Sobra que leer en este Siglo de la Información, pero el tiempo que podemos dedicar a la lectura es limitado, pues hemos de atender otras urgencias, sobre todo las que exige nuestro diario trabajo, necesario para sobrevivir.
De ahí que debamos escoger cuidadosamente nuestras lecturas, para obtener de ellas el mayor provecho en el menor tiempo posible.
En otras palabras, hoy más que nunca hemos de ser selectivos en lo que leemos, porque el tiempo es oro y no vamos a perderlo leyendo basura, que abunda sobre todo en Internet.
Estaremos al pendiente de la información que más nos interese en nuestra actividad económica, pero también la que venga a llenar necesidades culturales, de salud física y mental y de convivencia política y social.
Al escoger libros, periódicos o revistas, buscaremos que sean profesionales, para lo cual hemos de averiguar quiénes los escriben, porque de ahí depende que sean confiables o no.
Hace 30 o 40 años los reporteros de un periódico sufríamos para obtener y redactar tres noticias diarias. Hoy las fuentes de información se han multiplicado y el problema no es conseguir diez notas, sino seleccionar una que valga la pena publicar.
En conclusión, tratemos de leer no solamente lo que nos interesa, sino también de averiguar si la información que nos ofrecen es confiable, verídica, atendiendo tanto al prestigio del medio como a la calidad de sus autores.
Artículo publicado por la revista México Rural en su edición de marzo de 2015. Esta revista llega a las zonas de más alta marginación del país.