Hechizos en la
cocina de Alicia Esaín
y Dolors Todolí. Editorial Amigos de Papel, 2013. Cartoné, 24 pp., 23x25 cm.,
14.30 €.
Por Anabel Sáiz
Ripoll.
Teodelina es una
bruja moderna que combina lo nuevo con lo tradicional. Sabe de los miedos de
los niños y quiere unir, de una vez por todas, el mundo de los monstruos con la
infancia. Para ello se le ocurre una idea genial: abrir un restaurante en donde
servirá platos novedosos para terminar con los miedos, para erradicar a esos
monstruos que viven debajo de la cama, por ejemplo. Será un restaurante
coqueto, muy bien pensado. Teodelina se atreve con una carta rompedora y no
duda en acercarse a Internet porque ella es una bruja que va con los tiempos.
Al final, su cueva restaurante está hecha un primor, solo faltan los invitados.
¿Nos atrevemos a entrar?
Esta es la
historia que nos cuenta Alicia Esaín y que ilustra Dolors Todolí. Entre el
verso y la prosa, Teodelina hace de las suyas y juega no solo con las palabras,
sino con sus aliados naturales, la noche, la luna, el sol, el gato y los
ratones. Pero no da ni pizca de miedo esta bruja, con su delantal blanco y su
vestido lila. Dolors Todolí nos presenta a una bruja presumida, cariñosa y muy
dinámica. Las ilustraciones, llenas de color y de detalles, hacen que los
pequeños lectores se diviertan con cada una de los preparativos de Teodelina.
El texto, por
otro lado, se mueve, se alarga y acorta al compás de los dibujos y de la propia narración.
Hechizos en la cocina es un libro delicioso que une la
cocina con la hechicería y las pone al servicio de una buena causa: acercar el
mundo infantil con el mundo monstruoso y demostrar que pueden convivir.
El álbum, muy
cuidado, se presenta dentro de la colección “Hechizos de papel” y va destinado
a los pequeños lectores e, incluso, a los que aún no saben leer.
Alicia Esaín se
divierte al escribir este cuento y se nota por la alegría que transmite, por
las ocurrencias que se le ocurren y por esa especial ternura que pone en la
protagonista, Teodelina que más que bruja parece hada… pero con sombrero de
bruja, nariz de bruja y gato de bruja. Alicia, por otro lado, juega con los
nombres y emplea nombres castizos para unirlos con ese mundo propio de la
magia, del misterio. Es como si quisiera desmitificarlo y ofrecérselo a los
niños fresco, nuevo y lleno de humor. Hay, por otro lado, más de un guiño al
lector, como, por ejemplo, en la ilustración final en la que Dolors Todolí
dibuja a otro ser entrañable, también, monstruo, Oto, creado por Asunción
Carracedo Gómez y protagonista de un par de cuentos infantiles.
Con Hechizos en la cocina, grandes y
pequeños, pasaremos un buen rato y constaremos que en la cocina se dejen y
destejen grandes asuntos, como el que Teodelina lleva entre manos.