando son hombres negros: será alguien pobre o inmigrante. Hay algunas que sí dan espacio a muchas voces -Vis a Vis, por ejemplo, es una de las mejores series españolas: refrescante y muy auténtica a este respecto-, aunque en la gran mayoría el elenco es blanco y heterosexual.
Pero respiremos aliviados de no tener aquí esos problemas de racismo. En España todo va estupendamente y tratamos de lujo a latinos, chinos, gitanos y a los españoles que "no parecen españoles", ¿no? Quizá debamos replantearnos si esta forma de representarles en ficción no contribuye a reforzar tópicos y prejuicos contra todos ellos en la realidad.
Isidro López (@Drolope)
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