La televisión en España ha sido siempre un misterio digno de análisis concienzudos. La verdad es que no se sabe a ciencia cierta si es un espejo de la sociedad, la sociedad se mira en ella o, simplemente, es una relación de reciprocidad absoluta.
Lo que está claro es que no pasa por su mejor momento. Y no hay que pararse solo a ver términos económicos. Ni la influencia de otras plataformas, sobre todo Internet. Hay que pararse ante una parrilla y ver que la variedad en la programación se ha reducido alarmantemente en los últimos tiempos, y cuesta creerse un poco el discurso de que todo se debe a la rentabilidad. Hace falta renovarse y arriesgar. Y hay quien lo hace, y triunfa. Antena3 es un ejemplo de cómo una cadena de televisión cuando se arriesga, no solo es que pueda ganar, si no que también puede resurgir con un lavado de cara inimaginable. Conviene recordar que por la cadena de Atresmedia han pasado engendros tales como "El diario de Patricia" o "Donde estás corazón". Parece que hace siglos de esto, pero hasta hace nada Antena3 competía en el terreno embarrado de Tele5 por ver quién es capaz de quedarse más lejos del límite de lo permisible en emisión.Con la campaña "más sofá, menos sillón", la cadena apostaba por volver a lo que le hizo grande, pero en pleno plan renove: volver a ser una televisión generalista de referencia gracias sus contenidos de entretenimiento familiar; volver a la cara más sana de la televisión. Y la máquina empezó a crear nuevos contenidos. Y vimos pasar formatos muy interesantes, como "Avanti", que quizás merecieron mejor suerte, pero también el afianzamiento de "Atrapa un millón" y "Ahora caigo", concursos originales en planteamiento y formato, pero reforzados por el axioma clásico de que ganar dinero es fácil o lo parece, y además, es entretenido ver desde nuestro salón como otros lo hacen. Y si a esta ensalada le ponemos el aderezo de un buen presentador la fórmula triunfa. Nadie debería atreverse a discutir que Carlos Sobera y Arturo Valls están en la cima de la televisión actual.Pero el plan renove de Antena3, en la humilde opinión de este televidente, tocó techo con el programa de la noche de ayer, viernes. "Me resbala" tenía un reto muy duro por delante: ocupar el sitio definitivo de un "Atrapa un millón" que ya es diario, y hacer olvidar el fiasco de "Por arte de magia". Y vaya si lo superó.Este espacio, presentado por el inefable Arturo Valls, siempre brillante, recordó aquella etapa, quizás la mejor de la televisión en este país, en la que todos nos sentábamos ante la tele para ver nuestro concurso favorito y reírnos con los más graciosos, reírnos de lo absurdo y con los más absurdos. En fin, a divertirnos y pasar un rato genial. "Me resbala" evoca lo más sano de la televisión: entretenerse con un humor sano, absurdo y placentero, reírse y pasar un rato agradable en compañía de los tuyos después de un largo día. Es la televisión, sin más. Y lo ha hecho Antena3, como ya lo hizo en los noventa.Pueden gritar. Y sin miedo a equivocarse... "Hemos vuelto". Han vuelto.