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Hazlas tú, que yo las veo

Publicado el 28 septiembre 2010 por Manuelmarquez

Hazlas tú, que yo las veoA diferencia de lo que es sagrada pauta en esta mi cibercasa, donde todos los comentarios (excepto los anónimos y los meramente propagandísticos -que, además, son borrados-) son siempre respondidos (tarde y mal, eso sí), no tengo la costumbre de hacer lo mismo con los comentarios que llegan a los artículos que publico en los blogs de La Butaca; es más, en muchas ocasiones, y en contra de lo que comúnmente se suele aconsejar al respecto, ni siquiera tengo la curiosidad de leerlos. Pero, en estos últimos día, me dio la “ventolera” de hacerlo, y, creanme, amigos lectores, la experiencia no tiene nada que ver con la que se vive por aquí. Hay comentarios amables y respetuosos, en los que el lector comentarista expresa, con más o menos detalle, su acuerdo o discrepancia con las tesis del autor de la reseña; pero son franca minoría. Abunda más “lo otro”.
¿Y qué es “lo otro”? Pues sí, efectivamente, “lo otro” es aquello que yo pensaba confinado a las secciones de comentarios de las versiones digitales de los medios, y que es esa algarabía agria y cargada de mala baba, que perpreta gente que no parece tener ocupación que más gustito le dé, que la de escupir su bilis y su “mala follá” contra todo lo que se menea (eso sí, convenientemente parapetados, en la mayoría de los casos, tras el anonimato o, a lo sumo, en algún alias despistante...). Como soy de natural optimista, procuro ver el lado positivo de la cuestión: cabe presumir que si esa gente descarga en tan inocua actividad todo su potencial “maligno”, nada les ha de quedar para despachar en su vida ordinaria. Mejor para todos...
Entre las últimas lindezas que en ese maremagnum de dislates he podido “pescar”, había una en la que se nos acusaba a todos los críticos de La Butaca (así, a saco, en plan fusilamiento colectivo; supongo que con la sana intención de ahorrar munición, que aprieta la crisis...) de ser un hatajo de frustrados que, incapaces de hacer esas películas a las que dedicamos nuestras torpes letras, nos dedicamos a destriparlas con envidia y resentimiento. Más allá del tópico (que, parece ser, compartimos con los árbitros de “furgol”...), y de aquello de la viga en el ojo propio y la paja en el ajeno (que desconozco si es ése, o no, el caso...), el comentario me incitó a pensar. Algo es algo...
¿Que ha habido cineastas frustrados que se han dedicado a la crítica? Supongo que sí, cómo negarlo; tema diferente es que los afectados vayan a reconocerlo, no es fácil —de ser ese mi caso, les puedo asegurar que a mí me costaría...—. Por lo demás, directores hay (Daniel Monzón, por ejemplo) y ha habido (Truffautt, entre lo más celebrados) que ejercieron la crítica cinematográfica antes de ponerse detrás de las cámaras; al fin y a la postre, estamos ante dos actividades (la crítica y la dirección) que, aun siendo sustancialmente tan diferentes, trabajan con el mismo material, las pelis. Pero les puedo asegurar que no todo el que escribe sobre cine tiene la intención o la aspiración de hacer películas; y no les hablo por referencias ajenas, es mi propio caso.
No tengo ni el conocimiento, ni el talento, ni el ímpetu que se requieren para hacer una pelicula. La primera de las carencias es solucionable a través de algo tan elemental como la formación; pero las dos siguientes ya son harina de otra costal. Y sin esos dos elementos, ímpetu y talento, es difícil que se puede hacer una película no ya buena, sino mínimamente potable. Además, y esto es lo más importante, no me apetece hacerla. No quiero hacerla. ¿Conclusión? Blanco y en botella. Aun cuando, como bien apunta el refrán, jamás se debe decir “de este agua, no beberé” (que nunca se sabe...), no me veo yo haciendo una película. Además, ¿quién dijo que por gustarte el vino tengas que querer ser el dueño de una bodega? Pues eso...
* APUNTE DEL DÍA: este fin de semana, y ya que no pudieron ser ni "Carancho" ni "Elisa K.", que eran las opciones de cartelera que más me llamaban la atención, tocó "Astro Boy". Y no me arrepiento; un entretenimiento linfantil y ligero. La crítica para La Butaca, en este enlace.
* Metablog XXXIII.-

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